Cuesta cambiar de chip
Recuerdo cuando vi por primera vez un ordenador con Windows. Me pareció un lío. ¡Con lo fácil que era el MS_DOS!
Algo similar nos pasa ahora con los elementos de la Administración electrónica. ¡Donde esté una buena fotocopia con el sello del registro que se quite un triste fichero que se borra casi sin darse uno cuenta! Por no citar la firma electrónica, ¡cómo vas a compararla con ese pedazo rúbrica que no hay quien la imite!, y además es el espejo de mi personalidad, a nada que tengas unos mínimos conocimientos de grafología para interpretarla. O el Boletín Oficial del Estado, ¡ese sí que es el santa santorum de la seguridad jurídica!
Somos animales de costumbres. ¡Y son ya tantos siglos de legajos!
La necesidad de cambiar de chip con respecto al soporte de los documentos, al tipo de firma y al uso de los medios telemáticos, en general, es un factor cultural que condiciona el desarrollo de la Administración electrónica.
Me ocurrió una anécdota significativa cuando el año pasado presenté al III Congreso online del Observatorio para la Cibersociedad una comunicación sobre los factores de éxito que había ido publicando en este blog. En el Congreso se abría un debate sobre cada comunicación y, para ello, se encargaba a alguno de los ponentes un comentario inicial a modo de presentación. Al que le tocó comentar la mía se le escapó la siguiente perla, en relación con el desarrollo de la Administración electrónica:
“…puede contar también con el problema de que con el tiempo, en la próxima generación, los ciudadanos y la administración se acostumbre a no emplear documentos en papel, por lo que se puede perder la costumbre –sana y segura por otra parte- de conservar una copia de toda acción que desarrolla los ciudadanos con la administración y el resto de organismos públicos y privados”.
Me parece que esta reflexión sobre la “sana y segura costumbre de conservar una copia” no requiere mayor comentario. Si a una persona que presenta comunicaciones en un Congreso online de un Observatorio para la Cibersociedad le asaltan estos temores, ¡qué no pasará por la cabeza del mortal de los ciudadanos!
Si hemos asimilado la sustitución del dinero de curso legal por una tarjeta de plástico, también terminaremos admitiendo con normalidad el uso de la firma electrónica o la conversión en bits de los documentos administrativos.
Pero no vendría mal hacer algo para facilitar el cambio de chip. Porque está visto que cuesta.
Y al Boletín Oficial del País Vasco hay que enviar los anuncios ¡en disquete!
Sutílmente llega la era de lo inmaterial, al papel le deben quedar 2 telediarios, quizás 3 pero no más, hasta el periódico tal como hoy lo conocemos, creo que vive sus últimos años.
¿ Cuantas estanterías ocupa el archivo de Wikipedia o Google ? ¿ Cuanto tardamos en encontrar lo que buscamos ? ¿ En cuantas cajas guardais los 500 posts y los 2000 comentarios ?
El ordenador lo utiliza ya hasta la abuela de la fabada, así que en 10 años el papel ha debido de desaparecer, casi al completo, de las relaciones comerciales y como no en la relación con las administraciones.
La rápida incorporación de archivos digitales, las tecnologías de gestión documental y ;para los más reticentes; la aparición por ejemplo de las pantallas de tecnología de oleds permitirán la aprehensión y manipulación de una lámina flexible como si fuese una hoja de papel, y en la que se volcará cualquier contenido que deseemos.
Bueno, efectivamente, llegará el momento en que el papel desaparezca, no cabe duda, pero no hay que olvidar que habrá que tener en cuentar cosas que ahora no nos preocupan como:
*Antes guardabas un papel en una carpeta y ahí se conservaba para siempre, luciendo sus sellos y sus firmas.
*Ahora el archivo debes guardarlo en un soporte (o mejor en varios). Estos soporten pueden ser obsoletos dentro de unos años. Además los certificados caducan y con ellos sus firmas, lo que implica que hay que ir renovándolas.
Vaya joya de frasecita !!! No es que sea un técnico experto pero, las nuevas tecnogías también permiten tener copia de todo, ¿no? Eso de la inseguridad jurídica asociada al uso de las TIC en los procedimientos administativos es un obstáculo claramente superable (la Agencia Tributaria lo está haciendo durante años). El problema es que los que no quieren pasar de un expediente con toneladas de papel al expediente electrónico se agarran a ello y no sueltan. Pero acabará no quedando más remedio.
¡Si es que sois unos modernos! A mí, desde que no usamos manguitos. me ha entrado una sensación de inseguridad….