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Argumentos y contraargumentos para el uso de lo 2.0 en la Administración pública


Desde que leí el post de Oscar Cortés, «Rompamos con las pegas al 2.0 en lo público«, allá por el 1 de diciembre, tenía entre ceja y ceja la obsesión de contribuir para ayudarle en esa noble empresa.

Hasta hoy no ha podido ser, pero creo que aun llego a tiempo, porque todavía nos queda un ratito para romper las cadenas con las que Oscar ha ilustrado su post.

Recordé que también Julen Iturbe se planteó elaborar un argumentario para responder a la pregunta: «¿Por qué las empresas no se abren?«. No en vano él anda enfrascado desde hace tiempo en lo del open business. En aquella ocasión también aporté mis argumentos para que las empresas se abran.

Y, más recientemente, Jose del Moral ha abordado en su blog una cuestión colindante: «Argumentos y contraargumentos para no usar las redes sociales«.

El análisis de estas referencias me lleva a agrupar en cuatro bloques todas las objeciones que se plantean a la utilización de las herramientas 2.0 en la empresa y en las administraciones públicas:

  • El desconocimiento (el miedo a lo desconocido)
  • Los intereses creados (la defensa del statu quo)
  • La utilidad (lo 2.0 es una cuestión de minorías)
  • El esfuerzo (el tiempo y los recursos)

A continuación lo explico:

El desconocimiento (el miedo a lo desconocido)

Curiosamente, la mayoría de las objeciones que plantea Julen para que las empresas se abran me encajan dentro de este bloque. Casi todas reflejan un total desconocimiento de las posibilidades que tiene la apertura 2.0 para las empresas y son rebatibles con el enfoque de la información y la formación. Y, sin embargo, me encajan aquí pocas de las que cita Oscar Cortés para las administraciones públicas. Tal vez, esa de que «manejan frecuentemente asuntos sensibles que requieren protección«, como si las herramientas 2.0 implicaran la desprotección de los datos sensibles.

Contraargumentos: Lo 2.0 tiene riesgos, pero también muchas oportunidades. Claro que lo mismo pasa con casi todas las innovaciones. Cualquiera se atreve a apostar sobre seguro, pero las expectativas de ganancia son pequeñas. No cabe esperar grandes resultados de lo que está al alcance de todo el mundo. Las minas a flor de tierra ya están explotadas. Lo emergente, lo que está por llegar, es desconocido para la mayoría de las personas. Y lo desconocido genera temor. Es normal.

El primer paso para conseguir que lo 2.0 vaya abriéndose un hueco en la Administración pública es comenzar a hacerlo conocido. Se puede conocer desde fuera de la Administración, porque en otros ámbitos comience a generalizarse su uso (por ejemplo, la wikipedia o el periodismo 2.0), o desde dentro, mediante experiencias innovadoras (incluso, proyectos piloto) que puedan ponerse en marcha. Un factor clave para el despliegue de lo 2.0 en la Administración es contar con casos de éxito que sirvan de referente. Comenzamos a tenerlos: ahí está el proyecto Compartim de la Generalitat de Catalunya. Y seguro que pronto vamos a tener más.

Es verdad que también hay intentos fallidos. A veces se abordan las innovaciones con poca convicción, se implantan algunas cosas sin terminar de creer de verdad en ellas. Algunos ven lo 2.0 como una moda, tienen todos los boletos para hacerlo mal. Tampoco es fácil crear lo nuevo. Se le atribuye a Edison la frase de que inventó mil formas de no hacer una bombilla. ¿Estamos dispuestos a darle 1.000 oportunidades a lo 2.0 en la Administración? Más vale que necesitemos menos intentos, por si acaso. Pero hacerlo bien a la primera tal vez sea demasiado pedir. Hay que tener en cuenta, además, que lo 2.0 requiere casi siempre, no sólo un aprendizaje, sino también un cambio cultural por parte de todos. Y para ello hace falta tiempo. Yo estoy convencido de que el futuro es 2.0, pero hay que tener paciencia y no cansarse de insistir. Bueno, también se me ocurren otros futuros posibles, pero esos, para mí, no merecen la pena.

