Administraciones en red

Estamos en el segundo día de CDigital09, las II Jornades de la Catosfera. Es una de esas ocasiones en que lamento no entender catalán, porque me estoy perdiendo la mitad de lo que se dice.

Ayer cerramos el día con la mesa de Administración 2.0. No he comprendido muy bien cuál era nuestro papel en el conjunto del evento y espero que hayamos sabido interesar a la audiencia.

La mesa era una auténtica gozada para mí. Como diría José Luis Moreno, entre amigos: Marta Continente, Josechu Pérez y Roc Fages como agitador.

Marta nos contó el estado del arte de gencat.cat, y de paso ofreció una visión global nos sirvió para dar marco a toda la mesa. gencat.net sigue en cabeza de los portales públicos con orientación 2.0, especialmente en lo referente a soporte para las comunidades de práctica. Jordi Graells, que también estaba en la sala, es garantía de que van a sorprendernos nuevamente.

Josechu Pérez contó la experiencia de Gijón. Una gran idea la de juntar a Marta y Josechu, porque representan dos modelos muy diferentes. Gijón es uno de los mejores ejemplos de lo que aquí hemos bautizado como «pop government«. Esto es, su estrategia es, más que centralizar las comunicaciones en su portal, ir a donde está la gente: youtube, flickr, twitter, … Y les va bien.

Por mi parte, traía una presentación casi off-topic. Para empezar, he hablado del pasado, y no del futuro. Y, además, no he hablado de herramientas 2.0, sino de asuntos como el empoderamiento ciudadano en el ámbito de la salud, en un viaje desde Alma-Ata a Abla.

Ya conocéis las transparencias con que me he adornado. Ahora os transcribo una versión aproximada de lo que dije:

Antes de comenzar, me gustaría saber cuántos de vosotros habéis nacido después del año 1978.

¿Y justo en ese año, en 1978? Felicidades a vosotros, porque habéis venido al mundo en un año histórico. En septiembre de 1978 tuvo lugar la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Alma-Ata, que marcó el inicio de la Atención Primaria de Salud, como estrategia para conseguir la salud para todos.

Como curiosidad, Alma-Ata era entonces la capital de Kazajistán. Posteriormente, Alma-Ata pasó a llamarse Almaty y, por fin, perdió la capitalidad en favor de Astana, con lo que prácticamente ha desaparecido del mapa. No mejor suerte ha corrido el objetivo que entonces se marcó: conseguir un estado de salud física, social y mental para toda la humanidad en el año 2.000.

La ponencia que hoy presento en Granollers tiene como sentido recuperar el espíritu de Alma-Ata y actualizarlo.

Como no tenemos tiempo de leer tranquilamente los 10 prinicipios de la Declaración de Alma-Ata, os ofrezco una nube de etiquetas con los conceptos que me han resultado más interesantes.

Veamos: accesible a todos, colaborar, coste aceptable, comunidades, desarrollo social, implicación ciudadana, libre acceso, nivel mundial, niveles locales, participar, producción colectiva, reducción de la brecha, buen gobierno, sin fronteras, tecnologías sencillas… ¿a qué suena todo esto?

¿No os suena a web 2.0?

Os proponemos resucitar Alma-Ata con los poderes de la web social.

Bien, pero el título de esta ponencia habla de “Sanidad 2.0”. ¿Esto qué es? No me atrevo a proponer una definición, pero sí a constatar que tiene que ver con relaciones en red entre múltiples agentes: ciudadanos, profesionales de la salud, administración sanitaria, y otros grupos de interés. Y tiene que ver con la web 2.0 como ecosistema donde se producen esas relaciones.

En lugar de teorizar, voy a intentar una aproximación empírica, a partir de mi propio perfil de facebook. Simplemente, explorando en mi lista de “amigos”, me encuentro con:

• asociaciones del sector salud que se crean una identidad digital
• grupos en torno a asuntos de salud
• causas por la salud
• movimientos ciberactivistas como el de “ideas para la Sanidad pública”

En todo caso, lo que vemos es mucha relación p2p, mucha relación entre iguales, entre ciudadanos de a pie, que de forma entusiasta están creando valor público al margen de la Administración.

