Prioridades éticas de nuestro tiempo
Esta mañana he asistido en Aranzazu a una mesa redonda en la que ha participado Daniel Innerarity, mi filósofo de cabecera, junto con otros pensadores de la talla de Victoria Camps, José Antonio Marina y Miguel Herrero de Miñón.
El acto estaba organizado por Baketik, centro por la paz y escuela de elaboración ética de conflictos, dirigido por Jonan Fernández.
En este post tomo nota de algunas de las ideas mencionadas en este acto relacionadas con la ética de los conflictos y el concepto de ciudadanía en la época que estamos viviendo.
Innerarity ha comenzado señalando que las principales pulsiones de nuestro tiempo tienen más que ver con lo que nos irrita, que con los grandes conceptos manejados por las sociedades durante los siglos pasados. Cabría afirmar, por tanto, que en la actualidad nuestras sociedades se enfrentan a “conflictos emocionales”.
El nuevo paradigma en la teoría de los conflictos sería la lucha por el reconocimiento, frente al conflicto de la redistribución, al que estábamos acostumbrados y sabíamos gestionar mejor.
Se produce una psicologización de los conflictos, en la que cobran especial importancia aspectos virtuales y psicológicos, como el miedo, las expectativas o la confianza.
En este contexto, Innerarity ha propuesto los tres elementos siguientes a la hora de abordar los conflictos de nuevo cuño: el liderazgo psicológico, el acomodamiento diplomático y el enfoque multilateral.
José Antonio Marina, por su parte, ha planteado la necesidad de recuperar el vínculo social, la red ética que nos une como comunidad.
Ha defendido la ética como mejor solución frente a los conflictos y ha apelado al sentido dramático de la ética. Las libertades y los derechos son una construcción humana, que no vienen de serie y funcionan solos, sino que es necesario asumir la responsabilidad de la participación ética para mantenerlos.
Ha propuesto la sustitución de la asignatura de ética por la de “Educación para la ciudadanía”. ¿Os suena?
La exposición de los ponentes ha sido breve, más de lo que me habría gustado, y se ha dejado buena parte del escaso tiempo disponible para atender las preguntas de los asistentes.
En sus respuestas, Innerarity ha seguido aportando ideas interesantes. Que me perdonen los demás ponentes, porque todos han estado brillantes, pero un servidor tiene sus debilidades.
Así, ante una pregunta sobre el victimismo extendido en nuestra sociedad, Innerarity ha considerado que los conceptos de víctima y consumidor suponen dos formas de degradación de la idea de ciudadanía.
El victimismo proviene de la imposibilidad de realizar todas nuestras aspiraciones. La vida social, como la vida en general, está sujeta a unas limitaciones que no podemos superar. En este sentido, podríamos considerar la política como el arte de gestionar la decepción, ya que ni todos los proyectos políticos se pueden materializar a la vez, ni todos se pueden desarrollar plenamente.
El concepto de ciudadano como consumidor de las políticas públicas, al que se trata como un cliente que hay que satisfacer, supone una degradación de la idea de ciudadanía porque no tiene en cuenta la relación deliberativa inherente a este concepto.
Los que seguís este blog sabéis bien que la apuesta por una ciudadanía activa es uno de nuestros principales caballos de batalla. Al fin y al cabo, nuestro leit motiv es la Administración pública, y la ciudadanía es su razón de ser.
Tiene gracia que haya vuelto de este retiro espiritual, en el que me sumergí el jueves, con la firme decisión de acudir a uno de los cursos de Baketik y que me encuentre con esta referencia en la página de ustedes ¿existirá el subconsciente colectivo realmente? ¿O será que tenemos Telepatutía?
De lo expuesto, en este interesante post, lo que más ha llamado la atención es el párrafo que dice:
«El concepto de ciudadano como consumidor de las políticas públicas, al que se trata como un cliente que hay que satisfacer, supone una degradación de la idea de ciudadanía porque no tiene en cuenta la relación deliberativa inherente a este concepto».
Me parece una gran verdad.
Como siempre muy bueno el blog.
Saludos Santiagueños
«Los conceptos de víctima y consumidor suponen dos formas de degradación de la idea de ciudadanía». Esta frase va a parar directamente al almacén neuronal donde guardo las frases más brillantes. No puedo estar más de acuerdo.
En cuanto a lo de la política como «arte de gestionar la decepción», se trata de una consecuencia del sistema que tenemos, que trata a los ciudadanos como si fuéramos menores de edad, a los que hay que mimar y regañar a partes iguales. Cuando tienes el poder de decidir, las tensiones son otras y tú mismo debes tratar con tu tolerancia a la frustración.