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Colaboración estratégica


Aitor Bediaga ha publicado un post sobre colaboración que me ha parecido excelente. Dice cosas que me rondan por la cabeza desde hace tiempo. Por eso traigo un resumen a nuestro blog, para no olvidarme de que tenemos que profundizar en estas ideas. Y si se presenta la ocasión, llevarlas a la práctica.

Lo decíamos al hablar del open government:

«Las administraciones «open» conversan con las organizaciones colaboradoras, con y sin fines de lucro, estableciendo alianzas de colaboración público-privada generadoras de valor social».

En su artículo, Aitor está pensando en las empresas, pero la mayor parte de su contenido es perfectamente aplicable a las administraciones públicas:

  • El objeto de la colaboración es aprovechar la destreza, la inventiva, la inteligencia humana y los recursos con mayor eficiencia y eficacia.
  • Los nuevos modelos de innovación demandan la colaboración con diferentes agentes para así alcanzar un mayor rendimiento en los procesos de innovación.
  • ¡Colaborar no es Externalizar! La externalización tiene como objetivo proveer un activo “comoditizado” al menor precio posible. La colaboración, en cambio, tiene como objetivo acceder al conocimiento disperso globalmente, obtener nuevas capacidades y compartir riesgos con los colaboradores.

Y pego tal cual, porque no tienen desperdicio, los tres errores que cometen las organizaciones que gestionan la colaboración como si de una “externalización” se tratase:

  • No consideran el papel estratégico que tiene la colaboración. En vez de esto, ven la colaboración como una estrategia para reducir costes.
  • Las organizaciones no se reestructuran para desarrollar eficazmente la colaboración. Y tratan a los colaboradores como proveedores.
  • No realizan inversiones a largo plazo para desarrollar capacidades de colaboración en las personas y los procesos. En vez de eso, asumen que las personas y los procesos están preparados para colaborar por defecto.

Me gustaría que estas ideas inspirasen nuestra relación con los colaboradores externos. ¿Serán compatibles con la Ley de Contratos del Estado?

Pasión por innovar, un blog que hay que seguir de cerca.

  1. 01/08/2008 a las 11:03

    En muchas administraciones (por no decir ninguna) no ven este modelo. Lo que yo entiendo como «colaboración», ellos lo ven como «intrusión», y por tanto, como algo amenazador y ajeno a ellos. Yo introduciría el debate de cómo habría que generar la confianza necesaria para que realmente se produzca ese proceso de colaboración.

  2. 25/07/2008 a las 09:43

    Aitor es una máquina… y tú otra. Muy bien traída esta distinción entre colaborar y externalizar.

  3. 24/07/2008 a las 10:06

    Y luego estaría la cooperación inter-administrativa….otro enorme mundo de mala prácticas y vicios burocráticos. Digo la cooperación más allá de los procedimientos tasados previstos para diferentes procedimientos de decisión o de gestión pública. La cooperación informal, ad hoc, la verdaderamente colaborativa. ¿Ni está ni se la espera?
    Desde luego, ante la complejidad competencial y la complejidad de lo público, sería necesario avanzar hacia espacios intermedios de colaboración basada en personas entre diferentes niveles de gobierno, más basados en compartir conocimiento y menos en obligaciones competenciales.

  4. 24/07/2008 a las 08:54

    Es muy oportuna la aclaración «colaboración vs. externalización». Mucha gente entiende la colaboración como externalizar o, incluso , privatizar. Y no creo que sea exactamente eso. Más bien al contrario, se trata de unir fuerzas, de aprovechar lo mejor de cada uno, pero respetando lo que cada uno es.

  5. 24/07/2008 a las 07:34

    ¿ Pero quienes conversan? ¿las personas no? A veces un label u otro supone un impedimento para la conversación. Bajo los supuestos de los valores que exponías en el anterior post la convesación entre trabajadores se dará, se dará simplemente, no habrá que fijarse ni buscarse, ni «comerse la cabeza». La conversación surgirá, como las flores surgen en primavera….Los valores que citabas antes Iñaki, si es que con ellos es suficiente o por lo menos como primer paso! Confio en que las personas y trabajadores asuman esos valores, en que las empresas como tal asuman su función social, lo veo más complicado. Lo primero debe preceder a lo segundo.

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