Año sabático
He pasado un año entero sin bloguear en mi propio blog. Digamos que ha sido un año sabático, ya veremos si como impulso para tomar fuerzas o como prueba piloto para la jubilación.
En octubre, este blog va a cumplir 12 temporadas, que es una cifra redonda o incluso circular, para los que aún usamos reloj clásico. Y si el reloj ha pasado de máquina a simple joya, los blogs hace mucho que han sido desplazados por las redes sociales, que se han apoderado de la conversación. El blog ha quedado para impartir cátedra o como escaparate para influencers sobre moda. Ya conocéis mi escaso aliño indumentario, por lo que sólo me queda disponible la vía de la cátedra que, francamente, es bien pesada.
Ahora bien, siempre he sentido que hay mucho de verdad en ese adagio de Yoriento: “Sin un blog eres un homeless digital, todo el día tirado en las redes sociales”.
Curiosamente, aunque he pasado un año fuera de casa, he publicado de vez en cuando en la casa de los demás. La última, en el blog Publilítica.
Una parte del problema reside en que ahora, como consultor de administraciones públicas, me harto de escribir textos para mis clientes. No me queda mucha motivación al final del día para seguir escribiendo. Por otra parte, este blog floreció con la relación fraternalmente competitiva de dos personas. Desde que Iñaki lo dejó, pasa como con Lennon y McCartney después de los Beatles: nada es lo mismo.
En fin, después de un año sin escribir aquí, vuelvo con un post perfectamente inútil, en homenaje a los tiempos en que lo escribíamos todo. No espero que me esperen, ni prometo nada. Como diría José Alfredo, que otros te den lo que no pude darte, aunque yo te haya dado de todo. Nos vemos en las redes.
Esta entrada tuya me ha traído nostalgias de blog. ¡Qué tiempos aquellos!
Quién sabe si algún día…
En fin, siempre es un gusto leerte.
Siempre serás bienvenido a tu casa, querido McCartney 😉
Yo te tengo en mi feedly y seguiré leyendo todo lo que publiques. Un abrazo.
Muchas gracias. Voy a tener que instaurar el premio a la fidelidad 🙂
La persecución del mamut lanudo no sería lo mismo sin ti y tu blog. Por cierto, acuérdate de novablogear de vez en cuanto también 🙂 Un abrazo!!
¡Se me acumulan las tareas! Dejo el ordenador, cojo la lanza y me voy a mirar de frente al mamut.
Podías haber vuelto cantando, ¿no?
¿No has leído el final? He vuelto cantando a José Alfredo.
Pues yo he aprendido mucho con y de vosotros, @alorza y @balapiaka y aunque seguimos manteniendo relación en lo virtual y cuando podemos físicamente, siempre he esperado leeros una vez más. Como de John y Paul, sigo siendo fan vuestro, aunque sólo sea disfrutar de un par de acordes que refresquen y renueven nuestra afinidad. Un abrazo. Venan.
Muchas gracias, aprendiz. Habrá que invocar al espíritu de George Martin.