opening governments: el oGov es una práctica, no una teoría
Iñaki ha publicado un post muy clarificador acerca de qué es esto del open government, siguiendo la estela de la serie publicada por Javier Llinares y la de otros posts en nuestra blogosfera pública. Está recibiendo muchos comentarios, todos ellos en tono elogioso, pero donde también se desliza esta crítica: “una teoría muy atractiva, pero ¿se va a poner en práctica?”.
Nuestro admirado Borja Ríus comenta:
“Ahora el reto está en pasar del concepto a la praxis. Como siempre, la Administración evoluciona mucho más lentamente que los conceptos que la definen y de lo que nos gustaría a todos los que trabajamos en ella”.
Desde el distrito jurídico de la blogosfera pública, Andrés Morey replica a Iñaki:
“El oGov, la Administración 2.0, la e-administración, etc. han de realizarse sin pérdida de esos fundamentos y bases y no pueden ser, finalmente un instrumento meramente al servicio de los cargos políticos, de imagen, de publicidad y, porqué no decirlo, de engaño al ciudadano o de inmoralidad”.
En resumen, se reclama pasar de la teoría a la práctica, y no a cualquier práctica, sino a una práctica honesta al servicio de los altos fines del servicio público.
Pues yo creo que hay oportunidades para el oGov aquí y ahora, sin necesidad de esperar a que otra generación ocupe el poder. Dejad que me explique.
Volviendo al concepto, según la definición de Iñaki, hay que tener muy claro que esto del open government es una etiqueta que le damos a un proceso de cambio de la Administración pública. Es la etiqueta que hoy consideramos más útil a este fin, pero no es esencialmente diferente de otras que hemos empleado en otros momentos, como Administración 2.0 o Administraciones en red.
Ahora bien, si no es diferente, ¿para qué inventamos una nueva? No estamos en esa situación que tan bien describe Andrés Morey: “… a cualquier niñato aficionado le basta con mezclar en su conversación con un político la gobernanza, el new management, el oGov, el informe Gore, etc. para conseguir un alto cargo o un alto puesto”. No lo hacemos para engolar nuestro discurso, ni para ocultar sus carencias.
Cada etiqueta enfatiza un aspecto de los que componen esta corriente de cambio:
- La Administración 2.0 pone el énfasis en la conversación, en la participación mediante herramientas colaborativas en Internet.
- El concepto Administraciones en red pone en el centro la cualidad relacional de la Administración, la prestación de los servicios públicos de forma colaborativa con el conjunto de actores sociales.
- Por su parte, la etiqueta open government coloca en el foco la necesidad de apertura, en un sentido amplio que incluye las relaciones G2C, G2B, G2G y sus recíprocas, e incluso algunas P2P. La Administración se abre para mejor cumplir con su función y ganar así legitimidad ante la ciudadanía.
Vale, hasta ahora, puro juego de palabras. Pero dejad que vaya un poco más allá. Digámoslo de una vez: el open government no existe ni existirá, por la misma razón que no existe la libertad: se trata de un absoluto al que se puede tender, pero nunca alcanzar.
Este no es motivo para el pesimismo. No existe la libertad, pero sí la liberación. No existe la Administración abierta, pero sí la apertura de la Administración. Es posible, y deseable, conseguir que cada día se abra más.
Aunque nuestra visión, nuestro horizonte hipnótico, sea el open government, nuestro objetivo es más modesto: “opening governments”.
Y aquí engancho con la práctica. ¿Cómo abrimos la lata de la Administración? En todo momento y en toda ocasión. De abajo arriba y sin empeñarnos en grandiosos proyectos de final incierto.
Siguiendo el paralelismo con la libertad, la liberación se produce en los episodios concretos de las vidas de las personas, guiadas por una idea común, pero actuando en lo local. Aquí viene a cuento el archisabido eslogan “piensa globalmente, actúa localmente”, al que yo añado “y sueña celestialmente”.
