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Participación ciudadana: ¡político, sal del palacio público!


rompetechos vigiaEmpezamos a calentar motores con el proyecto de abordaje transversal de la participación, con un gran paso adelante de nuestro experto en pasos adelante, Julen Iturbe+. Lo cierto es que no tengo ni idea de cómo vamos a hacer para ir creando un campo común de conocimiento en ámbitos tan diferentes como la participación ciudadana, el activismo, la participación interna en las organizaciones y en el entorno educativo. Habrá que ir suturando reflexiones teóricas y experiencias prácticas.

Yo, de momento, sigo laborando desde mi lado, el de la participación ciudadana. Hoy traigo una reflexión de pancarta: “¡político, sal del palacio público!”. La idea es sencilla: se trata de hacer girar 180º la manera que tienen la mayoría de los políticos de abordar la participación ciudadana. Si lo habitual está siendo animar a la gente para que participe en actividades iniciadas por la administración, mi propuesta es que los políticos se disfracen de personas y salgan a buscar la participación allá donde se está produciendo.

La participación ciudadana encierra una aparente paradoja. Para el político, el problema es cómo obtener una mayor legitimidad. Para el pueblo, se trata de conseguir más poder. Aparentemente, son objetivos convergentes: unos tienen que escuchar más y los otros tienen que hablar más. Sin embargo, y ésta es la paradoja, cuando el político ofrece vías de participación se encuentra con una respuesta insignificante. No consigue interesar a casi nadie. ¿Acaso nadie quiere participar?

En los despachos de los palacios públicos diagnostican falta de civismo y de interés de la ciudadanía. El siguiente paso es fácil: no me esfuerzo en buscar la participación porque, total, para lo poco que participan… Lo que pasa es que desde los despachos de los palacios públicos no se puede ver nada de lo que pasa en la calle. Es el síndrome de Rompetechos. Viven rodeados de participación y no se enteran.

¿Quién de vosotros no ha participado en alguna de estas actividades? Comunidad de vecinos, juntas de distrito, asociaciones culturales, deportivas, gastronómicas, de madres y padres de alumnos, organización de las vacaciones con los amigos, de la cena de Navidad, del partido de futbito o de frontón, escritura de blogs, de wikis, firma a favor de una campaña, manifestación contra la guerra, mejora continua en equipos de trabajo, …. La lista podría ser muchas veces más larga.

¿Por qué participamos en algunas de estas actividades? Porque son importantes para nosotros en un momento concreto, son cercanas y sabemos qué podemos esperar de ellas. En cambio, cuando la administración propone participar, la elección del asunto, del momento, del lugar, del modo, … son suyas.

Lo que propongo es un ejercicio de humildad. Si quieres que conversemos contigo, tendrás que empezar por escuchar las conversaciones que ya estamos manteniendo. Después, esperamos que empieces a meter baza poco a poco. Con el tiempo, tal vez te conviertas en uno de los interlocutores más significativos en nuestra conversación.

En un post anterior propuse esta escala de menor a mayor participación:

0. Información: la Administración se limita a ofrecer información a la ciudadanía.
1. Consulta: se pide opinión a la ciudadanía.
2. Debate: hay un intercambio de opiniones entre la Administración y la ciudadanía que puede enriquecer la toma de decisiones.
3. Consenso: hay una toma de decisiones conjunta.
4. Delegación: se deja en manos de la ciudadanía la responsabilidad sobre la toma de decisiones en un asunto.

Es posible reformular así el papel del político 2.0 en cada uno de los escalones:

0. Información: con lógica RSS, entrega la información que el ciudadano ha elegido recibir, en la propia casa/web del ciudadano.
1. Consulta: busca y escucha activamente a la ciudadanía, allá donde esté.
2. Debate: acude al debate allá donde esté y participa en igualdad de condiciones.
3. Consenso: participa en la construcción de comunidades de interés y en la toma de decisiones conjunta.
4. Delegación: apoya a las comunidades para que sean autónomas y tomen sus propias decisiones.

Llevada esta propuesta a la blogosfera, lo que proponemos es que los políticos empiecen por buscar en Technorati/BlogSearch las conversaciones que les son relevantes, que lean a los blogueros y sus comentaristas y que se animen a hacer comentarios. Si además abren un blog propio, que sepan que será uno más, sin privilegios. ¿Cuántos de los políticos que están escribiendo un blog son activos lectores y comentaristas en otros blogs que no sean de su propio partido? Yo conozco a pocos. Pondré como buen ejemplo a los directores generales de las sociedades públicas Visesa (Pablo) y Orubide (Fernando), y a sus blogs Hontza y Arkimia.