Los intereses creados (la defensa del statu quo)

Me encajan en este bloque la mayoría de las pegas, argumentos y dudas que refleja Oscar para que las administraciones públicas abracen el dospuntocersmo. Desde el clientelismo de los partidos y la amenaza de la transparencia para los políticos, hasta los blindajes administrativos y los privilegios corporativistas. Realmente, visto así, son argumentos bien endebles, porque ¿quién puede defender que la Administración sea un nido de corruptos que se preocupan principalmente por sus propios intereses? Podrá suceder en la práctica, pero no son argumentos confesables. En todo caso, podrán ser explicaciones para entender el poco entusiasmo que se observa en las administraciones públicas con respecto a estos temas.

Contraargumentos: Todos los cambios encuentran resistencias. Y éste no podía ser menos. La adopción de los valores y las herramientas 2.0 puede llegar a revolucionar el funcionamiento de la Administración. Es normal que muchas personas puedan ver amenazado su status. La postura inteligente no es ponerse en contra de las tecnologías y las formas de hacer que se van a imponer en la sociedad y, por tanto, también en la Administración. Las guerras para hacer perdurar a toda costa modelos del pasado (por ejemplo, como la SGAE), además de resultar patéticas, están perdidas de antemano. Vale más tener la visión necesaria para resituarse en el nuevo contexto, de forma que podamos aspirar a una buena posición en él. Y si podemos ser pioneros, mejor. Así nos darán un premio cuando nos jubilemos o, a lo peor, cuando nos muramos. Y, sobre todo, hablando en serio, es más divertido esforzarse por mejorar e innovar que por defender vetustos privilegios, sean partidistas o corporativos.

Por supuesto que hay que conservar los derechos y las garantías de la ciudadanía, la protección y la privacidad de los datos, la equidad en el acceso a los servicios de la Administración pública. ¡Sólo faltaba! Lo 2.0 no sólo debe garantizar estos derechos, sino que puede contribuir a hacerlos realidad aun en mayor medida, porque la Administración actual tampoco es que sea la arcadia de los derechos y de la equidad. Hay buenas oportunidades de mejora y lo 2.0 puede ser un buen instrumento para aprovecharlas.

La utilidad (lo 2.0 es una cuestión de minorías)

Este bloque de argumentos es válido para ambos entornos, el empresarial y el administrativo, en la medida que todavía es minoritario el sector social que se mueve en estos mundos virtuales. En todo caso, esta es una enfermedad que, como la juventud, se  cura con el tiempo. Y es un argumento potente (dudar de la utilidad de lo 2.0) porque todavía podemos esgrimir pocos casos de éxito que demuestren su utilidad con la evidencia, que es la forma más convincente de hacerlo.

Contraargumentos: Es cierto. Tal vez, los resultados que se pueden obtener a corto plazo sean forzosamente limitados. Lo 2.0 es un fenómeno social, requiere la involucración de las personas, ni se improvisa de la noche a la mañana, ni se «compra» como una infraestructura física. Hace falta un proceso de aprendizaje, de asimilación, de participación. Lo 2.0 necesita un tiempo para generalizarse en la Administración, como también en la sociedad. No es una idea feliz, es un proceso. Pero en el camino también se pueden empezar a conseguir resultados interesantes. Es más, será necesario conseguirlos si queremos cargarnos de argumentos que refuercen el proceso. Ya lo hemos dicho: necesitamos casos de éxito que sirvan de referente.

El esfuerzo (el tiempo y los recursos)

Este es, desde luego, un argumento ligado con la utilidad. El esfuerzo merecerá la pena o no en función de la utilidad que reporte. El funcionamiento de lo 2.0 requiere dedicación, no funciona solo. Lo 2.0 es una cuestión de personas activas, que participan. Algún tiempo habrá que invertir en ello. Y algunos recursos habrá que dedicar también a promover esa participación, a poner los medios para que sea posible y se desarrolle en las condiciones adecuadas.

