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Redes y comunidades: la figura del dinamizador


power law of participactionKarmelo es nuestro mejor metodólogo en cuestiones de formación y gestión del conocimiento. Le he contado el proyecto de comunidades de práctica en nichos de conocimiento –también conocido como “la larga cola del talento”- en busca de consejo. Su respuesta ha sido tajante: “si vais a montar una comunidad de práctica, lo primero que tenéis que buscar es un dinamizador”.

Yo le he explicado que tal vez no sea necesario, que en Aprendices no tenemos una figura externa que cumpla ese rol: simplemente, hay personas que se lo curran más que otras y no necesariamente tiene que ser siempre las mismas. ¿Por qué no va a funcionar así en otras comunidades?

En fin, como ha sido una conversación no de ascensor, pero sí de pasillo, no he podido hablarle de la diferencia entre un jardín y un hayedo, aunque al menos he podido mencionarle un nuevo modelo teórico de aprendizaje, adecuado para las comunidades virtuales: el conectivismo.

Pero la pregunta sigue ahí: ¿es necesaria la figura del dinamizador en las comunidades de práctica? ¿En todas? ¿Cuándo sí y cuándo no?

Borja Rius nos ha contado que en las comunidades de práctica que está montando Localret se va a nombrar a un dinamizador “por cada una de las comunidades, que recibirá una pequeña retribución por desempeñar esta tarea. Los dinamizadores serán profesionales de la administración local que destaquen tanto por su capacidad de liderazgo como por sus conocimientos sobre la materia”.

Entiendo que se quiera apoyar a estas comunidades recién nacidas con un jardinero que les proporcione abono y riego. Aquí la dificultad está en que cuando alguien se hace responsable estamos trazando una distinción entre quien tiene la obligación de hacer que la cosa pite y los que no. El dinamizador ha de ser una persona que tenga clara que su misión es desaparecer cuando la comunidad cobre suficiente autonomía.

Los que somos padres algo sabemos acerca de cómo ir dando mayor autonomía a nuestros hijos, pero tenemos un tiempo de, al menos, dieciocho años para ir soltando cuerda. En cambio, cuanto antes se independice la comunidad, mejor.

También nuestro razonable soñador está pensando en un “consejo editorial”, en este caso para decidir qué contribuciones ascienden a la categoría de contenido público. Parece que esa función podría ir estando progresivamente más distribuida, delegada a la comunidad mediante un sistema tipo menéame.

En todo caso, la idea de un consejo editorial abre nuevas perspectivas en la figura del dinamizador. Introduce el concepto de servicio. Yo no querría un dinamizador profesional en una comunidad de práctica en la que yo fuera miembro, pero tal vez sí un soporte externo que nos dé servicios, por ejemplo de edición o de soporte técnico.

De hecho hay empresas que se dedican a la dinamización de comunidades, parece que incluso con éxito. Yo conozco cómo lo hacen los de GEC, una empresa de la UOC, y tal vez vosotros conozcáis alguna más.

¿Podemos ver al dinamizador como una persona que nos presta un servicio de manera temporal? En este sentido, se trataría de un proceso de coaching, dirigido a un equipo en vez de una persona.

Pero también es verdad que las comunidades tienden a vender el rol de dinamizador a alguno de sus miembros. Por ejemplo, en Aprendices tenemos un dúo dinámico –Julen y Loretahur-, pero otras personas les hacen el relevo de vez en cuando. ¿Es un problema oficializar la función? Yo creo que sí.

Tal vez una de las claves esté en el post de David, donde distingue entre redes sociales y comunidades online. Los lazos en una red social son más débiles que en una comunidad online. Una comunidad posee finalidades compartidas explícitas, por eso es relativamente fácil que trabajen sobre un wiki. Una red social, en cambio, sólo puede describirse a posteriori: emerge de la interacción débil de una nebulosa de individuos, con unas fronteras en perpetuo cambio.

Julen apunta, con buen sentido, que la diferencia entre redes y comunidades es de grado y que existe un continuo entre ambos extremos. Digo yo que cuanto más cerca estemos del polo “comunidad” más probable es que los nodos más significativos acaben congelando roles, como el de dinamizador. Es importante hacer fluidas esas funciones para conseguir una comunidad no dependiente del entusiasmo de una o dos personas.