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  1. 29/12/2006 a las 00:23

    Interesantísima la entrada y los comentarios. Coincido en tu felicitación a Pablo y Fernando por su buen ejemplo, esperemos que más políticos les sigan aunque sepamos que no es suficiente porque la blogosfera es cosa de muy poquitos.Es cosa de todos poder llegar al nivel cuatro. Lo más difícil será el principio, ya que según se vayan subiendo niveles más gente se creerá que es posible.

  2. 29/12/2006 a las 00:23

    @Fernando: ¡blogonanismo! Esa expresión estaba esperando a ser acuñada. Pienso emplearla profusamente.Opino como tú: lo que hacéis no tiene mucho mérito. Yo hago como tú y no le doy importancia. Pero el caso es que es infrecuente que un gestor público visite el blog de un cualquiera y se pronuncie humildemente.@Julen: Agradeceré cualquier esfuerzo por estructurar este caos. Si no puedo ir, como parece probable, espero que nos gloses la intervención de Alberto Echeandía.

  3. 29/12/2006 a las 00:23

    Bueno, se ve que estamos todos con ganas. Estoy estos días en estado de escucha y… contado en el proyecto con Alberto Echeandía. Ya le pondremos las pilas sobre esto de blogs, wikis y demás parafernalia.Quizá debiéramos estructurar los campos de trabajo… quizá necesitamos una jornada presencial (previamente preparada en lo digital).Hablamos.

  4. 29/12/2006 a las 00:23

    Llego tarde al debate, pero como gran parte de las cosas que pienso ya se han dicho ya, no importa demasiado.Antes de nada quiero agradeceros los elogios. Son inmerecidos. Que lo que hace Pablo o intento hacer yo siguiendo su estela no sea abundante no nos da méritos extraordinarios. Es lo normal, lo natural. Debería serlo. Así lo entiendo yo, al menos: ¿qué menos puede hacer alguien que gestiona la cosa pública -o semi pública, que para el caso es lo mismo- que propiciar canales de comunicación con sus clientes-ciudadanía en general? Y que esos canales sirvan no sólo para dar información (\»soltar chapas\», hacer campaña más o menos explícita, proselitismo…) sino para establecer canales de retorno, de recepción de opinión, de debate. Y, pardiez, debate ya sabéis que es lo único que en nuestras humildes blogocosas no falta a diario. De esto vamos bastante bien servidos, aunque nunca sea suficiente.Si conseguimos a través de esos canales trascender hasta el nivel superior de participación, pasando desde el 0, 1, y 2 (información, consulta, debate) hasta el 3 (consenso) e incluso al 4 (delegación), esto ya sí que será para nota, y entonces podremos sentirnos satisfechos.De cualquier forma, hay algo que ha escrito Alberto que me ha hecho sonreir mentalmente, porque hace muy, muy poco tiempo se lo comentaba en términos parecidos a Javier Burón (leolo) y a Pablo (hontza): por cada media hora que dedico a escribir y editar artículos en arkimia, empleo unas dos horas en leer y comentar en blogs ajenos. Y esto es lo que me parece más sano de este medio: intento evitar la autocomplacencia del escritor bitacorino autosuficiente, subido al olimpo hinchable, a su púlpito virtual, que justo, justo, contesta a algún comentario… el \»blogonanismo\», vamos, que seguro que ya sabéis a qué -o a quién- me refiero.Esa postura autosuficiente y derrotista (\»no quieren participar\») desde los palacios públicos que decía Alberto creo que es demasiado común entre los gestores públicos y políticos. Lamentablemente. Estamos intentando cambiarlo, pero cuesta un huevo de la cara. Cercanía, pertenencia, sensación de que lo que se aporta sirve para algo. Ahí está el truco. Que veas que si opinas, además de contestarte amablemente y con razonamientos (por lo menos, algo es algo,…) lo que opinas puede servir para cambiar algo, para mover el timón de la nave aunque sea un grado. Por ahí hay que ir. Por ahí vamos (iremos).

  5. 29/12/2006 a las 00:23

    @Iñaki: a mí también me gusta el look&feel de hontza. Además, nireblog tiene detrás a David, que es un crack y que se está ofreciendo para el asunto participación. Yo también creo que la participación ciudadana gira en torno a una nueva estructura de la sociedad-red, donde los políticos tienen que cumplir otros papeles, si no quieren volverse superfluos.

  6. 29/12/2006 a las 00:23

    Que el político acuda al escenario donde el debate ya se está produciendo me parece un enfoque muy oportuno.Tendemos a imaginar la acción política muy centrada y muy orquestada desde el poder, cuando en realidad estamos avanzando hacia unas sociedades en red, en las que el poder político no es sino un nodo más de esa red.No me resisto a citar, una vez más, a Innerarity: \»Se trata de sociedades sin vértice ni centro, en las que sus relaciones ya no son jerárquicas sino heterárquicas, o sea, estructuradas en forma de red”.El ejemplo de Hontza me parece muy acertado, ya que lleva un tiempo demostrando esa actitud que Alorza preconiza en el post. La última muestra de ello es la conversación que mantuvimos ayer mismo.Por cierto, que me gusta montón como ha quedado el blog de Hontza en su \»nueva sede\». Alorza, nos lo tenemos que mirar.