Contraargumentos: El esfuerzo está relacionado con la utilidad, puro análisis coste beneficio. Es cierto que la apertura de nuevos canales, la puesta en marcha de nuevos servicios y la adopción de nuevas formas de funcionamiento, requieren hacer frente a nuevas funciones. Igual que hay otras tareas que dejan de ser necesarias. Lo que hace falta es tener la flexibilidad suficiente para reasignar las funciones de acuerdo con las nuevas necesidades. En general, lo 2.0 significa participación, personas activas. La ciudadanía va a a hacer cosas que hasta ahora no hacía, desde tramitar directamente sus propios expedientes hasta participar en la coproducción de determinados servicios. Y también los funcionarios van a tener posibilidad de involucrarse más en el diseño y en la gestión de las políticas y de los servicios públicos. Lo 2.0 implica movilización, requiere personas (ciudadanía y funcionariado) más activas. Por tanto, sólo hay un resultado posible: con las mismas personas vamos a hacer más cosas. Porque las personas van a ser más activas y, además, se van a dedicar a funciones de mayor valor añadido. Lo hemos dicho tantas veces que empieza a sonar a tópico, pero es que es así, lo 2.0 no puede ser de otra manera. El que no lo vea es que todavía no ha entendido de que va esta historia, es decir, que aun no habremos sido capaces de explicárselo. Por algo hemos empezado esta lista por el bloque del desconocimiento.

Categorías: Dospuntocero Etiquetas:
  1. 19/12/2008 a las 12:58

    Iñaki, muchas gracias por tus referencias y por participar en la conversación . Creo que es un tema que requiere mucho debate e ir generando entre todos argumentos para ir contagiando este virus del 2.0 y (quién sabe!) en el futuro ver si poco a poco los sólidos muros de la Administración pueden rendirse a sus pies. Haré un post para continuar conversando sobre el tema.
    Mila esker!

  2. 19/12/2008 a las 09:06

    Post super interesante y útil, gracias.
    Sólo un comentario: precisamente el mismo día que redactaste este post, tuve una reunión en Asturias para reflexionar acerca de los riesgos de utilizar herramientas Web 2.0 en un entorno de administración pública.
    Interesante ejercicio…

  3. 19/12/2008 a las 08:28

    @Alorza. Te comprendo.Lo único ¿crees que toda la administración electrónica puede ser 2.0? Si fuera asi (centrémonos en los valores 2.0 y no en el 2.0 como tecnología), como dice @Jordan, el 2.0 «es el camino perfecto, para proponer hitos medibles», frente a megaproyectos que nunca acaban de salir.. Ahora bien la el miedo a lo tecnológico, en el que subyace en el miedo a lo desconocido, (en general) merecería posts y posts, el miedo que a veces se convierte, en fobia, e incluso ira….Y existen miedos y miedos…Conozco a un usuario que es habitual de las apuestas por internet, fenómeno que prolifera como la setas, pero luego para apuntarse a una OPE lo hace por canales habituales ..»Por si acaso», dice.

  4. 18/12/2008 a las 23:42

    Directo a delicious… magnífico análisis.
    Me quedo sobre todo con «El primer paso para conseguir que lo 2.0 vaya abriéndose un hueco en la Administración pública es comenzar a hacerlo conocido. Se puede conocer […] desde dentro, mediante experiencias innovadoras (incluso, proyectos piloto) que puedan ponerse en marcha».
    Esto precisamente es lo que estoy intentando… ya he lanzado un primer borrador de propuesta y fue correctamente valorada, pero la Administración es mucha Administración… para avanzar algo hay que insistir una y otra vez, pasito a pasito, para conseguir un verdadero paso.
    También comparto tu idea de que «Hace falta un proceso de aprendizaje, de asimilación, de participación. […] Pero en el camino también se pueden empezar a conseguir resultados interesantes». Efectivamente, incluso aunque lo que se plantee sea un proyecto experimental, creo que será mejor ir abarcándolo poco a poco, que se vea que reporta algún resultado positivo, para que en suma, se consiga implantar el piloto completo. Mejor un camino lento con hitos medibles, que no uno rápido pero con trastazo seguro.

