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Con más vagancia y menos burrocracia, disfrutaremos trabajando
¿Cómo? No os asustéis todavía: dejadlo para después de leer este post. El título se refiere simplemente a una pequeña conversación entre los blogs «Sociedad conectada. Voz y voto«, «Los sueños de la razón» y nuestro «Administraciones en red«, a raíz del post «No disfrutamos trabajando«.
Félix Serrano, en su post «Burrocrracia» (sic) nos recuerda, a partir de los significados de la palabra burocracia, «que no por mucha Administración Electrónica que pongamos, si no intentamos de verdad cambiar el enfoque, estaremos construyendo la versión digital de la Burocracia Electrónica«. Oscar Cortés y la añorada ChicaGato hacen comentarios antológicos. Y, si entiendo bien, Félix propone la lucha contra la burrocracia como un antídoto contra la frustración laboral.
Miguel, en cambio, se nos pone paradójico y propone un nuevo modelo de gestión basado en la vagancia.
No disfrutamos trabajando
“No disfrutamos trabajando, ni disfrutamos en el paro”, cantaba lúcidamente Evaristo en 1984, al frente de La Polla Records. Entonces, el paro era la amenaza que atenaza. Veintitrés años después, la frase sigue siendo válida para muchos, pese a que ahora, cercanos al pleno empleo, nos preocupa más la hipoteca que la cola del paro.
Son muy pocas las personas que realmente disfrutan con su trabajo. Incluso los que nos sentimos afortunados reconocemos que muchas de las horas que pasamos sentados en el puesto son losas que pesan sobre nuestro espíritu. Y, sin embargo, tampoco disfrutamos de la falta de trabajo. El raro día que me quedo en casa por motivos de salud, me siento culpable, no sé de qué. Sólo nos damos permiso para disfrutar de las vacaciones estipuladas, quizá porque los convenios establecen que “el trabajador disfrutará de n días de vacaciones”.
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