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Transparencia pública y ciudadanía cívica


prismaEl mes de julio demostró que el calentamiento global puede cursar con un enfriamiento local. No hay mal que por bien no venga: Iñaki aprovechó para quedarse en casa y publicar un grupo de tres posts (una tripostia) acerca de la discrecionalidad, el control y la transparencia en las administraciones públicas.

Al leer los comentarios y los otros posts a los que enlaza Iñaki, encontramos un acuerdo general respecto de la importancia de la transparencia. También el comentado libro “Administración inteligente” enfatiza la transparencia. La administración del futuro será transparente o no será. Todo muy bienintencionado, pero ¿seguro que estamos entendiendo todos lo mismo por “transparencia”?

Nuestro interés por la transparencia es antiguo. Dos de los primeros artículos de este blog tratan de la transparencia como valor –por lo tanto, como motor de cambio- y la caracterizan con esta fórmula: transparencia = claridad x obscenidad.

Iñaki y otros insignes miembros de nuestro club están tratando de operativizar el valor transparencia. Aparentemente, con un alto grado de acuerdo. Así, podríamos nombrar como aspectos comunes

  • rendición de cuentas de los resultados de las políticas públicas a la ciudadanía
  • acceso a los datos en bruto desde el mismo inicio de un proyecto público
  • habilitar canales para responder a las consultas ciudadanas

Es una buena lista, y todos estaríamos encantados de que fuera de deseado cumplimiento por las administraciones. Digo “deseado cumplimiento”, porque “obligado” es un enzima que divide al cumplimiento en “cumplo” y “miento”.

Pero me parece que algo se nos escapa. Es poca cosa. Casi basta con abrir el acceso a las bases de datos en las webs institucionales para cumplir con esta lista.

Por otra parte, esta forma de operativizar la transparencia lleva por debajo una concepción de la administración como una relación empresa-cliente. Habría dos grupos claramente separados: el de quienes prestan servicio público y el de quienes lo reciben. Este es el esquema que nos ha traído la Nueva Gestión Pública, y ya hemos hablado más de una vez de sus límites y consecuencias indeseadas. El principal problema es que da al ciudadano un rol de absoluta irresponsabilidad, al tiempo que le confiere la potestad de quejarse de unos servicios en cuya mejora no toma ningún papel. Es la relación entre un restaurante y los comensales.

El concepto transparencia tiene más lustre en otros modelos posibles de administración. Crece en compañía de la participación, de la innovación, de la intensidad. Encuentra su mayor expresión en un modelo de Open Government, donde la administración es cosa de todos: del funcionariado, de la ciudadanía, de los proveedores públicos.

Por eso encuentro antipática la tan mentada “rendición de cuentas. Al fin y al cabo, consiste en esperar a que un gestor público la cague (y casi siempre la cagarán en alguna medida, porque es más fácil fallar que acertar), para exigirle después una auditoría donde se demuestre que ha habido una gestión ineficaz o corrupta.

Tal como nos enseña la wikipedia, la transparencia radical requiere que todos los procesos de decisión sean públicos desde el principio, lo que permite hacer correcciones a tiempo. Si además el proceso se dota de mecanismos que lo hagan más democrático, la responsabilidad se comparte y las decisiones se legitiman.

Por lo tanto, lo importante no es fiscalizar los fallos al final de un proyecto, sino abrirlo a la participación de todas las partes interesadas, construirlo de forma conjunta y, sobre todo, aprender antes, durante y después.

Me sigo emocionando cuando encuentro instituciones con la voluntad de tratar al ciudadano como un colaborador con el que se hacen las cosas conjuntamente. Ni administrados pasivos, ni clientes mimados: ciudadanía cívica.