Como siempre, unas y otras configuraciones serán más y menos aptas en según qué situaciones, y la virtud en muchos casos estará en el término medio. Lo cual es no decir nada, me temo. Así que mojémonos un poco: en todo caso, cuidadín con los dinamizadores externos, que terminan creando adicción. Mejor buscar a alguien de dentro, y que no tenga mucho poder.

El otro día me hablaron de un equipo directivo que decidió dar a una secretaria poder absoluto para gestionar la dinámica de sus actividades de equipo. Por ejemplo, cuando alguien –el director general, por ejemplo- llegaba más de 15’ tarde a una reunión, ella se encargaba de hacer cumplir la regla de que no tuviera derecho a voz en toda la reunión. Por lo visto, el método les va bien. La idea es cuanto menos curiosa y tiene como clave el hecho de que se inviste de poder a la persona que menos poder tiene, lo que evita muchas suspicacias entre los que sí lo tienen.

Para acabar, yo diría que la opción de cuidar a la comunidad de práctica desde fuera es defendible, pero que parte de sentimientos negativos: la inseguridad y el miedo. Creemos que sin jardinero nos quedaremos sin jardín. ¿No podemos ser hayedo? Creo que Gregory House estaría de acuerdo en esto: tal vez no tenga sentido querer mantener con vida a comunidades que no pueden vivir desenchufadas.

Por eso mismo, a día de hoy pienso que la pieza más importante del proyecto de larga cola del talento estará en un “detector de redes”. No se trata tanto de crear comunidades de la nada, sino de proporcionar un entorno rico a redes sociales ya existentes y dejar que vivan o mueran como quieran. Tal como hemos dicho respecto de la participación ciudadana, necesitaremos unas gigantescas orejas que nos digan dónde hay conversación potencial. A partir de ahí, habrá que crear un ambiente que fomente el enlace. ¿Debemos volver nuestras miradas a las plataformas de ligoteo? Quizá ahí está la clave.

  1. 16/07/2007 a las 17:14

    Las comunidades empezaran siendo iguales, excepto en los contenidos evidentemente. El hecho de empezar con 4 y con la misma plataforma ha hecho que la conceptualición del site sea la misma. Así, obstaculos de recursos y tecnológicos. Desde esta base las plataformas podran evolucionar activando o desactivando mòdulos que se incorporen, eso sí, a todas la comunidades.

  2. 11/07/2007 a las 15:47

    Desde luego no es el mejor momento para mi de lanzar iniciativas porque en unos días desaparezco del mapa durante un mes pero…además de hablar de la larga cola del talento, también estoy con ganas de experimentar las posibilidades de facebook como herramienta de colaboración. Si alguien se anima podemos intentarlo a la vuelta del verano.

  3. 10/07/2007 a las 23:49

    Hola, gente. También llego tarde a esta discusión. Como dijo Alorza, se están poniendo tan interesantes los debates como los artículos y empieza a costar seguirlos adecuadamente. A ver si vamos pensando en iniciar una comunidad, quizá valga la pena el esfuerzo.
    Pero, al grano, planteo algo que quizá merezca una entrada para exponerse adecuadamente. El modelo de las comunidades que estamos planeando: profesionales y en un entorno de administración ¿Se corresponde bien al de la web 2.0? El tema del dinamizador me hace dudar ¿Dónde está esta figura en las web 2.0 más multitudinarias? Los apuntes sobre la emergencia individuo-comunidad también me hacen pensar porque no me imagino la comunidad profesional naciendo sin un grupo impulsor ¿Y si estamos hablando de dos conceptos que se solapan en algunas características pero que comparten menos de lo que las diferencia?
    Bueno, voy a pensar en ello un poco más que no son horas y a ver si aporto algo con más sentido.
    Hasta luego.