Los frentes son innumerables. Podemos ir abriendo la información pública, la prestación de servicios concretos, las relaciones con la ciudadanía y las empresas, la relación entre administraciones, la propia función pública. Poco a poco, convenciendo a los implicados, empezando por pequeños experimentos que tengan el éxito casi asegurado. Rebautizando herramientas y conceptos para no asustar. Empleando la tecnología como vector del cambio.
Javier Llinares habla de cuatro tipos de cambio para el oGov: (a) culturales, (b) en los procesos, (c) en la organización, (d) en las formas de relación. Oscar Cortés añade dos palancas: (a) el liderazgo político y profesional, y (b) la tecnología, especialmente la web 2.0. Yo quiero enfatizar la orientación de ese cambio: de abajo arriba.
Hay que considerar como agentes del cambio a la ciudadanía, a las empresas y a los trabajadores públicos. Son ellos quienes pueden ir soltando lazos y botonaduras, los que van a ir desnudando a la Administración hasta hacerla más bella y accesible.
Por eso tiene sentido seguir predicando desde estos foros, para ir creando el contexto que fomentará la apertura de lo público. Queremos cambiar mentes:
«You say you’ll change the constitution
Well you know, We all want to change your head
You tell me it’s the institution
Well you know, You better free your mind instead»The Beatles: Revolution (1968)
Espero en todo caso, que no nos quedemos en la prédica, sino que vayamos dejando registro de las pequeñas conquistas que vayamos observando. No estamos parados a la espera de que llegue un improbable Plan Estratégico de Aperturización General Electrónica. El oGov camina.
«el open government no existe ni existirá..» !!! y todo el párrafo posterior. Me ha producido un click. Ahora vamos bien 😉
@osimod: David, en pocas líneas has dicho lo que yo hubiera querido decir en todas las que he escrito. Ahí está la clave: buscar los «small cracks in the armour».
@sergio: muchas gracias. Te animo a que te sumes a este debate, porque tienes mucho que enseñarnos, especialmente en lo que toca a cambiar mentalidades.
@javier llinares: ¿te he provocado? ¡prueba superada! No pretendía más este post.
@manuederra: duda, duda, que algo queda. Una aclaración: yo creo que la tecnología puede ser una palanca para el cambio, pero sólo si se hace bien y ni siquiera es la más importante. En todo caso, la tecnología está entrando y es importante que sepamos aprovechar el momento para inducir cambios de otro tipo.
@Ioannes: me abruma usted. No sabía que mis pobres palabras estuvieran tan conectadas al Cosmos 🙂
@Rogelio: estoy contigo. Es hora de cambiar, cambiar y cambiar. No es momento de planificar, sino de hacer, empezando por cualquier parte. Después las mejores soluciones se irán extendiendo por mera viralidad.
@Iñaki: claro que estamos alineados. Hace tiempo que no discutimos. A ver cuándo escribes algo en lo discrepemos 😉
Gracias por vuestro trabajo inaki, alorza, javier
Soy favorable a una perspective historica, sin buscar a reinventar la rueda.
Mi paper sobre este tema va a salir en el ePractice Journal de Agosto
Puedo sugerir de consolidar este trabajo con la perspectiva historica porque open government es un concepto que tiene historia. Concretamente, la mejor referencia es el informe «modernizing government» de la OECD que tiene el primer capitulo sobre OGOV y hace una analisi completa de la politicas sobre la trasparencia.
Segundo, estoy totalmente de acuerdo che OGOV es una tendencia, no un objectivo concretamente alcanzable. La total trasparencia no es posible, pero el truco es buscar de abrir, ahora, algunos procesos que antes eran cerrados. Por ejemplo el feedback ciutadano (arreglamicalle) o el proceso de consultacion sobre la prioridades de investigacion (hablo de esto en el post «let’s walk the talk». Como dice Tom Steinberg, tenemos que buscar los «small crack in the armour».
Muchas gracias por la explicación del concepto Open Government. Dejo mi idea de por donde creo que está la herida para poner la venda en el sitio donde haga más falta.
