Administraciones en red

Todos coincidiremos en que, en la actual economía en red, la innovación se justifica por ser el elemento más influyente a largo plazo en el incremento de la productividad y, de rebote, de la competitividad.

Por lo tanto, la innovación es un imperativo para las empresas que nadie discute y que la administración debe fomentar. Ahora bien, la administración ha empezado a contemplar la innovación no sólo como un bien a promover en la sociedad, sino también como un principio director para su propia actividad. La administración quiere ser una administración que innova.

Yo también deseo una administración innovadora, pero daré algunos rodeos para llegar a esta conclusión.

Hemos defendido en múltiples ocasiones que:

• la gestión pública tiene mucho que aprender de la gestión privada
• los conceptos de la gestión privada deben ser repensados para adaptarlos a la gestión pública

Una consecuencia de esto es que más de una vez importamos conceptos de lo privado a los que luego desnaturalizamos y cambiamos de significado. Uno de estos es el de competitividad. Hay que decirlo claramente: las administraciones no compiten de verdad entre ellas, ni con el sector privado. No, al menos, de forma significativa, excepto en la captación del talento, donde el prestigio y las condiciones de trabajo pueden lograr diferencias en la capacidad de contratar a las mejores. Es más, no es deseable que el núcleo de la administración pública, sus funciones indelegables, se someta a mecanismos de competitividad.

Por lo tanto, no parece que la necesidad de innovar se justifique en nuestro caso por la competitividad feroz del sector. En cuanto al aumento de productividad, hay medidas mucho más urgentes que la harían aumentar, como sospecháis los que hacéis chistes de funcionarios. En ese sentido, tenéis razón quienes, como Yanina, decís que lo más urgente hoy es mejorar la calidad.

Sin embargo, hemos tenido años para modernizar la administración y los resultados han sido parcos. Sin ir más lejos, la nuestra lleva más de 12 años con planes de modernización. No podemos demorar la reinvención de la administración a la espera de los cambios que se deberían haber hecho.

Por suerte, creo que no estamos en un contexto en el que tengamos que optar por la calidad o la innovación, por la eficiencia o los nuevos servicios. De hecho, nos vemos en la obligación de hacer ambas cosas a la vez. La llegada de la administración electrónica debe implicar cambios en la manera de hacer y en la organización, junto con cambios en la cartera de servicios, en los canales empleados, en los actores implicados.

Es fácil confundir innovación con introducción de TICs. En el mundo de la empresa, la diferencia es más clara, porque las innovaciones, para ser aceptadas deben producir beneficios. En la administración, la digitalización debe venir acompañada de la modernización, de la reorganización, para producir nuevos servicios que realmente añadan valor a los usuarios, que realmente introduzcan innovación. En una entrevista concedida a netfocus decíamos “es necesario reinventar la administración para no digitalizar el caos”.

Pero no sé si he respondido claramente a la pregunta. ¿Por qué es tan importante la innovación para la administración pública?

• Porque, en pleno siglo XXI, el reto no es sólo ser más eficientes en la producción de servicios, sino proporcionar nuevos servicios que mejoren el bienestar de la ciudadanía.
• Porque, en pleno siglo XXI, el reto no es sólo la simplificación, sino la eliminación de trámites y la absoluta personalización.
• Porque la tecnología permite prestar servicio de manera más eficiente, más cómoda, más cercana, más adaptada, más personalizada… y esa es una vieja aspiración tanto de la administración como de la ciudadanía.
• Porque cualquier día los ciudadanos se van a hartar, van a prender fuego al palacio de la administración y se van a repartir nuestros despojos, a menos que seamos capaces de asombrarles con nuestra capacidad de aportarles valor.
• Porque existen miles de funcionarios que desean poder expresar su creatividad en su medio de trabajo. Es más motivador construir que reparar.
• Porque existen miles de ciudadanos que desean participar en la construcción de la nueva administración pública. Es más enriquecedor participar que criticar.