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Contra el paro: reparto del trabajo, reparto del salario


Trabajar menos, trabajar todasMientras nuestros Gobiernos creen ver en sus bolas de cristal una mágica salida de la crisis dentro de uno, dos, tres, cuatro años, la dura realidad es que España crece en desempleo por encima del 25% y solo propone la falsa salida de minijobs basura para esa generación joven que está perdida para el empleo. En el caso de Euskadi, vale la misma argumentación, aplicando una pequeña rebaja a la gravedad del asunto.

Las medidas en marcha no abordan el tema del desempleo, sino como subproducto deseado de la ingeniería financiera. De hecho, las medidas en marcha empeoran, y mucho, la situación del empleo a corto plazo. La situación es tan desesperada que no da tiempo de sentarse a ver si la bola de cristal acierta. Hay que mejorar el empleo hoy. Ahora.

En algunas empresas, los trabajadores han propuesto la medida obvia: en lugar de echar a n personas a la calle, prefieren repartir entre todas el empleo y el salario. ¿El resultado? Menos paro, en ese ámbito concreto.

En cada vez más familias, el reparto se produce por la vía del desempleo: los que no trabajan son mantenidos por los que siguen ingresando su salario. Solución mucho peor, que crea relaciones de dependencia indeseables. Sería preferible que mi familiar hiciera una parte de mi trabajo.

Si consideramos a nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestra tierra, nuestro país como una gran familia, o como una organización, llegaremos a la conclusión de que la mejor medida para acabar con el desempleo es repartir el empleo existente. Una ecuación sencilla: por cada 4 trabajadores que se redujeran la jornada un 20%, se podría contratar a otra persona. Aplicado de manera total, el paro quedaría por debajo del 10%.

Es cierto que no se puede aplicar la ecuación así, sin más. De hecho, la reducción de horas debería ser mayor y la reducción de salarios no siempre sería posible. Estos son los límites:

  • los ingresos familiares no pueden bajar de un mínimo para soportar el gasto corriente
  • las jornadas que ya están reducidas, no hay que volverlas a reducir
  • hay que seguir cotizando el 100% a jubilación a partir de cierta edad
  • hay que hacer algo radical con las hipotecas, que impiden toda flexibilidad a muchas familias

A cambio, el inmenso gasto público dedicado al desempleo podría ser reutilizado para favorecer esta vía de empleo.

Después de pensar en global, volvamos a pensar en lo cercano. Si en el equipo de trabajo nos redujéramos la jormada en un tercio, por cada dos voluntarios podríamos incorporar a una nueva persona. Por ejemplo, si lo hicieran la mitad de los 100.000 funcionarios vascos, se podrían sacar del paro a 25.000 personas, un porcentaje significativo del paro en Euskadi.

Además del beneficio obvio para el empleo -que ya justifica por sí solo esta medida- hay beneficios adicionales:

  • Mejora la productividad: todos somos más productivos en 6 horas que en 8.
  • Mejora el recambio generacional: se incorpora gente joven que puede aprender de los mayores que siguen ahí, con menos jornada.
  • Disminuye la espantosa desigualdad social a la que estamos abocados
  • Mejora el reparto entre sexos del trabajo no remunerado; esto es, las tareas domésticas.
  • Crea una bolsa de tiempo que se puede dedicar a aprender, innovar y aportar valor social.
  • Cambia consumo por ocio, por oportunidades para la salud y la cultura.

¿Quién pierde? Solo los negocios que viven del consumo de alta gama. Nada que debiera preocuparnos.

Cada vez que he propuesto esto, me he encontrado con la misma respuesta. A saber: es una medida necesaria y evidente, PERO quien tiene trabajo no va a querer repartirlo. Bien, si estamos de acuerdo en que es una medida necesaria, la situación hoy es lo bastante dramática para poder convencer sobre el reparto.

Ya planteé esto en 2008, pero entonces estábamos todavía bajo la burbuja y no se percibía que fuera imprescindible. Hoy, lo es. Piénsalo, ¿qué te da más miedo, tener que reducir gastos y vivir con menos, o estar en riesgo de caer en el lado de los que no tienen nada?

No he oído a los partidos políticos plantear esto. Y, en cuanto a los sindicatos, ¿seguiréis concentrados en negociar un aumento de una décima de punto en el convenio o vamos a abordar los problemas realmente importantes? De hecho, si mañana dos de nosotros propusiéramos en nuestra organización reducirnos un tercio la jornada a cambio de que se contrate a otra persona más, probablemente ni la empresa ni el sindicato nos apoyarían. Es más, seríamos tildados de vagos, de radicales, o de estúpidos. Pues bien, yo quiero ser más vago, más radical y más estúpido. Y vivir mejor, sin tener que pensar en cómo subsisten mis vecinos desempleados.

¿A alguien se le ocurre por donde empezar?

La propuesta en Irekia, ¿te animas a votarla?

He tomado la foto de «Tenerife de primera»

  1. 17/11/2013 a las 21:32

    Estoy contenta de haber encontrado a alguién que piense como yo, y ahora que se puede hacer para hacer esto posible?? He puesto en mi blog este artículo. Gracias. Saludo cordial.