Los principales rasgos del oGov son los siguientes:
• Las administraciones «open» escuchan, conversan con la ciudadanía, conversan entre sí, conversan con las organizaciones colaboradoras, comparten la información y el conocimiento, utilizan y promueven la utilización de las herramientas de la web 2.0 y del software libre, promueven la generación del contexto adecuado en el que aflore la iniciativa social, anteponen el interés general de la ciudadanía a los particulares, facilitan el crecimiento personal y profesional, experimentan, asumen riesgos e innovan en un camino sin fin (beta permanente) hacia una sociedad mejor.
• Para realmente hacer todo eso se necesita una determinada forma de pensar:
o PENSAR que preguntando puedo oír cosas interesantes
o QUERER asumir el compromiso de hacer caso
o PENSAR que no tengo por qué saber todo pero sí estar dispuesto/a a aprender
o PENSAR que puedo aprender de los/as otros/as
o CREER que tú seas más no significa que yo sea menos
o PENSAR que no tengo por qué ser el/la mejor pero si que quiero ser mejor
o CREER que juntos/as podemos más
o Tener verdadera VOLUNTAD personal de aportar y servir
o CREER en las personas.
ENTENDIENDO que la administración son «personas al servicio de las personas» y que la satisfacción individual contribuye a la de la comunidad.
¿Os imagináis que viendo a los demás, personas, departamentos o ciudadanos, como rivales, o buscando la comodidad y la seguridad, o sintiendo que no se puede cambiar el sistema porque ni es cosa mía, ni puedo hacer nada, es posible avanzar hacia el concepto oGov?.
La transformación hacia el modelo oGov parece que pasa necesariamente por una transformación de la mentalidad actual de las personas (tu y yo, cada uno/a individualmente), de nuestra forma actual de pensar.
Será necesario por lo tanto aprender a cambiar de mentalidad. ¿Cómo se cambia de mentalidad? ¿Hay alguna manera que no sea por la fuerza? Si no la hubiera, habría que inventarla, porque es el trabajo que vamos a tener que aprender a hacer en los próximos tiempos.
Me tomo este post como una provocación.
Una provocación que me anima a buscar un proyecto a la práctica.
Si hace unos días os explicaba que tengo un cliente al que le debo un proyecto de renovación en base al cambio de paradigma, despues de estar unos días colapsado mentalmente como para lanzar unas ideas, ahora recojo el testito y me lanzo a terminar la conceptualización práctica en base a la idea de Ogov.
Gracias por provocar.
Estaba pensando en una explosión nuclear como único desencadenante para la práctica del oGov, será que hoy me toca ver la botella medio vacía. La administración es una maquinaria que, muchas veces, parece que se justifica por sí misma y pierde el sentido de us existencia, el servicio público, es evidente. Estamos en un momento de contradicción: de la tradición burocrática a una nueva forma de servicio público que está naciendo ahora, elaborándose, inventándose sobre la marcha.
Y claro, hoy también me toca dudar de que la tecnología sea una palanca para el cambio. No lo dudo respecto al cambio hacia nuevos liderazgos políticos, pero quisiera pensar que la tecnología es sólo un instrumento, no vaya a ser que determine en exceso la orientación de esos cambios.
Total: hoy ración de dudas.
Tremendas reflexiones. Efectivamente la reflexión en torno a Tomás Moro no viene de más, patrón de los Políticos y autor de UTOPÍA! «Toda indignidad deriva de la mala gestión de la Cosa Pública» Quizás haya que empezar con cosas pequeñas, un EFECTO TERAPEÚTICO, las enormes colas o tramites que angustian al ciudadano, el trato amable, «el seguimiento y no abandono al ciudadano», «el tener que ir a pagar aquí o hallá», «el entrega este documento pero te falta el otro» (a mí es lo que me pasó con la Declaración de la Renta!!)…..Habría que implicar al ciudadano…decirle ¿qué es lo que te molesta o angustia de la administración? Nótese que para todo ésto no hace falta una gran revolución tecnológica innovadora. De aquí , igual se puede pasar, en ejemplo de Cornellá, de la gasolinera sucia, a la gasolinera donde puedes comprar el pan, la prensa….(por poner un ejemplo del mundo privado).Quizás todo pueda empezar con una praxis terapeútica.
