Presentación de ‘Rutinas creativas’
Un puñado de curiosos nos hemos acercado hoy al hotel Sheraton de Bilbao para asistir a la presentación del libro «Rutinas creativas. Comunidades de práctica para crear conocimiento«, editado por el MIK. La presentación ha corrido a cargo del ubicuo Ángel Arboníes, que lucía para la ocasión una americana brillante muy chula.
Como veis, se me van las teclas hacia una crónica de sociedad a la vieja usanza. Tiene una explicación. Lo mejor del acto fue precisamente lo que tuvo de socialización, de charla con amigos. Allí estuvimos haciendo corrillo -y comiendo a dos carrillos- Iñaki, Juan Luis, Julen y su seguro servidor.
Tengo algunas ideas para compartir y, cuando lea el libro, quizá algunas más:
Rutinas creativas: un oximoron. Interesante, como muchas otras contradiciones. ¿Cómo convertir a la creación en un quehacer diario? Julio Cortazar tendría algo que decir.
Hoy en día, trabajar es reunirse. Sin embargo, las reuniones se han ganado una merecida mala fama. En los cursos sobre reuniones eficaces ponen el acento en una buena preparación previa, y en un líder que sea muy hábil. Sin embargo, en un contexto de prisa suprema, ¿quién tiene tiempo de preparar las reuniones? Y, aún más sangrante, si descansamos la responsabilidad de que salga bien en una única persona, en el líder, ¿cómo pensamos lograr el compromiso y movilizar las capacidades del resto de las personas? Que son mayoría, añado.
Parece que la negatividad pudre las reuniones. Hagamos intercambio de saberes: en psicología de la familia, los investigadores han establecido que las relaciones familiares funcionan mejor cuando, aproximadamente, tres de cada cuatro mensajes emitidos son positivos.
¿Las chicas deben jugar al fútbol igual que los chicos? Una de las investigaciones del MIK, con el equipo femenino de la Real Sociedad, ha buceado en esta trascendental pregunta. Les veo candidatos al Ig Nobel.
¿Cómo sabemos que una reunión creativa ha ido bien? Quizá hemos juntado a gente muy diversa, que ha producido un caos conversacional muy interesante. ¿Cómo le explico al gerente que vamos por buen camino? ¿Ya se ha enterado de que nuestra supervivencia depende de convertirnos en una sociedad creativa? Con lo bien vistos que están los segurolas…
Hasta aquí, de momento. Por lo demás, hemos disfrutado de mejores pinchos que en ocasiones anteriores, y de un estupendo tercer tiempo, una auténtica conversación de la First Life. Que no decaiga.
Las buenas reuniones son como cuando juegas un buen partido y ganas. Sales eufórico. Pero la mayoría de las reuniones suelen ser desesperantes. Una buena idea es hacer menos reuniones y potenciar el trabajo colaborativo entre reuniones, aprovechando la tecnología.
Voy a practicar el «tres de cada cuatro mensajes emitidos deben ser positivos».
Al menos es creativo compartir esta informacion, el cerebro necesita gimnasia. Algunas reuniones pesadas sin objetivos ni hoja de ruta son adormecedoras para el cerebro. La mayoria no participa en las reuniones y las ve como una píldora a tragar.
Pero de vez en cuando salta la chispa.