buenos vientos de cambio en la sanidad vasca
El nombramiento de Rafael Bengoa como consejero de sanidad del Gobierno Vasco ha tenido la inusual virtud de ser bien recibido por todo el mundo. Su trayectoria es magnífica y los que han tratado con él hablan maravillas de su talante. Cada cual a su manera, todos esperamos participar de un esperanzador movimiento de cambio.
Rocambole, el bloguero enmascarado, nos revela que la clave del cambio que va a impulsar Bengoa está contenido en un breve artículo publicado en 2008 en RISAI (revista de innovación sanitaria y atención integrada), bajo el título de «empantanados» (PDF). El subtítulo es descriptivo del contenido: «entorno externo cambiante, entorno interno empantanado«.
El artículo, en un estilo directo y claro, viene a defender un cambio de orientación de los sistemas de salud en España en dos sentidos:
- pasar de un modelo asistencial centrado en los agudos a otro centrado en agudos y crónicos
- pasar de un modelo centralizado de liderazgo y gestión a otro más abierto y que gestione «sistemas», no «estructuras»
Me ha gustado especialmente su análisis de los modelos de liderazgo y gestión:
«Uno puede dirigir el sistema sanitario de varias formas:
- Desarrollando una gestión de arriba–abajo centralizada.
- Usando incentivos de mercado animando la competencia entre centros y profesionales para umentar la eficiencia y la calidad.
- Posibilitando mayor elección y más voz a los ciudadanos para que ayuden a dar forma al sector desde abajo.
- Desarrollar la capacidad de liderazgo local por los profesionales y usuarios del sistema.
De las cuatro líneas de actuación mencionadas más arriba, en España nos hemos concentrado en la primera: una gestión de arriba–abajo centralizada. Probablemente estemos entre los mejores del mundo en este tipo de gestión en la actualidad.
Las otras tres opciones de gestión del sector -más voz y elección, más competencia e incentivos y el desarrollo de un liderazgo local- más bien brillan por su ausencia en nuestro país.»
Bengoa señala que, mientas subsistan dudas sobre que la utilización de incentivos de mercado produzca los resultados esperados en el sector público, deberíamos avanzar en las dos últimas líneas.
En esencia, estamos hablando de aumentar la participación, la autogestión, la capacidad de decisión local, el empoderamiento ciudadano y profesional, la colaboración entre pacientes y profesionales, en un contexto de gestión sistémica de la complejidad, donde las estructuras centrales ceden poder y se dedican a fortalecer la capacidad de cambio y a promover el aprendizaje organizacional.
Los que habéis pasado por este blog durante estos últimos tres años y medio ya suponéis que no puedo estar más de acuerdo. No cambio ni una coma. Y no pienso pararme a esperar a que me indiquen por dónde debo empezar: el cambio se hace haciendo. Una de las claves será el fortalecimiento de redes profesionales, y a ese intento ya estamos unos cuantos dedicando nuestros mejores esfuerzos. Parece que no vamos descaminados.
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