  4. 10/07/2007 a las 06:58

    Disculpas por andar tarde. Me parece un tema muy relevante el que estáis discutiendo. Voy a ordenar algunas ideas y escribo un post porque creo que me iba extender demasiado por aquí.
    Para mí no hay un modelo único. Hay diferentes grupos: con diferentes objetivos y con diferentes tipos de personas. En función del tipo de comunidad, hará falta más o menos labor de dinamización. Cada vez más creo que las reflexiones de Belbin en torno a los roles complementarios dentro de los equipos son una buena vía para explicar este tipo de asuntos.
    Bueno, a ver si me pongo con ello un día de estos. Espero que no se me alargue.
    Por cierto, Alberto, Iñaki, creo que vuestro blog se ha convertido en una gran referencia, tanto para quienes están dentro de la Administración como para quienes no lo estamos. Y creo que no son simples flores. De verdad que los contenidos que estáis colocando por aquí me parecen cada día mejores.

  5. 09/07/2007 a las 21:56

    Jordi, me ha encantado la presentación.
    Como estarás comprobando, estoy deseoso de ver experiencias en marcha, que es donde las teorías se demuestran. A ver qué tal os va con los e-moderadores.
    Agradezco que estéis abriendo las puertas a los que queremos curiosear y, quizá, participar. Empezáis a ser un ejemplo de «open government», muy por delante de la mayoría de las administraciones.
    Espero que sigas manteniéndonos al día, Jordi. Un abrazo.

  6. 09/07/2007 a las 19:51

    Alberto, Borja et alii,
    Soy Jordi Graells. Aquí en el Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya estamos impulsando un proyecto de gestión del conocimiento, que toma forma con comunidades de práctica inspiradas en el model Wenger y que son lideradas por los ‘e-moderadores’ (que son los líderes y dinamizadores de las mismas). Creo que Jesús Martínez, compañero de Justicia, te ha enviado ya un mensaje contándotelo.
    Para que tengáis más información consultar la web de las sesiones que organizamos y también los materials que vamos publicando como corporación en SlideShare. Ya no nos bastan los repositorios internos, de la institución. Además de los recursos gratuitos que nos ofrece Internet, la red del conocimiento está tan extendida entre personas y organizaciones que debemos superar imaginativamente las paredes que nos limitan como organizaciones. Eso es lo que intentamos desde el Departamento.
    Un abrazo,

  7. 09/07/2007 a las 19:44

    @Iñaki: pues yo me temo que estas redes han de crecer al margen de la administración, al menos de momento. La administración no sabe incorporar nada sin fiscalizarlo, controlarlo y asfixiarlo con normativa. Mejor que sean libres. Aunque yo, como tú, aspiro a que compartir el conocimiento sea una actividad bien valorada y no una suerte de quintacolumnismo.
    @Alberto: tocayo, yo a lo que temo es a los dinamizadores oficiales, que consiguen que la comunidad se divida en dos grupos asimétricos: el dinámico y los estáticos. Mejor de abajo arriba, mejor sin empujones desde fuera, mejor emergente que constituyente. La figura del dinamizador ya no es una necesidad evidente: habrá que justificarla. Sin embargo, reconozco que empresas como Alianzo o GEC pueden ofrecer interesantes servicios de apoyo a las comunidades.
    @Borja: veo que tu trabajo consiste en crear el espacio web y tiene pinta de que vais a hacer algo bonito. Estoy deseando verlo y conocer cómo hacéis para adaptaros a las características de las diferentes comunidades. ¡Ah! respecto a GEC, estoy suscrito a su boletín y he estado alguna vez con Francesc Fàbregas. Me parece una empresa muy interesante, que ha entendido que la tecnología es una parte minoritaria de la ecuación.
    @David: yo, como tú, parto del individuo hacia el pequeño grupo, y de este hacia quizá un grupo mayor. Ahora bien, creo que es más fácil empezar una comunidad allá donde ya hay varias personas con la chispa encendida.