  2. 06/10/2013 a las 17:14

    Juantxu, no puedo más que coincidir contigo. Con un poco de voluntad, es fácil, muy fácil, y beneficiosa, muy beneficiosa.

  3. 06/10/2013 a las 17:04

    Muy de acuerdo con tu planteamiento, Alberto, y el de algunos participantes. Hace casi un año escribí sobre esta cuestión, planteando una propuesta a tres bandas (empresa/administración; trabajadores que voluntariamente deciden reducir jornada; servicio regional de empleo) en la que hay incentivos en las tres direcciones como para que sea factible:

    http://juantxubazan.wordpress.com/2012/11/22/reparto-trabajo-para-crear-empleo/

    http://juantxubazan.wordpress.com/2012/12/24/reparto-de-trabajo-para-crear-empleo-2a-parte/

    Quizás pueda haber otras fórmulas, siempre bajo el presupuesto del acuerdo entre empresarios y trabajadores. Pero yo la planteo como una medida impulsada desde la Administración (desde los Servicios Regionales de Empleo) para la creación de empleo.

    Juantxu.

  4. 01/03/2013 a las 21:54

    Aunque tal vez esta polémica sobre el reparto del empleo no sea la mejor ocasión, aprovecho para sumarme en diferido a las muestras de afecto prodigadas a Alorza en el post relativo a su cese de actividad como Director de Atención Ciudadana del Gobierno Vasco. Los debates habituales en torno a las cuestiones habituales desde las perspectivas habituales no tienen por qué ser obstáculo a la hora de desear a un viejo amigo toda suerte de venturas y de éxitos en su nuevo periplo como profesional independiente en el campo de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Y dicho esto, no hace falta más, ni siquiera terminar con las florituras retóricas de protocolo. Ahí queda.

  5. santi65
    26/02/2013 a las 17:21

    Hola,

    Acabo de tropezar con vosotr@ mientras visitaba el foro http://www.facebook.com/groups/repartireltrabajo/?fref=ts Definitivamente hay veces que me viene bién tropezar.

    Tras una primera lectura de vuestros comentarios, creo que un posibilidad sería empezar buscando gente dispuesta a adoptar fórmulas concretas de reparto, tanto dentro del colectivo que está en posesión de un lugar de trabajo como entre las personas del colectivo que quiere llegar a tenerlo. A partir de casos concretos se puede activar un debate que, en abstracto, corre el riesgo de pasar inadvertido.

    En ese sentido, en octubre de 2012 propuse a la Universitat de València (donde tengo plaza de Personal de Administración y Servicios) compartir mi puesto con alguna persona que viniera de la bolsa de trabajo correspondiente. Mi propuesta iba en la línea que señala Máximo: que la “pareja laboral” así construida nos turnemos en el lugar de trabajo de la manera que mejor convenga a las partes (meses, cuatrimestres, semestres, años…). La Universitat me contestó diciendo que la propuesta es inviable (los argumentos del rechazo fueron que mi plaza está definida como de tiempo completo, que lo tendría que aprobar el Consejo Social, y que hay legislación presupuestaria que lo impide). Envié también la propuesta a los cinco sindicatos con sección en esta universidad (STE-PV, CSIF, UGT, CCOO y CGT). Sólo la CGT ha mostrado interés en preparar una propuesta (su abogado mantiene que es perfectamente posible, gestionando el reparto a través de las bolsas de trabajo).

    Mi propuesta señalaba (elemento importantísimo) que el reparto ha de ser voluntario y que ha de durar mientras la persona que “posee” la plaza quiera/pueda.

    He de subrayar que mi propuesta no es por solidaridad: yo quiero más tiempo y lo cambio por trabajo (soy de los que cree que el altruismo no existe: en nuestro actos siempre buscamos un beneficio, sea material, moral,…). Lo que sí es cierto, es que hay propuestas que benefician a toda la comunidad y creo que ésta es una de ellas. En este sentido prefiero calificar las medidas de reparto del trabajo (y la riqueza) como un beneficio colectivo y no como un sacrificio en beneficio de otros.

    • 26/02/2013 a las 22:27

      Gracias, Santi. Estoy convencido que hay muchas personas que piensan como tú, y muchas más que estarían dispuestas a sacrificar algo en este momento.

      Lo malo es que las iniciativas locales, que son las más fáciles de abordar, tropiezan con estúpidas dificultades burocráticas. Necesitaremos algunos superpoderes.