  1. Dario
    28/03/2008 a las 20:13

    Segun un periodista calificado Mark Lynas y un grupo de cientificos.
    En los proximos 100 años la temperatura global de la Tierra aumentara de 1 a 6 grados. Eso no parece mucho derdad? sin embargo Mark Lynas detalla las consecuencias drasticas que traeran el aumento de grado por grado es su libro «6 grados».
    Es la hora de actuar de inmediato para desacelerar el calentamiento global y para eso tenemos de 10 a 20 años.
    Porque se va a llegar a tal grado que ya no va a ver punto de retorno para tomar medidas para desacelerar el calentamiento . Y se va a tornar incontralable, porque el sistema en que opera la tierra cambiara radicalmente y por lo tanto la vida en la tierra sera severamente afectada.
    Solo cuando la temperatura global alcance los 3 grados sera irrevercible.
    Cuando eso pase el Amazonas corre un alto riesgo de incedios forestales tan grandes que va ser imposible pararlos, extinguiendola, algo que seria muy grave. Y lo que haria que automaticamente subiera algun grado mas la temperatura global.
    A este ritmo los glaciares del Himalaya se derritirian por completo para el 2035 esto traeria consecuencias graves para china e India.
    Y habria inundaciones sin precedentes.
    Al 4 grado ya los paises costeros seran severamente afectados como Nueva York, Hong Kong, Buenos Aires, etc. A causa del aumento de nivel del mar por el derretimiento de los polos de la Antartida.
    Habran supertormentas nunca antes vistas, de categorias muy superiores a las de hoy.
    Esto es para tomar conciencia ya, esto no va a pasar dentro de mucho tiempo como mucha gente se imagina y algunos piensan que se trata de ciencia ficcion lo que no es asi es una realidad que no podemos seguir ignorando.
    Tampoco hay que restarle importancia porque pensemos que a nosotros no nos va a pasar, hay que pensar en las generaciones futuras.
    La pregunta es, que les dejamos a los demas y a los que vienen? esto no solo a los humanos a todos los seres vivos.
    Que derecho tenemos nosotros ?!!
    Si alguien interesado en este tema quiere contactarse conmigo y si alguien tiene informacion le agradeceria mucho si me la comparte.
    Desde ya muchas gracias.
    correo: locomotiv313@hotmail.com

  2. 11/09/2007 a las 16:36

    @Antonio: gracias por acordarte de nosotros, pero me temo que ya hemos publicado las reglas de sir Humphrey en el post «transparencia y humor británico
    @Rogelio: pues sí, esa es la clave: sacar a los políticos del palacio para devolverlos a la plaza pública.
    @Apachito: ¡cómo eres! Eres capaz de polemizar hasta con los chistes. ¡Yo qué sé si nos calentamos o enfriamos!

  3. 11/09/2007 a las 11:56

    «El mes de julio demostró que el calentamiento global puede cursar con un enfriamiento local»
    ¿Es una broma?
    Si hace calor es por el cambio climático, si no hace tanto también, parece que todo es culpa del dichoso cambio climático.
    Lo único que han demostrado las bajas temperaturas es que predecir el tiempo es misión imposible (por lo menos de momento), no hay más que revisar lo que pronosticaban los telediarios antes del verano, cuando ellos esperaban que fuera «asfixiante»

  4. ROGELIO
    10/09/2007 a las 18:09

    Espléndido Alberto.
    Hace poco tiempo una nueva opción política se estaba planteando llevar a cabo una Iniciativa Legislativa Popular, que girara en torno a la transparencia en la vida pública en general. Las ideas afloraban en abundancia, y la mayoría de ellas podían adaptarse a la vida real por su gran contenido práctico.
    Todo iba sobre ruedas hasta que alguien planteó la dificultad de lograr esa cualidad necesaria, cuando la cocción de la cosa pública tiene lugar en un despacho cerrado, en una discreta mesa de un discreto restaurante o en una cacería en un coto privado, donde se confunde y se somete lo público a lo privado.
    Quedaron en volver a verse con ideas fescas al respecto, pero a día de hoy no lo han hecho, así que yo creo que todavía no han dado en el chiste.

  5. 10/09/2007 a las 18:06

    Estimados amigos: aquí os envío las Reglas de Sir Humphrey para la supervivencia de la burocracia:
    ………
    “Mantenga el secreto. Si los ciudadanos no saben lo que está haciendo, no se darán cuenta de lo que hace mal”.
    “Nada daña más una carrera burocrática que una denuncia pública. El secreto es vital”.
    “Evite establecer parámetros. Si existen criterios objetivos para medir su éxito, los ciudadanos podrían también comprobar que ha fracasado.
    Imponga parámetros a los demás, pero demuestre que ninguno de ellos puede aplicarse en su caso”
    Un abrazo.

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