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A vueltas con el Libro Blanco de Democracia y Participación Ciudadana para Euskadi


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El miércoles pasado, 12 de marzo, participé en una especie de taller que se celebró en Innobasque  para reflexionar sobre la participación con la ayuda del Lego, bajo la experta dirección de Danel Alberdi, de Coach & Play.

Este taller se enmarcaba en el proceso de elaboración del Libro Blanco de Democracia y Participación Ciudadana para Euskadi que se presentó el pasado 18 de diciembre en Bilbao, como ya os conté en este blog.

Personalmente, me gustó participar en este taller. Me interesa el tema, había gente muy interesante y, de paso, siempre viene bien romper la rutina. Quiero compartir aquí algunas ideas que se me activaron en aquella sesión, a modo de prolongación virtual del taller, por si acaso en estas reflexiones hubiera algo aprovechable para una mayor justificación del tiempo invertido.

Después de las presentaciones y de la dinámicas previas para hacerse mínimamente con la metodología, se nos pidió resumir la participación en una palabra. Yo dije «compartir«. Nos toca participar en lo que compartimos, en lo común, en el espacio y los bienes que son de todos. Por eso, para mí, participar tiene bastante que ver con compartir.

Los humanos compartimos muchas cosas a diferentes niveles: en el ámbito doméstico, en la comunidad de vecinos, en el municipio, en los países, en el planeta, etc.  Tiene sentido, pues, que participemos de alguna manera en todos esos ámbitos que compartimos. Evidentemente, nuestra participación puede ser más directa en los ámbitos más cercanos y se va haciendo cada vez más indirecta y más compleja cuanto más lejano sea el ámbito de las decisiones objeto de la participación.

A continuación se nos preguntó cómo son las personas que participan y cuáles pueden ser sus motivaciones. Mi construcción en el Lego se materializó en una pieza grande, que era yo mismo y mis intereses, y unas cuantas piezas pequeñas, que eran los demás y sus intereses. Lo expliqué diciendo que, desde mi punto de vista, las personas podíamos tener dos tipos de motivaciones para participar: defender el interés propio, que en mi Lego era la pieza más grande, y la solidaridad con los demás, que en mi Lego, eran las piezas pequeñas.

Sería hipócrita no reconocer que buscamos nuestro interés y que la defensa de lo nuestro es la principal motivación para participar en la organización y el reparto de lo común. Pero, también, es verdad que, en general, nos preocupa lo que les pasa a los demás y, especialmente, a las personas más cercanas, que pueden ser familiares, amigos, vecinos, pero también las personas que viven en nuestra región, en nuestro país, etc. Participamos pues, tanto por intereses personales, como por intereses colectivos.

A partir de ahí surgieron cuestiones diversas, como si, por ejemplo, la no participación es también una forma de participación, lo que para mí es evidente que sí. No participamos, por ejemplo, cuando no compartimos las reglas del juego de la participación, cuando no tenemos confianza en las personas que la promueven o cuando nos parece que no tenemos capacidad de influir en las decisiones, es decir, cuando nos parece que nuestra participación no va a servir para nada o, peor aún, cuando sospechamos que nuestra participación va a ser manipulada al servicio de intereses que no compartimos o que pueden ser, incluso, contrarios a los nuestros.

La cuestión de la confianza es clave cuando hablamos de participación. Difícilmente participaremos en procesos que no merecen nuestra confianza o en procesos organizados por quienes no cuentan con nuestra credibilidad. Algo así está pasando ahora con la política tradicional, ¿no?

También es verdad, como dijo una persona del grupo, que la no participación resulta cómoda. Es fácil dejar que otras personas participen por nosotros, mientras nos dedicamos a nuestra esfera privada o particular, dejando que otros se ocupen de los asuntos comunes o públicos. Y es que la participación requiere un esfuerzo que no siempre estamos dispuestos a realizar.

Y tan felices estábamos en estas disquisiciones cuando se fue agotando el tiempo y Danel, el facilitador, nos preguntó qué nos habíamos llevado del taller y entendimos que no se refería a ninguna pieza del Lego. En esa ronda de valoración surgieron algunas dudas sobre el sentido y la utilidad del taller que acabábamos de realizar.

Me permití explicar que, a veces, estas dinámicas tienen sentido en un contexto más amplio. Por ejemplo, en la jornada de puesta en marcha del proceso (la del 18 de diciembre) tuve la sensación de que en la mesa en la que pasé la mayor parte del tiempo el diálogo no había sido demasiado fluido, ni se había producido un gran entendimiento entre los participantes de la mesa. Sin embargo, las conclusiones de aquella jornada (PDF) me han parecido muy interesantes. Lo digo por si sirve como ejemplo de que, a veces, lo particular adquiere sentido en relación con lo general y que, a menudo, el conjunto resulta ser más que la suma de las partes. 

