Administraciones en red

Estamos ya a una semana escasa del primer encuentro nacional de la blogosfera pública que se va a celebrar el próximo jueves 27 en Donostia-San Sebastian.

Puedo asegurar que este encuentro me resulta especialmente entrañable después de casi 8 años participando en este selecto grupo, bien es verdad que no siempre con la misma intensidad, pero sí, al menos, manteniendo viva la llama bloguera en todo momento.

En este grupo me siento como en casa, me identifico mucho con las personas que participan en este barrio de la blogosfera (soy muy fan de la mayoría de ellas), podría suscribir la mayor parte de sus reflexiones y me empapa un sentimiento de complicidad con sus anhelos, una complicidad que me cuesta identificar en otros ámbitos.

Por eso me pide el cuerpo, con tan singular ocasión, compartir mis reflexiones sobre lo mucho que ha significado para mí la participación en la blogosfera pública y, también, mi visión de cuál podría ser o, tal vez, me gustaría que fuera su evolución en el futuro próximo.

Todo empezó allá por octubre de 2005 cuando decidimos trasladar nuestros debates del correo electrónico corporativo a la blogosfera. Para entonces ya habíamos comenzado a leer algunos blogs de personas que en aquel momento eran nuestros referentes virtuales.

La modernización de la Administración era el objeto de nuestra actividad profesional, y lo sigue siendo, aunque ahora de distinta manera (o desde distintas trincheras) en el caso de Alberto y en el mío. El blog era pues la prolongación de este propósito por otros medios, compartiendo nuestras inquietudes profesionales más allá de los límites de la organización en la que trabajábamos.

El blog nos reportó satisfacciones desde el primer momento y nos resultó una herramienta útil para mantenernos informados, cristalizar reflexiones, ordenar ideas, enriquecer nuestros puntos de vista y, por supuesto, tejer complicidades con otras personas que compartían nuestras inquietudes.

Aquella experiencia inicial nos llevó a enredarnos en nuevos proyectos, dar el salto a las redes sociales y participar en comunidades como Aprendices o Politika 2.0. Explorar aquel territorio supuso para mí todo un descubrimiento, el mejor master de innovación pública que podía haber cursado. Un master, por cierto, con pocas horas lectivas y mucha dedicación personal.

Nuestra actividad en la red nos abrió el camino hacia nuevos y, a veces, insospechados retos. Como bien sabéis, durante la pasada legislatura, Alberto y yo desempeñamos sendas direcciones en el Gobierno Vasco, mi segundo master de innovación pública, una experiencia intensa, gratificante y, seguramente, irrepetible. No me extiendo en este punto, porque ya he tenido ocasión de hacerlo en otras oportunidades, tanto en este blog como en el del PIP.

En fin, el hilo conductor de mi experiencia bloguera ha sido el aprendizaje, compartir ideas y enriquecerlas con el debate y, cuando ha sido posible, intentar llevarlas a la práctica.

Esa es, precisamente, mi visión de la blogosfera pública en el futuro próximo:

• la generación de conocimiento, a través de la reflexión y el debate
• la socialización del conocimiento, mediante publicaciones y encuentros
• la aplicación del conocimiento, en forma de campañas y proyectos

Todo ello vitaminado y mineralizado por la placentera relación con personas que comparten nuestras neuras sobre los asuntos públicos en este peculiar barrio de la blogosfera.

A lo dicho, que nos vemos dentro de una semana y que me apetece un montón compartir ese rato con el grupo de frikis que formamos la blogosfera pública. ¡Que no pare la música!