  6. Maximo
    25/02/2013 a las 17:48

    Hola a todos/as, especialmente a los amigos Alberto e Iñaki: no tan pronto como Russel, pero si en la anterior crisis, hacia 1993 -94 ejerciendo de secretario genral del sindicato independiente de funcionarios, publiqué en la tribuna del periodico La rioja un articulo sobre el reparto del trabajo, lamentablemente en quellos años no archivaban bien en el periodico y no me lo encuentran, pero os comento la base de la propuesta:
    1º- justificación: si en una familia viven con 1 sueldo, tambien se puede vivir con dos medios
    2º- reparto voluntario: no creo que con los salarios que hay se pueda obligar, ya lo apuntabas Alberto con los nivels de renta al inicio
    3º- Al ser un cambio tan brutal de habitos de vida, yo veo mejor trabajar 6 meses si y seis meses no, para cambiar los habitos de consumo, mejor que reducir horas semanales,ademas es mas facil que se apunten voluntarios: ¿que os parecería no trabajar de abril a octubre o viceversa?
    4º- Al menos en la administración no tendria coste: con la antiguedad que dejariamos de cobrar los que nos acogiesemos, se paga el coste de la seguridad social de los nuevos, que no tienen antiguedad
    5º- Las cotizaciones sociales durante todo el año, incluidos los meses de permiso, este puede ser el coste
    6º- cuando se publico, el artículo, con mucho paro, alguna madre, de las que echan las patatas, Iñaki, para que comamos todos, me decia:»si fuese para mi hijo en paro ya lo haria»
    En fin creo que se puede, seguro que no todos los años, pues pueden surgir gastos imprevistos, mas facil en la administración que tenemos procedimientos mas estables y estandarizados que en la empresa privada
    Ya me direis como lo veis
    Y la tercera pata de una política de reparto con compromiso que apuntabais/pediais por la conversación para desarrollar: BANCO DE HORAS DE SERVICIO PÚBLICO A CAMBIO DE LAS ACTIVIDADES PÚBLICAS SUBVENCIONADAS: de esto si tengo el articulo de opinión que publique no hace mucho tambien en el periodico ( yo de las redes sociales me cuesta acercarme): esta muy bien que los municipios y CCAA tengan actividades deportivas, culturales, juveniles, etc de las que se paga menos del 50 % de su coste y que los que se beneficien de ellas no den nada a cambio a la soiedad ( si ya se que pagan sus impuestos, pero como todos) Asi que creo que se debe desarrollar un banco de horas para servicios a la Comunidad ( como la prestación social sustitutoria con la que alguno os escaqueariis de la mili), asi tambien las ONGs a las que se ha recortado ayudas, tendran mano de obra que les ayude
    En fin por si os sirve

    • 25/02/2013 a las 19:09

      Muchas gracias, Máximo. Estamos hablando de lo mismo. En tu opinión, ¿qué posibilidades ves de que consigamos algo, aunque sea en niveles locales?

      • Maximo
        25/02/2013 a las 21:30

        Desde la voluntariedad, no deberia haber dificultad, el coste para la administración, que es lo que conozco, es cero.
        Un profe de colegio concertado, en la comida de una evaluación decia, que bien, 6 meses a voluntario en America Latina, yo diria a mi huerto
        La mayor dificultad es para los politicos en activo reconocer el fracaso en generar nuevo empleo
        E insisto en lo de conseguir voluntariado obligatorio para beneficiarse de actividades publicas cuyo coste esta subvencionado, que los recursos son limitados
        Mañana miro en la nomina mis cotizaciones frente a mi antiguedad, que ya para bien o para mal es mucha
        un saludo

      • Maximo
        28/02/2013 a las 15:35

        Hola a todos: aporto algun dato económico sobre el reparto:
        1º- se cotiza a SS el 31 % del total del salario, pero si has decido no trabajar, entiendo que con la cotización mínima, sin compmentos, sería suficiente, el salario de un licenciado en la admon son 1165 € = 320 € la cotización
        2º- Con 9 trienios vengo a cobrar, que no cobraría en el reparto del trabajo mas de 350 € brutos
        = a partir de una antiguedad de 8 trienios no habria coste para al admon y el que reparte el trabajo tendria atención sanitaria todo el año
        Ingresos para la AEAT o la Hacienda vasca recaudara menos de 30.000 € que de dos 15.000 €, de ahi lo de las declaraciones separadas
        En el gobierno de La Rioja esta regulado que si no ocupas un puesto de nivel superior al 24, una sección, un mando intermedio en empresa privada, si puedes pedirte o tienes drecho a meses sin sueldo, no obligación de cubrir tu puesto, pero desde ahi podria venir el enganche con los sindicatos, obligatorio contar con ellos. Los niveles altos no pueden faltar en la organización por su now how ( disculpad mi ingles si no es asi, es una de las cosas que hare cuando reparta el trabajo)
        Y mucho mas no puedo aportaros, ya recogí mi planteamiento y aporto cifras y aproximación legal. Y por supuesto la idea de tambien la voluntariedad obligatoria de voluntariado para quien se benefice de actividades públicas subvencionadas
        Os leo
        un saludo