Espero que sea el caso del taller del otro día, de forma que en conjunto con el resto de talleres y de acciones que forman parte de este proceso se alcance un resultado útil para la mejora de la democracia y la participación ciudadana en Euskadi.

Aprovecho para rescatar el interesante documento que referenció Alberto en su comentario a mi post anterior: el modelo de participación de la Diputación de Gipuzkoa (PDF, 2009), que me parece una muy buena aportación sobre este tema de la participación, para no “multiplicar procesos de reflexión dirigidos el mismo objetivo”.

Señalar, por último, que podéis ampliar la información sobre este taller en las siguientes reseñas publicadas en otros blogs:

Agradecería completar esta lista con otras reseñas.

Categorías: Participacion
  1. Iñaki Ortiz
    18/03/2014 a las 00:31

    Quiero rescatar una idea del comentario de Koldobike. Se ha optado por un proceso experimental y comprometido, huyendo de planteamientos de corte más académico o más ortodoxos. Seguramente, se ha elegido el camino más complicado y más arriesgado, pero en este caso era importante que los medios contribuyeran a los fines, que las formas fueran reflejo de los contenidos que se pretenden. La participación se demuestra participando.

    Este Libro Blanco no quiere ser un «paper» elaborado para un Congreso, sino una reflexión coral, una obra colectiva, el factor común de muchas visiones diversas, a partir de las cuales se destilen unos compromisos concretos que se puedan llevar a la práctica a corto y medio plazo. Este Libro Blanco debe contener el mandato emanado de todas las personas que estamos participando en el proceso de su elaboración y el compromiso político de las personas que han incluido este objetivo en el programa de Gobierno y han puesto en marcha este proceso, compromiso expresado públicamente el día del lanzamiento del proceso de elaboración del Libro Blanco.

    A nosotras, las personas que estamos participando en su elaboración, nos corresponde buena parte de la responsabilidad y del mérito de que este Libro Blanco responda a las expectativas, primero por el acierto en sus contenidos y, a renglón seguido, por la exigencia de su cumplimiento. Estamos llevando a la práctica la idea de corresponsabilidad expresada en la «visión» del Plan de Innovación Pública (PIP): “La Administración vasca como un espacio de relación entre una ciudadanía corresponsable y unos profesionales del servicio público orgullosos de trabajar para el bienestar de la sociedad”.

  2. Joseba Zarraga
    17/03/2014 a las 21:31

    Compartir, esa es la clave. Yo me lleve la mochila cargada, quizas no tenia una idea preconcevida del desarrollo de la jornada, me dedique a analizar e intente expresar lo que se me propuso. Mi parecer, la administración debe pensar y actuar como individuo, así podrá, Compartir.

  3. Iñaki Ortiz
    17/03/2014 a las 19:56

    Compañera del metal, a ver si leemos la letra pequeña, que esa «visión» ya estaba «controlada». Si no me fallan las cuentas, es el segundo enlace a las reseñas publicadas en otros blogs. Concretamente, la que reza así: «El libro blanco de la participación en Euskadi, por M’ Angel Manovell». Usted me dirá si me equivoco, joven.

    • dinamikideas
      17/03/2014 a las 21:15

      Ya me puede perdonar mi zozobra al invisibilizarme. Mis disculpas más sinceras.

      • Iñaki Ortiz
        17/03/2014 a las 22:17

        Disculpas aceptadas ;-). Gracias por pasarte por aquí.

  4. 17/03/2014 a las 19:37

    Entre todas las visiones seguro que obtenemos un buen calidoscopio; os dejo aqui la mia http://www.dinamikideas.com/el-libro-blanco-de-la-participacion/

  5. 17/03/2014 a las 11:27

    Todo lo que sea escuchar, sumar, construir, comprender las razones de los distintos agentes que participan en este Libro o en cualquier decisión pública me parece positivo.

