Archivo
Por los ciudadanos hackers
Contiene diez principios, que suscribo. Los copio íntegros:
No hay buen gobierno sin buenos ciudadanos (y 4)
Llevo tres posts (1, 2 y 3) escribiendo sobre los buenos ciudadanos y todavía no he explicado qué son los ciudadanos buenos. Quienes habéis seguido la serie habréis deducido que la virtud ciudadana tiene que ver con la participación, con el trabajo para la comunidad, con una ética cívica. Pero desde que Pekka Himanen escribió su libro “La ética del hacker”, tenemos nombre para ese ideal que estamos buscando. No hay buen gobierno sin ciudadanos hackers.
Si bien la definición estándar de hacker es “persona que se dedica a programar de forma entusiasta” y que cree que “poner en común la información constituye un extraordinario bien”, el propio Jargon File especifica que un hacker puede ser también “un experto o entusiasta de cualquier tipo”. Uno puede ser un astrónomo, un damasquinador, un dibujante de cómics, un funcionario o un consultor… y ser un hacker. En este sentido, para ser hacker no es necesario pasarse la vida delante de una pantalla y alimentarse de rosquillas y bebidas con cafeína.
Himanen divide su análisis de la ética hacker en tres planos: la ética del trabajo, la ética del dinero y la ética de la red. En el caso del ciudadano hacker, haremos algunas adaptaciones.
Más sobre Administración 2.0
Reflexiones tras el atropello de dos niños en Bilbao
Valores de la Administración: la lista completa
Como sabéis los habituales, uno de los propósitos con los que empecé a participar en este blog fue el de lanzar una lista de valores que sirvan para guiar la transformación hacia una Administración en red. Me impuse el reto de llegar a una lista completa, pero con el mínimo número de valores posible, que sean de aplicación general para la relación
- entre la Administración y la ciudadanía
- entre la Administración y los empleados públicos
- entre las distintas instancias de la Administración
Ricardo Semler propuso a los 200 mayores directivos de los USA la prueba de escribir en un papel la misión, visión y valores de su empresa, mezclar todos los papeles y repartirlos. Él apuesta a que no serían capaces de decidir si aquella lista les pertenecía o no, porque, aparentemente, todas las organizaciones comparten un mismo catecismo. Para evitar que nuestra lista quedara devaluada por lo que llamaré “efecto Semler”, he caracterizado cada uno de los valores mediante una ecuación que representa una colisión de dos principios, procurando que al menos uno de cada par fuera retador, chocante o, simplemente, memorable.
servicio = utilidad x humildad
Hasta el momento, hemos caracterizado cinco valores: transparencia, participación, innovación, intensidad y equidad. Ahora le toca el turno al valor servicio aunque, en orden lógico, quizá debería haber sido el primero de la fila. Muchos sabéis que mi método consiste en definir el valor mediante colisión de dos principios. En este caso, la fórmula es:
servicio = utilidad x humildad
equidad = inclusión x diversidad
equidad = inclusión x diversidad
intensidad = entusiasmo x ironía
intensidad = entusiasmo x ironía
Intensidad ingresa en la lista para darle alma a este sistema de valores. La Administración, cuando malfunciona como en los chistes de funcionarios, suele ser, sobre todo, por pasividad, desidia, pereza, indiferencia, flema, pachorra… Podéis continuar con los sinónimos. El valor intensidad quiere traer brío, interés, ¡espíritu! a la mortecina vida funcionarial.
innovación = progreso x subversión
innovación = progreso x subversión
participación = comunidad x discrepancia
Hecha esta advertencia, sigo el mismo método: caracterizar los valores por dialéctica entre dos conceptos. En este caso, propongo la siguiente fórmula:
participación = comunidad x discrepancia
Últimos comentarios