  7. 24/02/2013 a las 13:50

    Hola, paso por aquí de casualidad, y estoy de acuerdo con muchas de las cosas que habéis explicado. Me gustaría aprovechar la ocasión para reflexionar y exponeros mi caso, y para que aquellos que sois más escépticos os dierais cuenta de lo necesario que es llegar a una solución alternativa, a algo nuevo que funcione en un mundo nuevo ya que el de hoy está obsoleto.
    Soy mujer, treintañera y con una formación en humanidades muy poco valorada en el mercado laboral. Siempre he tenido claro lo que quería y he luchado para alcanzar mis objetivos, y mientras compañeros que tenían un sueldo por hacer sus prácticas (eso en carreras de humanidades no pasa) se compraban un coche, yo tenía que ahorrar para seguir formándome. Hablo 2 idiomas tengo dos másters y muchos cursos además de la licenciatura; he viajado mucho (no sólo para hacer turismo), me apasiona mi carrera y cuando tengo la oportunidad la practico con devoción, sin importarme incluso que mi sueldo sea una miseria o tenga que aceptar becas y no estar declarando a la seguridad social (sumo más de un año de trabajo entre prácticas y becas que no se reflejan en mi vida laboral). Hoy, y después de muchos años sin oportunidades, aceptando condiciones que de seguro un funcionario no padece, estoy en paro con amigos que trabajan hasta 5 horas más a la semana ( en ocasiones son más) porque no dan a basto, horas que no se les paga, por cierto.
    Trabajo hay, pero no se contrata, se prefiere tener a menos gente trabajando el doble para que el que tenía una estabilidad económica de cierta comodidad no la pierda. El mercado laboral se tiene que cambiar, además de nuestras formas de pensar y concebir el mundo, y por supuestos nuestros valores también, y el trabajo se tiene que repartir además de procurar crear puestos de trabajo en campos que hasta ahora han estado infravalorados pero que son claves no sólo para el desarrollo económico sino que también para el desarrollo como personas.
    Somos más que antes y lo que antes funcionaba porque sólo 4 tenían la oportunidad de estudiar, hoy no es válido, somos muchos con mucha formación.
    Yo agradecería que empresas y vecinos recurrieran a repartir el trabajo, los horarios se pueden ampliar, por qué no? y de esa manera dar trabajo a 2 en vez de a uno.
    Tengo asumido (a pesar de la cantidad de problemas de salud mental que me está dando la situación) que pertenezco a esa generación perdida que ni tiene trabajo ahora ni lo tendrá en el futuro, que debo renunciar a tener sueños como los de comprarme un pisito y tener familia además de una posible pensión en el futuro (si es que siguen existiendo),y me veo con 60 en la calle por no poder trabajar debido a mi edad y sin un duro por no haber trabajado lo suficiente cuando era joven. Sólo por caridad, por los hijos de aquellos que tuvisteis la oportunidad de crecer y trabajar en tiempos de prosperidad, y por los posibles nietos que podríais tener, se debe contemplar la idea de repartir el trabajo, de dar la oportunidad de vivir decentemente a aquellos que como yo nos levantamos con una soga al cuello cada día porque, añoramos el pasado, el presente nos asfixia y el futuro tan siquiera existe.
    Un saludo

    • 24/02/2013 a las 15:52

      Lhourloupe, tu caso es el motivo por el cual el reparto es tan urgente y tan necesario. Añado que tu caso puede ser el mío, el de cualquiera, en cualquier momento. Mucho ánimo.

    • 24/02/2013 a las 17:46

      Más claro no se puede decir…

  8. 24/02/2013 a las 11:05

    Sergio, gracias por tu honradez intelectual y por expresar en voz alta tu escepticismo. Habremos de afrontar mucho.

    Julen, gracias por tus palabras. Una pequeña aclaración: yo no la considero una medida triste. Quien haya leído el «Elogio de la ociosidad» de Bertrand Russell, sabrá de qué hablo. Ahora bien, lo triste es que me parece que ahora ya no es algo que podamos elegir, sino que es casi la única salida que nos queda.

  9. 24/02/2013 a las 07:42

    Muy interesante toda esta conversación. Ideas, que nunca vienen mal.

    De la propuesta de Alberto, yo me quedaría con una cuestión clave: me parece viable en un plano micro, como una alternativa en ciertos casos. Lo veo como una opción a plantear, por ejemplo, en las empresas, sean o no cooperativas (Iñaki, no veas las tensiones que acontecen dentro de éstas cuando hay movida económica). Me parece más complicado subir en la escala. Pero como opción a considerar en ciertos casos, ¿por qué no? Si se soluciona al menos un problema…

    Otra cuestión que se me plantea es que hoy en día la variable «tiempo de trabajo» no se puede interpretar de la misma forma en que lo hacíamos con las clásicas empresas industriales. En la economía del conocimiento el tiempo trabajo/no trabajo se ha fundido. Decir: «ahora trabajo» y «ahora no trabajo» es un ejercicio que puede hacerse cada vez más irrelevante.

    En cualquier caso, yo digo que sí a cualquier propuesta que tienda a redistribuir mejor lo que tenemos. Y me da igual si se puede considerar triste porque no apunta a utilizar el talento para generar nueva riqueza. De esto también habrá que hablar, pero mientras, cuando la gente está jodida, hay que plantear soluciones en varios planos. Y este que propone Alberto me parece uno más, de corto plazo, a sumar a la (utópica) solución final.

    Ánimo.

  10. 23/02/2013 a las 19:30

    Alberto, pues no, no me refería a «repartir el capital», pues proponer soluciones imposibles sólo te aleja de alcanzar una de las soluciones posibles que resuelve el problema.