  8. 09/07/2007 a las 18:05

    Estamos enfocando el asunto (la larga cola del talento) desde un punto de vista de grupo. Buscamos un grupo de gente (con dinamizador o sin él) dispuesta a compartir, colaborar, etc. Es decir, queremos crear una comunidad. Pero, y si la clave estuviera en que la comunidad tiene que emerger desde el individuo. En mi opinión, esto de la web 2.0 (es un idea de Steve Boyd) es más una cuestión de invididuos que de grupos. La comunidad Aprendices no se crea de la nada, sino que existe previamente un conjunto de individuos que en un momento dado después de conversar en sus respectivos blogs se dan cuenta de que quieren colaborar más estrechamente (con más compromiso). Pero, repito, el punto de partida ha sido cada individuo que ha tenido un recorrido diferente e independiente (y lo sigue teniendo).
    En lugar de crear la comunidad quizás fuera mejor simplemente, en un primer paso, dotar a una persona (que tenga cierta motivación para ello) de herramientas y conocimiento sobre el mundo 2.0 y esperar que él/ella con su actividad e interacciones logre que una red emerga . Entonces quizás quieran dar un paso más allá y establecer un compromiso más fuerte con herramientas que permitan una comunidad más estructura (y en este proceso seguro que también y de forma natural se establecen normas como si, por ejemplo, tiene que haber un dinamizador o no) y…quizás estemos allí para echarles una mano.

  9. 09/07/2007 a las 14:35

    La verdad es que el debate sobre las comunidades esta siendo interesante. Estoy intentando seguirlo, pero ya he visto que no puedo leer todo lo que se está publicando al respecto en la blogosfera. Creo que como en cualquier relación entre personas hay que busacr un modelo personalizado, un traje a medida, y a veces esto resulta dificil.
    Yo creo que hay que crear un espacio web que se adapte de la mejor forma a los usuarios que lo visitaran o que estaran interesados en él. El nivel de particpación y de actividad de la «comunidad» variará en función de muchos factores diferentes. Así, desde la administración, tendremos que diseñar estos espacios en función del uso que se les dará y las personas que lo visitaran. Es necesario pues un análisis previo del contexto.
    Por cierto, conoces GEC????? Yo trabajé dos años allí antes de entrar en Localret…

  10. 08/07/2007 a las 23:46

    Alberto, nosotros en Alianzo nos dedicamos precisamente a dinamizar redes sociales. Se lo estamos haciendo actualmente a tres empresas y a un centro académico, ninguno de ellos vasco. La figura del dinamizador es, efectivamente, fundamental. En nuestra terminología se le denomina «nodo» y es efectivamente una persona con capacidad de liderazgo. El típico relaciones públicas que todos conocemos y tenemos en casi todos los grupos. En cuanto a la diferencia entre comunidades online y redes sociales, para mí es un asunto meramente semántico, dos formas de llamar a lo mismo. Aunque obviamente, las comunidades online son online y las redes sociales pueden (y suelen) ser offline.

  11. 08/07/2007 a las 22:43

    Enhorabuena por tu actividad bloguera de este fin de semana. La MDB me parece una idea estupenda. No pierdo la esperanza de participar en alguna próxima edición ;-).
    Y este proyecto de la larga cola del talento es un bonito reto. Comparto tu punto de vista sobre la figura del dinamizador. Seguramente, será necesario contar con una especie de facilitador. Sobre todo, al principio. Pero la comunidad no puede depender de un jardinero que la riegue cada día.
    Hay enormes oportunidades de aplicar estas ideas en la Administración pública. Entre otras cosas, porque está todo por hacer. Una de las cuestiones a resolver es como se integra la actividad de estas comunidades en el funcionamiento de la Administración sin que pierdan su espontaneidad y su dinamismo. No se me ocurre que estas comunidades puedan crecer al margen y sin el reconocimiento de la Administración. Entre otras cosas, porque participar en ellas requiere dedicación y, por tanto, esta actividad debe formar parte del trabajo de sus miembros. Mira, por ejemplo, Jordi Sevilla, como dice que va a seguir con el blog desde su despacho de diputado por Castellón en el Congreso de los Diputados. Ya me gustaría a mí…
    También comparto que sería bueno detectar comunidades o redes que ya existan, en lugar de inventar nuevas. Lo que no sé es si ya existirán redes profesionales en la Administración pública que tengan un funcionamiento real.
    Este proyecto me parece muy potente porque creo que el propio funcionamiento de la Administración tiene que evolucionar hacia una organización en red (es el lema de este blog, ¿no?). La Administración va a ser cada día más relacional, las redes van a ser la forma normal de funcionamiento, no sólo entre los profesionales, sino entre todos los agentes que intervienen en las políticas y en los servicios públicos, incluyendo a los ciudadanos, claro está.
    Por eso, todo lo que sea experimentar con redes y comunidades en las administraciones públicas será como una especie de viaje al futuro.

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