Tras corroborar que la Sanidad 2.0 existe, nos preguntamos cuál sería el modelo que surgiría de remezclar Alma-Ata y la Sanidad 2.0. Y no voy a dar respuestas, sino a despertar preguntas surgidas de la conversación con gente como Miguel Ángel Máñez o en el blog de Kroniker.

¿Qué medicina vamos a proponer?

Tal como dice Miguel Mañez, tenemos dos modelos en los que fijarnos: el modelo Dr. House y el modelo Doctor en Alaska.

El modelo House pone el saber científico por encima de todo. La medicina basada en la evidencia como único requisito de calidad del servicio. Estaremos de acuerdo en que se nos queda corto, y más en la atención Primaria. ¿Cuántas veces diagnostica un lupus la médico de familia?

Doctor en Alaska es un mejor ejemplo para nosotros. Se trata de un médico recién licenciado al que le toca pasar consulta en un remoto lugar de Alaska. La historia de la serie es el descubrimiento progresivo de que su arrogante saber científico no le es suficiente para conseguir intervenir en esa comunidad. Hasta que no se integra en la cultura y los ritos de la comunidad en la que trabaja, no consigue ser relevante para la salud de esa población.

Sin menospreciar el componente científico de la medicina, debemos proponer también una medicina basada en la experiencia de los pacientes. Debemos volver a colocar al ciudadano en el centro del sistema. Y, esta vez,  de verdad.

Internet es la plataforma universal. Ya tenemos algún caso de doctor que pasa consulta en Internet. Y atención a esta frase: “tenemos que aprender a recetar links”.

Vamos a recordar que esta es una mesa de Administración 2.0. Hemos visto por dónde anda la sociedad, y se dice que la Administración sigue a la sociedad como la sombra al cuerpo. Bien, a qué distancia sigue la Administración a la sociedad?

Para empezar, tenemos un problema: tenemos demasiado claro quiénes son nuestros pacientes y quiénes no. En cambio, internet no entiende de ordenamiento geográfico. Las comunidades virtuales no conocen fronteras.
Y tenemos ahí, por fin, un excelente canal para cumplir con algunos de los principios de Alma-Ata, la educación y la promoción de la salud, junto con el desarrollo comunitario. ¿Cómo vamos a hacer para desaprender nuestro ordenamiento geográfico y empezar a prestar servicio con espíritu hacker?
Para acabar, haré referencia al empoderamiento ciudadano, que considero un elemento necesario para un modelo de sanidad sostenible.

Un primer ejemplo: el sistema nacional de salud ha creado una red ciudadana de formadores en seguridad del paciente. Los propios ciudadanos aprender los procedimientos de seguridad y se encargan de enseñarlos. Un bonito caso de ciudadanía cívica que crea valor público, de la mano de la Administración.

Y un ejemplo realmente admirable. El pequeño municipio de Abla, en Almería, se ha constituido como espacio social de innovación sanitaria. Está integrado en la red europea de living labs. Gracias al impulso de una enfermera, Maite Martínez Lao, y al trabajo multidisciplinar de con otras personas, han abordado proyectos tan interesantes como el de las “cuidadoras en red”. Consiste en empoderar a las personas (casi siempre, mujeres) cuidadoras de personas dependientes para ganar en autonomía, autoestima y calidad de vida, con soporte en redes sociales en Internet.
De esta manera, están dando solución a una realidad compleja difícil de abordar con los únicos recursos de la Administración pública, al tiempo que están creando el caldo de cultivo para que este municipio, y toda su Comarca, puedan prosperar en la sociedad del siglo XXI.

Por lo tanto, mi propuesta final es que cambiemos la localización de nuestra utopía, y nos mudemos de Alma-Ata a Abla, Almería.

Moltes gràcies.