    A lo que me refería es que la propuesta de «repartir el trabajo» me parece cercana a proponer la resignación. Es decir, aceptar que debemos permanecer una parte mayor de nuestra vida fuera del mercado laboral. El que los individuos sólo tengan una parte de su vida ocupada sólo resultará efectivo si volvemos a redefinir el concepto de trabajo y de ocio. Entendemos que la tendencia nos llevará a tener más tiempo libre, pero menos dinero para gastar e intentar sentirnos igual de satisfechos.

    Esto, la redefinición de conceptos, lleva mucho tiempo, pero «tiempo»… es justo algo de lo que no disponemos mucho (como tú bien dices, cantidad de gente lo está pasando hoy realmente mal), así que yo propongo que encontremos un acelerante: el talento.

    Como dijo John Kennedy en los años 60: “Si los hombres tenemos suficiente talento como para inventar nuevas máquinas que destruyen puestos de trabajo, también tenemos la capacidad de hacer que las personas que han perdido su empleo vuelvan a trabajar”.

    Sobre tu propuesta de repartir el trabajo, veo inconvenientes, ya que sólo una pequeña parte de la población activa está hoy en situación de repartir: trabajadores por cuenta ajena (no creo que autónomos y empresarios participen de esta propuesta), que no sean funcionarios (no veo a las #AAPP convocando plazas, cuando no están ni cubriendo bajas de larga duración), que estén dispuestos a perder (o ceder) parte de su salario sin poner en riesgo a su familia o su propio futuro, que no estén empleados por una empresa que se encuentre en estos momentos en proceso de regulación de empleo (o en proceso previsible) porque seguramente les quedará poco por repartir, que se encuentren empleados por una empresa ética que no aproveche la ocasión para… hacer aun mayor el problema, etc. Pero, además, aparece otra simplificación «los trabajadores somos todos fácilmente intercambiables», lo cual tampoco es cierto.

    Sé que ver las dificultades de tu propuesta no hace que yo haya elaborado una propia «aquí y ahora», pero hacer preguntas siempre ayuda a alcanzar respuestas adecuadas, ¿no? Lo que ciertamente tengo que admitir es que me siento incapaz de elaborar una (propuesta) mejor que la tuya.

  11. 23/02/2013 a las 19:00

    Esto me recuerda a lo que trató de hacer el gobierno de Lionel Jospin y la ministra de trabajo Martine Aubry cuando legislaron la reducción de jornada a 35 horas. La pena es que con la derrota en las presidenciales de Jospin se acabó el experimento ya que la derecha descafeinó la legislación.

  12. 23/02/2013 a las 15:55

    Hombre, entiendo lo que quieres decir con tu slogan, …, pero como rima es un poco penosa.

    Creo que como líneas de trabajo, el reparto del ídem, que es la propuesta original de este post, puede ser el primero. Y creo que el tema de la energía, con varias multinacionales de aqui intentando que no se les acabe el chollo, y con el PP (aunque ya lo inició el PSOE) intentando (y consiguiendolo) acabar con todo el mercado de las energias renovables y con la autoproducción, puede ser el segundo.

    Y como no hay 2 sin 3, podria haber una tercera linea de trabajo a proponer por alguien de vosotros.

    Dentro de cada linea de trabajo, habria que proponerse unas metas concretas. Por ejemplo, en el caso del reparto del trabajo, es mas realista trabajar en medidas a tomar en el ambito de la administración exclusivamente? Bueno, no sé …

    Entonces, redactamos una propuesta concreta y la documentamos: por un lado, datos que justifiquen su necesidad y, por otro, otros datos o experiencias ya existentes que, por un lado, le den credibilidad a la propuesta y, por otro, nos garanticen un poco su viabilidad, o sirvan para pulirla.

    Luego llegamos al campo de las «realidades vituales» en las que os movéis a diario. Se lanza la propuesta y se buscan apoyos, es decir, firmas. Si la cosa crece, se va en persona a movimientos sociales a recabar más apoyos y acabar de redondear las propuestas. Se entiende que si contamos con la complicidad social, una nueva ronda de apoyos puede ser más existosa … y quizás te permita emplazar a los grandes agentes sociales a opinar o tomar alguna medida.

    En el proceso interesaría lanzar continuamente mensajes en los medios para permitir un debate (aunque sea modesto) e ir permitiendo que la bola crezca. Estaría bien hacerlo desde alguna entidad ahora inexistente, en la red, y sin firmas ni portavoces.

    Bueno, si les dejo fríos con todo esto, díganmelo por favor, que igual tengo cosas mejor que hacer.

    • 23/02/2013 a las 16:14

      Ya, el autor del eslogan fue un hacker, no un poeta… pero funciona, como acabamos de ver.

      De frío, nada. Entiendo que el primer paso es deliberar y redactar una propuesta concreta. En cuanto saque un rato, preparo un espacio donde ir montando un documento en modo asíncrono. Ya veré si hago uso de la wiki asociada a este blog -por algún motivo esotérico, a la gente le cuesta colaborar en una wiki- o quizá en un espacio de Google que tengo por ahí sin utilizar, con dominio propio (herritarrekin.net).