  5. 18/12/2008 a las 22:16

    Iñaki, ya tus posts sistematizadores ya se han convertido en clásicos de la blogosfera. Nuevamente, das en el blanco.
    Un argumento con el que me encuentro a menudo -y que quizá se pueda integrar en alguna de tus categorías- es el de que «eso que propones está a un nivel demasiado elevado: mejor empezamos por algo más de andar por casa». Es un mal argumento, porque todo el que anda por la web 2.0 conoce su radical sencillez y su inmediatez, pero cuesta quitar esa idea de según qué cabezas.
    A veces me parece que sería más sencillo quitar algunas cabezas. ;-P

  6. 18/12/2008 a las 21:32

    Vaya material!.
    gracias maestro.

  7. 18/12/2008 a las 17:38

    Interesántisimos argumentos que con tu permiso utilizaré para un trabajo que estoy haciendo para elaborar una propuesta de movimientos sociales 2.0. Yo sólo puedo aportar mi experiencia personal. Mi limitada experiencia en este ámbito me permite sostener que, empleando las herramientas adecuadas, lo 2.0 permite reducir esfuerzos, tiempo y recursos. Sólo dos ejemplos: utilizando un lector de feeds se lee lo que te interesa más rápido que mediante marcadores de favoritos y con delicious se comparte información de manera más rápida y ordenada que mediante el envío de enlaces por mail. Claro que requiere esfuerzo, como todo proceso de aprendizaje, igual que sucedió con el uso del correo electrónico, las bases de datos, etc. Finalmente, creo que la utilidad se demuestra haciendo, viendo los resultados y mejorando. No hacer nada es igual a cero y si la adminstración espera demasiado para dar pasos se puede producir una brecha entre la masiva entrada de la ciudadanía en lo 2.0 y la realidad de la administración. Entonces entrarán las prisas, los errores en cadena y la mala gestión de los recursos.

  8. 18/12/2008 a las 08:59

    Iñaki, yo también creo que el miedo a lo desconocido es una gran barrera. Creo que una manera de superarlo puede ser ofrecer servicios 2.0 progresivamente y quizás a cuenta-gotas frente a grandes y monolíticos servicios. Kaizen vs. Innovación. Rácimo Vs. Naranja. Confederal vs. Federal- O por lo menos intentar combinar ambos.Realmente creo que digo una obviedad.
    Respecto a : «Lo 2.0 no sólo debe garantizar estos derechos, sino que puede contribuir a hacerlos realidad aun en mayor medida, porque la Administración actual tampoco es que sea la arcadia de los derechos y de la equidad»
    Más de los mismo. Sin embargo, recordar una vez más, y ya que hablas de derechos refiriéndome más al Gobierno , Legislativo, que Administración ejecutivo .
    1. En la actual Democracia Representativa no están representados todos los agentes. Está la Soberanía Política , pero no la Soberanía Social.
    2. Existe un choque entre Parlamentos que se obvia. ¿Quien me representa a mí el Parlamento Vasco o el Parlamento Español?
    ps.
    La tan POLÉMICA consulta de Ibarretxe , no es que fuera 2.0 (imposible cuando no han PODIDO PARTICIPAR TODOS LOS AGENTES) pero era un ejercicio para ir quitando miedo, para romper el status-quo ….QUÉ PEQUEÑA-GRAN OPORTUNIDAD PERDIDA!!!!

  9. 18/12/2008 a las 00:45

    Las grandes empresas y administraciones son conservadoras por naturaleza. Su estructura es conservadora y gran parte de su personal también. Para lanzarse al dospuntocerismo con éxito tienes que hacerlo de manera sincera e integral y no hay gente suficiente dentro de las empresas para hacer crecer y mantener esa actitud.
    Estoy de acuerdo que esto se pasará con el tiempo, pero no podemos pedirles hoy que se retuerzan para ser 2.0 porque sino el resto de clientes y trabajadores se sentirían rechazados.

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