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Más sobre Administración 2.0


Prometimos seguirle la pista al modelo Empresa 2.0 para seguir alimentando nuestro modelo de Administraciones en red. Julen publica el segundo capítulo de la serie. Como siempre, es mejor leer el original antes de continuar, ya que este artículo no pretende otra cosa que reciclar conocimiento.

Empiezo con la reflexión de que la Administración en red tiene que construirse sobre lo que Julen llama “campo quemado”, si bien nuestro campo se ha quemado con un combustible diferente al de las empresas. En nuestro caso, tenemos que reconocer que la nueva Administración va a erigirse sobre la desconfianza generalizada de la ciudadanía, que se ha acostumbrado a considerarnos ineficaces y cuyo imaginario está poblado por chistes de funcionarios. Nuestro intento tendrá que saltar “barreras de incomprensión”.

La Administración en red sería “un punto de encuentro y lugar de colaboración”. Supone otorgarle el máximo aprecio al valor participación, maximizando el principio de comunidad e integrando creativamente el de discrepancia, para construir una Administración relacional. Aquí contemplamos varios escenarios:

El efecto red sólo se establece entre individuos, cada uno participando por su libre voluntad y su soberano interés. “Las conexiones entre personas son las que valen”. Ahora mismo, muchos proyectos superan los obstáculos gracias a que, en el fondo, se construyen bottom-up, de abajo arriba. Cuando la red se construye sobre personas y no sobre entes, es más fácil activar el valor intensidad, más fácil provocar el entusiasmo y más aceptable proceder con humor, relativizar la importancia de cada uno mediante la ironía.

En algún momento he comparado al Gobierno Vasco con un pueblo pequeño. Las Administraciones en red no forman uno, sino varios pueblos pequeños, enredados entre sí. Para conectarse en red deben funcionar como si ellas mismas fueran “web pequeños capaces de sindicar contenidos”, “con un manejo ágil de la información que debe entrar y salir fácilmente”. Volviendo al principio de ironía, conviene considerar que ninguno de los organismos tiene la solución definitiva, sino que están en “un estado beta permanente”.

Las Administraciones en red progresan gracias a la práctica constante de la innovación, dispuesta a subvertir el orden existente, pero con la visión bien orientada hacia el servicio, con la humildad del que sabe que no será útil si los cambios no son los que la ciudadanía desea. La innovación no es propiedad de un departamento o un organismo, sino que simplemente hay más personas orientadas a lo nuevo y más personas orientadas a crear valor.

Las Administraciones en red hacen un uso intensivo de la tecnología, pero su presencia tiende a ser invisible. La infraestructura tecnológica del eGovernment aporta un medio ágil que se pone al servicio de los fines y que posibilita el intercambio intensivo de información entre todos los actores: cargos políticos, funcionarios, ciudadanos, empresas, otras Administraciones, la comunidad hacker, …

Las Administraciones en red son transparentes y se constituyen como organizaciones que aprenden gracias a que exponen y comparten su información, con claridad y obscenidad, sacando a la luz las buenas y las malas prácticas, “usan copyleft y saben que cualquier inversión en guardarse las cosas es tiempo perdido”. Aplican la emulación, la reciprocidad y la simbiosis en lugar de la competitividad.

Las Administraciones en red tienden a la autoorganización, pero regulada mediante el valor equidad, donde la voluntad de inclusión sutura la brecha digital en una sociedad diversa. Una Administración que responde creativamente a las demandas de los hackers y de las tías Begoña –o de las Adele. En nuestro modelo, estoy pensando, más que en Singapur o en los EE.UU., en Finlandia, donde la Sociedad de la Información crece de la mano de la Sociedad del Bienestar, sopor
tadas ambas por fuertes sentimientos de comunidad y de identidad colectiva.

El beneficio esperado es el aumento de la legitimación de la labor pública ante la ciudadanía. Volvemos al principio del artículo. El reto consiste en ir regenerando ese “campo quemado”, de poner las bases para asentar una confianza mutua entre la Administración, los funcionarios y la ciudadanía.

¿Qué tal os va sonando este modelo? Seguiremos a la escucha, en permanente fase beta.

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  1. 09/01/2006 a las 00:00

    Creo que la Administración 2.0 tiene mucho que ver con los valores que has ido proponiendo en este blog.Avanzaremos hacia esa Administración 2.0 en la medida que las personas que formamos la Administración (políticos y funcionarios) y también las personas que formasn la ciudadanía (particulares, asociaciones, empresas, etc.) vayamos asumiendo e interiorizando esos valores y actuemos en consecuencia.Con respecto a las personas que formamos parte de la Administración creo que viene a cuento recordar el post e-Funcionarios, en el que apostaba por unos funcionarios orientados al servicio, con espíritu de colaboración y dedicado a tareas de valor añadido (como la innovación permanente de los servicios).Creo que esta reflexión sobre la Administración 2.0 está viniendo muy bien para encajar las piezas que habían ido apareciendo en el blog.

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