  13. 23/02/2013 a las 13:45

    Bueno, hay muchas ideas, cosas ya en marcha y posibilidades. Propongo crear una iniciativa de respuesta basada en construir una especie de think tank deslocalizado, que recopile datos propios, que reciba datos de otros, que los trabaje y genere documentos/propuestas que lanzar a la opinion publica para buscar apoyos y luego intentar negociar con actores sociales y politicos. En resumidas cuentas, un observatorio social lo más ligero y descentralizado posible.

    • 23/02/2013 a las 14:57

      Alberto, por aquí tenemos un eslogan: «el que la propone, se la come».

      Vete montando algo y nos vamos sumando el resto. Reparte tarea. 🙂

  14. makgregory
    23/02/2013 a las 13:35

    Reblogged this on Repitiendo contenido molón and commented:
    Esta propuesta de Alberto me gusta. PArece que para volver a encajar en la UE «necesitamos» bajar nuestro «precio», y si la reducción de horas de trabajo y sueldo se acompañase de otra en los precios -a la que se podría llegar abandonando el petróleo por fuentes renovables y autonomía para la microgeneración de energía-sería un modo de alcanzar ese objetivo impuesto mucho menos dañino que los malditos recortes.

  15. 23/02/2013 a las 13:08

    En The Guardian, un análisis de políticas ya puestas en marcha de reducción de la jornada a 4 días, con y sin reducción de las horas anuales.

    Interesante: «Gambia announced a four-day week for public sector workers – not through economic necessity, but to allow more time for «prayer and farming». In Ghana there are calls to follow Gambia’s example.»

  16. Iñaki Ortiz
    23/02/2013 a las 11:12

    El reparto del trabajo y del salario, desde mi punto de vista, es un buen principio general para luchar contra el paro y para distribuir el empleo existente de una forma más equitativa.

    Pero, a la hora de aplicar este principio, es inevitable tener en cuenta las múltiples realidades concretas que pueden encontrarse.

    Por ejemplo, aumentar las horas lectivas del personal docente para dejar en la calle al personal interino o contratar menos sustituciones es una práctica que va claramente en contra de ese principio general: distribuye el trabajo entre menos personas y deja en paro a personas que, muchas de ellas, cobrarán subsidios sin aportar ningún valor social. ¿No sería mejor mantener el empleo con una menor carga lectiva y, seguramente, con ratios de alumnos por profesor que permitan una mejor calidad de la enseñanza?

    Otro ejemplo, es el caso de las empresas cooperativas que, muchas de ellas, ya están aplicando esa distribución del trabajo para mantener el empleo de todas las personas cooperativistas. Estas empresas, evidentemente, tienen una componente social que no tienen las sociedades anónimas. ¿No debería promoverse la creación de este tipo de empresas, especialmente en tiempos de crisis?

    Otro ejemplo es el que plantea Alberto Aguirre de empresas pequeñas que trabajan con poco margen y que apenas pueden generar los bajos salarios que ya están cobrando sus trabajadores. Y es verdad que la Administración está «apretando» a sus proveedores y, seguramente, habrá algunas empresas de servicios que tendrán dificultades para cubrir sus costes. A lo mejor, en otros momentos habrán tenido mejores márgenes y entonces no decían nada, pero ese ahora no es el tema. Evidentemente, en ese tipo de empresas será más difícil redistribuir el empleo.

    Cada cual en su ámbito puede hacer la reflexión de qué «bolsas de empleo distribuible» existen y cómo podría llevarse a cabo esa distribución del empleo y del salario.

    El principio es general, pero su aplicación debe tener en cuenta cada caso particular.

  17. 23/02/2013 a las 10:37

    Hola, si se me permite introducir otro punto de vista, yo creo que esto no ha hecho más que empezar, para lo bueno y para lo malo; pero desde luego también para darle la vuelta a todo esto, porque no nos va a quedar otra, y si no es a nosotros será a nuestros hijos.
    Pertenecemos a un sistema que nos está llevando a una trinchera cada vez más estrecha y definida, lo que nos va a obligar a hacer algo: o salir por la tangente o dar media vuelta y cargar a la bayoneta contra él.

    Bueno, no me pongan esa cara, que esto ya ocurrido muchas veces en la historia … y está ocurriendo ahora mismo en otras partes del mundo.

    Volviendo a «gure euskalherria maite» y a «gure espainia nazkagarriye» el problema que yo veo a la hora de repartir el trabajo es que cada vez se nos paga peor el trabajo que hacemos. La lógica capitalista actual es destructora de empleo, porque siempre hay algún modo de hacerlo más barato a costa de las personas, y así es difícil crear empleo.

    Todas/os entendemos que darle la vuelta a esto no es sencillo, porque ahora nos estamos dando cuenta de que sí existe una vaca, y que hay que ordeñarla con esmero, y que el ahorro, la responsabilidad y la eficiencia han de ser valores imprescindibles para alcanzar el equilibrio sostenible futuro. Pero es que es la propia administración de ustedes la que ha asumido ‘el más barato todavía’ y la que nos enfrenta a los de la iniciativa privada (como yo) a concursos donde lo que más se valora es mi precio. Esto, en un principio, puede estar bien. Lo que ocurre es que hemos llegado a un punto en el que la mayoría de las empresas se las ven y desean para sacar adelante suelos, seguridad social, inversion en innovación, etc.

