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El nudo gordiano de la apertura de datos públicos
Alejandro Magno, en su campaña de conquista de Persia, llegó a Frigia tras cruzar el Helesponto. Allí le mostraron un nudo de cuerdas tan intrincado que nadie lo había sabido desatar. Un augurio aseguraba que quien consiguiera desatar el nudo gordiano podría conquistar Oriente.
Alejandro, que no era hombre de manos finas, echó mano de la espada, cortó el nudo de un tajo y dijo «es lo mismo cortarlo que desatarlo».
Si bien con menos épica y más lírica, algo así nos encontramos cuando nos pusimos en la tarea de liberar la información pública de la Administración del País Vasco. Con la legislación en la mano, la solución era complicada; con el consejo de los juristas, inextricable. No había ejemplos cercanos de los que aprender. Traigo aquí el nuestro, con la idea de promover el debate.
A falta de la fortaleza mítica del macedonio, nosotros hemos cortado el nudo de cuatro tajos:
1. No documentos, sino datos
El término «documento» es el que se emplea en la Ley 37/2007 para referirse a la unidad de información reutilizable. Por más que tenga una tradición jurídica, es en sí mismo un nudo que hay que desatar, porque:
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