¿Qué quieres ser: ciudadana o consumidora?
Como sabéis, creemos que no hay buen gobierno sin buenos ciudadanos… y viceversa. Con este espíritu, conversábamos en Gijón:
«El sistema de gestión de lo público, tras 25 años de Nueva Gestión Pública, ha llegado al límite de sus contradicciones. Los ciudadanos hemos quedado caracterizados como consumidores y, como efecto secundario, se ha fomentado una ciudadanía irresponsable y perpetuamente insatisfecha».
Mª Esperanza Serrano, en el blog colectivo esPúblico (otro más a añadir a nuestra blogosfera), se pregunta «el ciudadano, ¿un cliente irresponsable?«. Os recomiendo vivamente su excelente análisis, realizado desde el campo jurídico. Ella se centra en la responsabilidad ante accidentes y daños, pero su argumento se puede extender a la totalidad de la vida pública. Os dejo una cita:
«la responsabilidad objetiva se ha convertido en una responsabilidad universal y ello ha dado lugar a una nueva generación de “administrados”, ahora llamados “ciudadanos/cliente”, que se desenvuelven en la vida sin guardar las mas mínimas normas de prudencia, con la seguridad de que si sufren cualquier tipo de contratiempo la Administración será declarada responsable».
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