    Es decir, nos estamos empobreciendo, porque los gastos no cejan y nuestros salarios no crecen, o menguan. En esa situación, va a ser cada vez más difícil recortarte horas porque no va a quedar suficiente pasta. Bien, yo estoy por ello también, yo apoyo esta tesis de redistribución, pero opino que aparte de intentar propiciar esa reducción, necesitamos reducir gastos con medidas sociales desde la propia Sociedad: compartir, mercados no monetarios, intercambio de trabajo no remunerado, etc., bueno, todas esas cosas que ya hemos oido que existen, pero que hay que seguir promoviendo e ir asumiendo cada uno y una.

    Y finalmente, como no, la política. No estamos donde estamos por nuestra «mala cabeza». Nos están llevando hacia esta situación, poco a poco, gracias a un sistema con cada vez menos grados de libertad. Aunque muchos de los políticos también son «presos» de la situación, hay que dirigir la crítica, el «fuego» hacia ellos.

    • 23/02/2013 a las 11:47

      Alberto, bienvenido a esta casa. Desde luego, la situación es más compleja de lo que refleja mi breve artículo. En el diagnóstico hay que incorporar esas realidades que describes, junto a otras que podríamos ir aportando entre muchos.

      Sin embargo, no necesitamos mucho más diagnóstico para empezar a actuar. Tenemos que ser capaces de visualizar soluciones fáciles de entender. Los sistemas complejos se hackean con palancas sencillas que ponen en marcha una cadena de cambios. Creo que el reparto del empleo es la palanca más evidente a corto plazo. También algunas de las que nombras: compartir, mercados no monetarios…

  18. sergiomontesa
    23/02/2013 a las 08:58

    Sino os conociera (porque os sigo desde hace mucho tiempo) pensaría que la propuesta tiene una apariencia más conservadora que progresista: en lugar de repartir el capital… ¡repartamos el trabajo!

    El ejemplo de la familia no me vale… nuestras madres no permitirán nunca que uno de sus miembros se quede sin comer y para ello idearán fórmulas gatronómicas talentosas (echo un par de patatas más -la patata es algo super productivo, ojalá hubiese hombres patata-, un poco de las sobras del día anterior o con ellas preparo un caldito para mañana o unas croquetas de garbazos del cocido de hace dos días)… No me confío yo que un gobierno actúe de esta forma talentosa.

    • 23/02/2013 a las 10:11

      Sergio, no nos pongamos filosóficos, que la gente empieza a pasar hambre, y la juventud no tiene esperanza. ¿Qué propones, aquí y ahora? ¿Repartir el capital? ¿Cómo? El debate no es «qué va a hacer el Gobierno», sino «qué estamos dispuestos a hacer los ciudadanos» -y qué vamos a pedirle al Gobierno que haga.

      Lo que no se puede, a fecha de hoy, es optar por no hacer. Hay que hacer, esto y más cosas, aunque sean equivocadas, o dejar que todo se vaya por el sumidero.

  19. Iñaki Ortiz
    23/02/2013 a las 00:30

    Comparto totalmente la propuesta. Si no hay trabajo de 40 horas semanales para todos, trabajemos 36, 32 o 24 horas. Las que toquen. ¿Os imagináis que en una familia de 4 miembros coman 3 y el cuarto se quede sin comer?

    La mitad de los jóvenes no tiene empleo. No podemos condenar a una generación entera a la exclusión social. Hacen falta fórmulas imaginativas y solidarias para que la mayoría de las personas puede tener una vida digna. Y el empleo es la primera condición necesaria para ello.

    Estoy convencido de que después de esta crisis nunca volveremos a lo de antes, ni creo que fuera deseable. La solución no es el crecimiento infinito de la producción y del consumo, en una especie de permanente huida hacia adelante, sino que la solución debe pasar por adaptarse a un estilo de vida más sostenible desde los puntos de vista económico, social y medioambiental. Y añadiría que también desde el punto de vista político, personal y ético.

    Los mercados necesitan regulación. Ya hemos visto a donde nos han llevado los mercados financieros. Habrá que regular, también, el mercado de trabajo de la manera que más convenga a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas. Ya sabemos cómo funciona actualmente el mercado de trabajo, pero la cuestión es cómo debería funcionar.

    No se trata de que hayamos llegado a ningún fin del trabajo, sino de repartir adecuada y justamente el trabajo actualmente existente entre las personas en disposición de trabajar. Desde mi punto de vista, el objetivo no es el crecimiento, como nos venden los expertos al servicio del sistema, sino que el objetivo es maximizar la calidad de vida de las personas. Y está demostrado que la calidad de vida no mejora ni con el número de horas trabajadas, ni con el volumen de gasto dedicado al consumo.

    A mi entender, creo que no estamos formulando las preguntas en el orden correcto, sino que el orden de las preguntas sería más bien el siguiente: 1. ¿Cómo queremos vivir?, 2. ¿Cuánto necesitamos producir para vivir así? y 3. ¿Cuánto tenemos que trabajar para producir lo que necesitamos? Y a partir de ahí, ocio creativo y saludable.

