Administraciones en red

El viernes celebramos una asamblea presencial varias de las personas que participamos en el grupo/espacio Politika 2.0.

Han hablado de ello: Mikel Agirregabiria, Sergio Monge y M@k el Buscaimposibles.

Para mi la conclusión es clara y positiva. Hay una visión unánimemente compartida: queremos una política más participativa y pensamos que las TICs pueden ayudar a conseguirla. A partir de ahí, podemos tener dudas sobre aspectos operativos o, incluso, temores ante posibles riesgos de manipulación. Es normal, la política es un terreno embarrado. Adoptemos unas pautas mínimas de funcionamiento para ser más eficaces, tomemos las precauciones posibles y asumamos los riesgos inevitables. No hay acción sin riesgo.

En este post sólo quiero hablar de una cosa que se planteó el viernes. La propuesta no tuvo ningún eco en la asamblea, pero me sugiere algunas reflexiones que prefiero no pasar por alto. Alguien dijo que en este grupo/espacio no deberían participar personas que se dedican a la política. Me parece un grave error de concepto.

Al contrario, sería un éxito de este grupo conseguir incorporar a personas que se dedican a la política. De hecho algunas, ya están participando.

Lo explico telegráficamente:

• Hay muchas formas de dedicarse a la política. Unos viven de ella y otros, la mayoría, no. Unos hacen política desde los partidos y otros desde fuera de ellos. Y en cualquiera de estos grupos puede haber personas que compartan las ideas de Politika 2.0. La participación de todas ellas enriquece este grupo/espacio y lo hace más eficaz.

• La política no va a cambiar de la noche a la mañana. Un día, cuando nos despertemos, no vamos a encontrarnos de repente en un mundo de ciudadanos participativos, capaces de organizar la convivencia sin necesidad de partidos políticos. No, no creo en el big bang de la política 2.0. Pienso más bien que la construcción de la política 2.0 va a ser un proceso. Partiendo de lo que hay, el sistema político evolucionará hacia formas más participativas. Y, para ello, vendrá bien la colaboración de todas las personas que compartan estas ideas.

• Escuché, por primera vez, el concepto de 1.5 en la presentación del libro de Alorza, «manual de uso del blog en la empresa«. Lo dijo Genís Roca:

«A medida que todo el contexto 2.0 ha ido concretándose se ha ido produciendo un mayor distanciamiento, cuando no enfrentamiento, con el modelo anterior que hemos resumido como 1.0. Las grandes empresas, corporaciones, instituciones y estados que mueven el mundo son muy 1.0, y probablemente sea irreal pretender convertirlas en algo 2.0. Casi seguro que, como siempre, la opción buena sea la de buscar caminos 1.5, o incluso 1.2. Como en la más clásica de las negociaciones: empiezas pidiendo más, para poder retroceder hasta un punto aceptable por ambas partes. Porque se trata de ponerse de acuerdo y andar juntos hacia un mundo que quizá no será 2.0, pero sí 1.3 o 1.4, ya se verá. Y no es poco».

Creo que esta idea de Genís Roca es perfectamente aplicable a la política.

• No se trata de construir la política 2.0 en contra de la 1.0, sino de buscar espacios de encuentro posibles para que la política 1.0 se perfeccione, se democratice y avance hacia el modelo 2.0. La complicidad de las personas que ahora están en la política 1.0 es un factor clave de éxito en este proceso.

• Recientemente, Cesar Calderón ha escrito un elogio de la política 1.5, que termina con esta reflexión:

«Personalmente creo que el papel de los que nos dedicamos a estas cosas, lejos de encerrarnos en nuestra torre de marfil, es el de servir de sherpas para estos nuevos viajeros que comienzan a llegar en masas a las costas de la escucha activa y la participación».

Pues eso, pongamos la confianza en las personas por encima de nuestros miedos y no renunciemos a ninguna colaboración. La inteligencia colectiva ya sabrá distinguir el grano de la paja, que para algo sirve la transparencia de lo 2.0.