Administraciones en red

El Ayuntamiento de Portugalete está lleno de gente inquieta. O, al menos, de personas que van a los mismos eventos a los que voy yo. Parece que no es sólo cosa de individuos, sino que la propia institución está comprometida con la innovación social. Por eso me ha hecho especial ilusión poder participar en las Jornadas #lohacemos13. Esta es ya la tercera edición (la primera fue #lohacemos11). Este año, el tema central es «educación abierta para una sociedad abierta«.

Sin embargo, no han organizado un evento sólo para educadoras. Se habla de política, de gobierno, de empresa… y, sí, de modelos educativos, siempre con el adjetivo abierto/a. Bien visto. La educación se inserta en un contexto complejo donde cobra significado.

Por mi parte, me han pedido algo fácil: que cuente cómo se puede contribuir a la apertura desde dentro de la Administración. Espero poder ofrecer algunas pistas útiles. Quien quiera ampliar contenido, puede recurrir al libro que he publicado en la colección Innap Innova, sobre «Intraemprendizaje público«.

Aquí tenéis la presentación:

Nos han pedido además que aportemos alguna idea sobre el tema central: cómo educar para una sociedad abierta.

No tengo una solución mágica, sólo el convencimiento de que nuestro sistema educativo es malo, muy malo y que, aún así, desmontarlo sería peor, mucho peor. En esencia, mi diagnóstico es que mis hijos se forman con un sistema muy parecido al que tuve yo. Mejor y más dotado, pero esencialmente el mismo. Y los resultados están ahí: entre mediocres y malos.

Roberto Flores, director de EDEX, ha propuesto una lista de cambios en la mesa inaugural de #lohacemos13. Esa lista me vale: es más o menos la que proponen la mayoría de los expertos. Pero, ¿cómo la llevamos a cabo?

El caso de la educación es quizá el más difícil de todos. Por una parte, el currículo educativo es campo de batalla político. Por otra, hay tensiones para tratar de sacar a las clases medias de la educación pública. El cuerpo docente están más centrado en proteger los derechos laborales adquiridos que en provocar el cambio desde dentro. La implantación de tecnología no está sirviendo para la revolución educativa. Tenemos un alto porcentaje de quinceañeros esperando pasivamente a cumplir los dieciséis para irse de la escuela.

¿Qué sugiero entonces?

• Primero, una menor regulación del sistema. Permitir que sea más caótico. Dejar más libertad.
• Segundo, provocar diversidad de soluciones. Hoy existen algunas pocas docentes que se rebelan al sistema y se dedican a educar. Necesitamos confianza para que sean más, muchas más.
• Tercero, compartir experiencias. Las aventuras de las personas intraemprendedoras deben ponerse en común, para aprender unas de otras.
• Cuarto, abrir la educación radicalmente. Transparencia total e implicación de toda la comunidad educativa.