    ¿Que no es fácil? Bueno, como dice Alberto, ya hay empresas que han comenzado a aplicar algo así. Es cuestión de empezar a dar pasos en la buena dirección. A lo mejor, lo que pasa es que no nos interesa, porque preferimos aferrarnos a nuestros «derechos adquiridos». Me parece una visión cortoplacista, pan para hoy y hambre para mañana.

    • 23/02/2013 a las 02:54

      Muy bien explicado, compañero. Como dices «¿Os imagináis que en una familia de 4 miembros coman 3 y el cuarto se quede sin comer?» Sobre todo, cuando alguno de la familia tiene un problema de sobrepeso 🙂

  20. 22/02/2013 a las 21:50

    Como sueño precioso, como realidad irrealizable. La fórmula de la foto (trabajar menos, trabajar todos, vivir más) tiene fallas. El mercado de trabajo, como sabes, no funciona así. La sociedad civil no puede actuar como una mano invisible y correctora sobre él. Además suena a rendición, a aceptar como buenas las teorías de Rifkin de que ha llegado el fin del trabajo. Prefiero pensar que tenemos aun margen de maniobra (en forma de talento) como para generar nuevo empleo.

  21. 22/02/2013 a las 13:59

    He subido la propuesta a Irekia. ¿Os animáis a apoyarla?

  22. 22/02/2013 a las 13:33

    Gran post! Totalmente de acuerdo contigo.

  23. 22/02/2013 a las 13:23

    Amén. Yo estoy dispuesto. Y mi servicio necesita gente y sería mejor si por ejemplo se atendiese durante todo el horario lectivo, hasta las 20.30 h.

    Para las hipotecas, dación en pago. Y las administraciones y empresas públicas poseen y mantienen vacíos inmuebles que se podrían dejar -quizá como otra parte del sueldo- a esas nuevas personas que se incorporasen a trabajar…

    La imaginación está, la voluntad política, no.

  24. 22/02/2013 a las 12:38

    Me olvidé. El científico Antonio Turiel va más allá y nos dice en http://crashoil.blogspot.com.es/2010/06/digamos-alto-y-claro-esta-crisis.html

    «1) Para crecer económicamente necesitamos crecer nuestro consumo de energía. A la inversa, si nuestro consumo de energía decrece nuestro PIB se contrae en igual manera.

    2) Debido al estancamiento de la producción de petróleo, a un efecto de sincronización con las otras fuentes de energía conocido como La Gran Escasez, y al crecimiento de otras economías emergentes estamos condenados de manera inexorable a reducir nuestro consumo de energía y a un ritmo bastante rápido (en el caso de España, un 1.5% anual como mínimo).»

    Alguien realmente cree que se van a crear estos puestos de trabajo cuando nuestro PIB no crezca debido a la escasez de la misma energía que nos ha llevado hasta aquí? Por qué insisten en que podemos salir tirando de modelos antiguos de energía barata? Estamos en ello. Tal vez aquí tengamos una de las soluciones, menos IKEAs y más reparación de los pocos recursos que nos quedan. No todos tenemos que trabajar con el conocimiento, no?

    http://www.guardian.co.uk/sustainable-business/blog/video/the-art-of-repair-old-objects-new-life-video?CMP=

    • 22/02/2013 a las 12:41

      Otra referencia ilustre: En 1935, el gran Bertrand Russell afirmaba “si el asalariado ordinario trabajase cuatro horas al día, alcanzaría para todos y no habría paro”. Y lo dijo hace setenta y ocho años, cuando el grado de automatización de la producción era mucho menor que el actual.

  25. 22/02/2013 a las 12:37

    Pere, la ciudadanía de a pie podemos inventar soluciones locales como las que planteas, todas ellas positivas. Sin embargo, no es suficiente, tal como tú mismo observas. Es preciso un nuevo pacto social por el empleo en el que se involucren los grandes intermediarios sociales: sindicatos, partidos, asociaciones… y los individuos en red.

  26. 22/02/2013 a las 12:29

    Hola Alberto,

    sí, somos unos cuantos que estamos pensando seriamente en ello. Yo puedo reducirme un 20% mi sueldo y salario (con las privaciones correspondientes). El tiempo sobrante, para la familia y trabajos no remunerados.

    Pero quién me asegura a mi que este día que dejo de trabajar será ocupado por otra persona y no simplemente se repartirá el trabajo entre los que ya tienen sin incrementar su salario ni sus horas? La administración que yo sepa no puede contratar a nadie en estos momentos, y menos cubrir una «baja» del 20%.

    Y un banco de tiempo asociado al trabajo? Y una ETT social? Podría yo donar esta «carga de trabajo» a un banco de trabajo para que otra persona lo cubriese? En una misma organización 5 personas lo podrían hacer, sería factible, pero cómo hacerlo entre diferentes organizaciones?

    Pere

  1. 20/04/2013 a las 11:27
  2. 22/02/2013 a las 18:58

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