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Administración abierta (open government): un modelo a partir del open business


Diez ingredientes del OBEstoy siguiendo con interés –con esperanza, debería decir- los intentos de Julen Iturbe, Juan Freire, Paco Vargas, Ramón Sangüesa y Oriol Lloret por dar forma a ese modelo utópico de management que están llamando Open Business. Recientemente, César Calderón y Marc Vidal han dado un breve descanso al análisis político para dedicarle también alguna atención.

Aunque en otras ocasiones, me he atrevido a traducir ideas interesantes, como éstas, al contexto de la administración pública, se ve que he perdido práctica, porque me está costando horrores darle forma a un modelo de Open Government a partir de los diez ingredientes que propone Julen. Y eso que ya había escrito un par de sueltos sobre el tema (1 y 2).

¿Será que la administración pública tiene poco de abierta? O, al contrario, ¿será que no tiene sentido hablar de un modelo abierto en organizaciones que son, por públicas, intrínsecamente abiertas? Veamos qué conclusión sacáis después de leer este análisis.

Parto de los diez ingredientes de Julen, así que sugiero que empecéis por leer su artículo:

  1. La red como organización básica. Un modelo de Open Government no sólo sería radicalmente descentralizado y subsidiarizado, sino que tomaría la forma de una red distribuida, capaz de adoptar configuraciones diferentes a cada paso, sin un centro decisor. ¿Una locura? Bueno, muchas veces hay que apuntar muy alto para no quedarse corto. Yo creo que se puede sacar petróleo de la idea de administración en red, con una condición: la de una ciudadanía activa que viva intensamente la vida cívica.
  2. El compromiso con la comunidad de referencia. Este punto lo tenemos más fácil: la misión explícita de la administración es lograr el beneficio común. Sin embargo, muchas veces nos anclamos en el célebre “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. La administración, también, debe coevolucionar con su entorno, provocar un círculo virtuoso que provoque un aprendizaje simultáneo de la ciudadanía y los administradores.
  3. La disposición a compartir con la comunidad el conocimiento que genere. Exactamente esa es la idea que está detrás de los dos artículos previos sobre open government. Como ya hemos dicho, en Europa tenemos una licencia copyleft ideada exactamente para este fin: la EUPL.
  4. La participación radical de sus protagonistas. En nuestro caso, debemos hacer énfasis en que no sólo será necesaria la participación ciudadana, sino la siempre olvidada participación interna del funcionariado. Y cuando hablamos de participación, queremos decir participación en primera persona, no delegada a partidos, asociaciones o sindicatos.
  5. La aceptación de la web social como herramienta de trabajo. En el caso de lo público, debe cumplirse el prerrequisito de conseguir una aculturación de los dirigentes y servidores públicos en materia de web 2.0. Es lo que hemos llamado el cambio de “funcionarios office” a “funcionarios web”.
  6. La desmembración del negocio en nuevos negocios. En el caso de lo público, conecta con la descentralización y con la subsidiarización, pero también con la más polémica externalización de servicios. En el caso de la empresa, se busca de esta manera fomentar el emprendizaje y el crecimiento por dispersión. En lo público, estamos a un millón de años luz de poder considerar a los agentes públicos (internos o externos) como emprendedores, sino más bien como conservadores. Creo que ahí hay un debate apasionante y grandes oportunidades de experimentación.
  7. La wikipedia como modelo de construcción de conocimiento compartido. Muy bien, pero habrá que comenzar por construir un entorno en el que las personas deseen aprender y compartir el conocimiento. Y me temo que ese entorno deberá ser menos jerárquico que el actual.
  8. Las personas contribuyen bajo un modelo P2P. Me estoy imaginando una evaluación del desempeño que gire en torno a este concepto: cuanto más intercambias, más puntos obtienes. Y en las administraciones, las posibilidades son inmensas. Son organizaciones compuestas de trabajadores del conocimiento, muchos de ellos muy especializados, que sólo pueden formar comunidades de aprendizaje si crean redes para relacionarse con especialistas de otras organizaciones. Y no existe una presión económica para conservar oculto el know-how.
  9. El cliente y el usuario final forman parte de la organización. Cambiamos la frase por “la ciudadanía forma parte de la organización y es parte activa de la búsqueda de nuevas formas de aportar valor”. Por aquí hay mucho camino para andar.
  10. La administración OG persigue el éxito, pero tiene que reinventarlo a cada proyecto. Este principio enlaza con el modelo de administración experimental, pero también presenta otras implicaciones: “Los proyectos individuales son tan relevantes como el proyecto común”.

Veo que la aplicación de estos diez principios a la administración dibuja un modelo convergente con otros que hemos presentado aquí:

 

  1. 28/05/2007 a las 09:22

    Delimitar los perfiles del modelo de administración abierta es uno de los principales ejes de este blog. Estaría bien ordenar en un wiki todo lo que vayamos «produciendo» sobre este tema.
    A mi también me parece que los ingredientes de Julen sirven para condimentar una exquisita administración abierta. Habrá que experimentar diferentes platos.

  2. 28/05/2007 a las 05:31

    Seguimos produciendo ideas convergentes. Por nuestra parte, estamos ahora despedazando una comunicación que se va a presentar en un congreso en Croacia. Te tenemos al tanto para avanzar en la parte conceptual.

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