    Creo sinceramente que cuantas más voces diversas se escuchen y maneras diversas de entender la realidad compleja en la que vivimos se tengan en cuenta, más posibilidades de encontrar caminos alternativos flexibles y abiertos por los que transitar en una época de incertidumbres, cambios, etc…

    Me encantaría que estas hipótesis teóricas de análisis de políticas públicas (y de sentido común) se aplicaran de manera natural en mis decisiones, las de mi familia, cuadrilla, ciudad, región… Cuestión de ACTITUD 🙂

  6. koldobike uriarte
    17/03/2014 a las 10:37

    Deseo contestar a vuestros post en claro agradecimiento por vuestra dedicación, esfuerzo e interés. Y lo hago únicamente como responsable técnica de este proyecto, y con el fin de clarificar alguna cuestión que parece no hemos sabido contar suficientemente bien.
    Desde luego que hemos tomado buena nota de vuestras apreciaciones y todas ellas nos ayudan a enfocar, reenfocar… los siguientes hitos que tenemos entre manos. Mil gracias, por tanto.
    Sin embargo, me veo en la necesidad de expresar también cómo vivimos estas cosas las personas que desde dentro de la administración estamos tratando de impulsar proyectos de cambio, de innovación, de mejora, de reorientación… de la gestión pública, por aquello de que también pudiera aportar una cierta perspectiva a los que “nos vivís o nos sufrís desde fuera”.
    Desde luego hay muchas formas de enfrentarse a la elaboración de un “Libro Blanco de Democracia y Participación ciudadana”, incorporado como proyecto en el programa de gobierno para esta X legislatura. De hecho, como habéis comentado ya, hay mucho escrito ya y poco hubiera costado hacer una pequeña adaptación de lo existente a nuestra realidad acompañándolo de un listado de buenas prácticas europeas o internacionales.
    Sin embargo, hemos optado por lanzarnos a un proceso experimental y comprometido que nos permitiera ensayar y aprender a través de procesos transformadores cómo solventar este reto de avanzar hacia una democracia más participativa.
    En esto no hay ciencia exacta. Lanzamos el reto ciudadano el 18 de diciembre, y aunque individualmente cada uno pudo sacar sus propias conclusiones, el producto colectivo, desde mi humilde punto de vista, fue estupendo. Ahora, aprovechando iniciativas e impulsos de organizaciones y personas que están involucradas en iniciativas o proyectos con una orientación afín o complementaria a la nuestra, estamos provocando reflexiones y aportaciones en contenidos más concretos que nos pareció al equipo promotor merecía la pena profundizar: procesos en algunas universidades, en colectivos de adolescentes, de personas con discapacidad, en grupos intergeneracionales, en grupos más expertos… Y lo estamos haciendo utilizando diferentes metodologías y fórmulas de aproximación, para que ello también nos ayude en el análisis sobre canales y herramientas más idóneas. Claro está, no siempre con el mejor acierto. Esto es lo que tiene cuando uno se abre al ensayo-error. Pero resulta imprescindible si, en el afán de construir, no queremos evitar todo lo que pueda ofrecer un panorama diferente.
    Esta misma semana, el 21 de marzo tenemos convocada una sesión multitudinaria en Vitoria para abordar otro par de cuestiones que pueden merecer un mayor esfuerzo de abordaje y análisis. Y así continuaremos hasta que entendamos que lo que tenemos añade suficiente valor como para dar por terminado este primer reto de escribir, desde una página en blanco, el Libro Blanco de Democracia y Participación Ciudadana para Euskadi.
    En el camino quedarán aciertos y desaciertos de los promotores, y sobre todo, ingentes horas de trabajo, esfuerzo y dedicación de muchas personas que se habrán implicado: ciudadanos y ciudadanas de a pie, estudiantes, profesores/as, agentes de la sociedad civil, profesionales, empleados y empleadas públicas, cargos públicos… Seguro que podríamos hacer la cuenta desde un punto de vista economicista. A todos ellos vaya por delante nuestro agradecimiento. Pero también, al menos eso esperamos, proporcionará una mayor disposición, una mayor capacidad, una mayor ilusión…, por todas las partes, para construir una sociedad más comprometida con el logro del bien común. Esto ya resultará más dificil de medir, por lo que no quedará otra que confiar en la buena intención de sus promotores.

  7. 17/03/2014 a las 07:31

    Me uno a la fiesta. Me ha salido un post un poco tétrico, pero siendo sincero me parece que esa jornada no fue una feliz idea tal como se planteó. Creo que es momento de no hacer cosas al tuntún. Trabajar con Lego en 2 horas fue bastante frustrante. No pillé el porqué de esa sesión, la verdad. Pero supongo que hay que seguir. En fin, habrá mejores jornadas de trabajo, seguro.

  8. 16/03/2014 a las 21:43
  1. 18/03/2014 a las 14:46
  2. 18/03/2014 a las 10:41
  3. 18/03/2014 a las 08:30
  4. 16/03/2014 a las 21:48

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