  7. 29/12/2006 a las 00:23

    @Pablo:Estoy muy de acuerdo con esto que dices \»la base de la participación es el sentimiento de pertenencia\». En su momento, definimos el valor participación así: participación = comunidad x discrepancia. Lo que tú dices enlaza con ese principio de comunidad.Todos tenemos lazos fuertes y débiles, permanentes o ad hoc, con comunidades de interés. Muchas veces, parece que los políticos están fuera de esa corriente de energía. Recuero, en el Blogak 2.0 a un parlamentario bloguero que decía que el blog le servía para enterarse de cómo pensaba la gente de la calle. ¡Qué triste! Sólo podía participar con la ciudadanía a través del catalejo de Rompetechos.@M@k: sobre la separación entre la vida política y la vida, a secas, gira la mayor parte de lo que estamos escribiendo sobre partiipación en este blog. En el caso de Julen, entre la Dirección de la empresa y los curritos. Para mí el gran tema es cómo devolver a las personas a la edad adulta, de manera que se hagan responsables de decidir en los asuntos que les afectan.

  8. 29/12/2006 a las 00:23

    El ejemplo de la TDT de Pablo ilustra también que hay distintos niveles en los que participar, y en mi opinión, es tanto más difícil ponerse a ello cuanto más lejano se vea ese nivel desde el que nos piden participar. Si además el nivel susodicho ofrece la participación de una única forma y cada cuatro años, la gente con verdaderos ánimos y ganas de aportar a su sociedad no puede verse menos que descorazonada.No sé ya (sois inabarcables, chicos) si entre el bidecálogo de Julen, las propuestas de Iñaki y tu escalera, Alberto, identificais o tratais de algún modo este tema de la aparente jerarquía de nuestra sociedad a la hora de participar, pero me parece interesante, y quizás sea la causa de por qué la participación a pequeña escala (asociacionismo lo llaman por ahí) parece hervir, pese a que después hacia niveles superiores el asunto parece estancarse.

  9. 29/12/2006 a las 00:23

    Me siento halagado y acojo… a partes iguales por la mención que haces en tu post, la verdad. Ser ejemplo de algo es muy difícil, además de una gran responsabilidad que uno no sabe muy bien si quiere asumir.La cuestión que planteais es realmente apasionante, y desde mi modesta experiencia, aporto una reflexión más.Creo que la base de la participación es el sentimiento de pertenencia a algo cuyo futuro, cuyo devenir te incumbe directamente.Me refiero a que la participación o es activa o es mera delegación, y por lo tanto, la base es querer participar (luego viene aquello de saber participar y de poder participar) y a mi juicio, lo que verdaderamente motiva a alguien a participar en una decisión es que dicha decisión le afecte lo más directamente posible.Si hay que poner una derrama en mi comunidad para poner la TDT seguro que participaré en la reunión en la que se tome la decisión, pero cuando veo en el telediario el debate parlamentario sobre los descodificadores necesarios, inmediatamente cambio de canal.La cuestión por lo tanto, a mi juicio está, en cómo conseguir que más personas veamos cómo nos afectan directamente muchas decisiones que se toman cada día, en definitiva, que nos sintamos concernidos por esas decisiones.En fin, ya no se si estoy desbarrando, porque a estas horas no se puede pensar con mucha claridad.Lo dicho, apasionante, y por mi parte intentaré aportar lo que humildemente pueda al debate.

  10. 29/12/2006 a las 00:23

    Desde luego, existe ese riesgo, pero creo que el caso de Sarkozy en Le Web 3 fue otro: él no fue a escuchar, sino a hablar (y a hacer campaña).

  11. 29/12/2006 a las 00:23

    Comparto la teoría, el político tendría que bajar de nuevo a la sociedad a escuchar, pero creo que cuando eso ocurre, una de dos: o lo hacen para \»apropiarse\» de la conversación, o, segunda opción, los demás \»contertulios\» lo creen así. Me viene a la memoria el asunto Le Web 3, y todo el barullo que se montó por la participación de dos políticos, uno de ellos Sarkozy (aunque igual fue por ser ése y no otras, quién sabe). En nuestras blogosfera vecina tenemos mucha suerte con esos dos señores que has citado (a los que se podrían añadir otros de su blogosfera gorria), porque no son políticos con blog para ser leído por los electores (sólo), sino que son bloggers con su bitácora personal, y da la casualidad de que además son políticos.

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