Siempre me ha llamado la atención el hecho de que hoy una marca de automóviles, generalmente de lujo, incorpore una mejora, un avance a su equipamiento y el año que viene esa novedad la llevan hasta las Vespinos.
De igual forma hace 10 ó 12 años el 90% de la población no disponía de teléfono móvil y hoy la Abuela de la Fabada se ha echado un noviete a través de videoconferencia, con un móvil de última generación con 3,5G, HDSPA, HIJKLMNA, etc, etc.
¿ Porqué no es posible incorporar esos tempos a los cambios sociales ?, ¿ es que no saben copiar ?, que copien coño que no hay copyright.
Hay cosas que merecen la pena decirlas muchas veces, tantas veces como se tercie: Santo Tomás Moro; patrón de los POLITICOS; decía allá por el siglo XVI que «Toda indignidad deriva de la mala gestión de la Cosa Pública», y yo lo creo a pies juntillas, así que si hay por ahí alguno que viva de esa cosa que se llama POLITICA que tome nota, que se dejen ya de prolegómenos, ya estamos a punto, tenemos ganas de consumar, no de consumir-nos.
PD. Las mayúsculas son para remarcar, no se las han ganado todavía.
Estamos alineados. En mi actualización de ayer incluí el siguiente punto:
«Las administraciones open experimentan, asumen riesgos e innovan, en un camino sin fin (beta permanente) hacia una sociedad mejor».
El oGov es un camino sin fin, como el del arado atado a la estrella que nos cuenta Ioannes Xabier. Me ha encantado la imagen.
Ya hace dos años mostraba en este blog mi desasosiego por el gap entre la administración que soñamos y la que vivimos.
Es indiscutible que el gran reto radica en llevar las ideas a la práctica, conseguir resultados día a día. Y eso es lo difícil, porque ideas no faltan, pero sólo una pequeña parte de ellas se convierten en realidades tangibles.
Mientras tanto seguiremos manteniendo estos debates teóricos, siquiera para iluminar las prácticas, porque la práctica sin reflexión previa tampoco suele dar buenos resultados.
Por otra parte, cuando los conceptos van calando en el plano teórico ya se ha ganado la primera batalla.
¿Pedimos un abrelatas en Twitter?
Por cierto, rediez, lo de oGovS seguro que se puede reinventar…Y hablando de cielo y sueños celestiales , que bonito está el cielo de los Euskal Herriak, truenos y relámpagos, nubes y sol…Tu post @Alorza, me ha dejado un poco «txotxoloturik».
Tienes más razón que un santo. El témino «Opening Governments» refleja cláramente lo que quieres decir, pluralidad y continua re-invención. Por lo que apartir de ahora: OgovS..Claro que sí. Tu mismo post, es un hibrido entre praxis y utopía-misticismo.
Praxis renacentista + misticismo oriental. Praxis renacentista que podrían ser vistas desde el «Efecto Medicis» (interesección de diferentes culturas, multidisciplinar …) o el «Efecto Valentino» (proyección o identificación de una ambición individual en un contexto colectivo), referidas al Duque Cesar Borgia, «Capitán General de los Ejércitos de Navarra» . En resumen pura praxis.
Pero también utopía-misticismo. Ya hablabas en términos kabalísticos del «Arbol Sefirótico» de la Administración Emergente. Se le podría dar también a todo ésto un sentido confucionista (armonía del hombre en la sociedad) , en sentido Pánico (terror-humor-simultaneidad, http://oikoumene.nireblog.com/post/2008/05/31/movimiento-panico ) un sentido taosista (armonía del hombre en la naturaleza ) :
» El Tao que puede expresarse
no es el Tao permanente.
El nombre que puede nombrarse
no es el nombre permanente.»
En resumen, praxis y utopía deben caminar de la mano. Proverbio Arábe : » El campesino que labra su tierra atando su arado a una estrella»