Ciudadanía 2.0 en Rivas: miércoles
He llegado a tiempo de asistir a más de la mitad de la mesa «de la ciudadanía clásica a la ciudadanía digital». Me han gustazo especialmente las razones del filósofo Ramón Queraltó, compañero en esto de la ética pragmática de Javier Echeverría.
Algunas ideas:
- Sostenibilidad social = calidad de vida x equidad social
- La ciudadanía digital es más que un medio: es una mediación social y antropológica (por lo tanto, permanente). Es una mediación para la inserción social. La ciudadanía digital se puede encuadrad en los llamados “bienes digitales” (de tipo ético-pragmático).
- “El fin no justifica los medios” es una formulación teorética que no toma en cuenta el caso al que se aplica. Inaceptable desde el punto de vista de una ética pragmática. El propone una evaluación axiológica, en forma de red de valores, con mentalidad pragmática, en una sociedad sostenible. Criterio regulador: la felicidad.
Javier Bustamante nos pega una clase magistral acerca de cómo la tecnología puede cambiar la sociedad. Sobrevuela sobre una gran cantidad de asuntos, de manera interesante, desde Rheingold hasta la tragedia de los comunes).
Un par de ejemplos:
- En negativo: Moses diseñó Central Park sólo para ricos, simplemente poniendo puentes por debajo de los cuales no caben los autobuses.
- En positivo: hay tribus brasileñas que controlan el avance del expolio de la selva a través de Google Maps.
Recuerda que el sumatorio de un mayor bien para cada persona no supone necesariamente un mayor bien para el conjunto, porque acabamos con los recursos. Sin embargo, lo caracteristico de la nueva economía sigue la Ley de Metcalfe: la utilidad crece con el número de usuarios.
El reto de las nuevas tecnologías es que pueden ser usadas por todos y no sólo por los poderosos. Linux y la Wikipedia han roto los esquemas clásicos y nos adentra en la ética hacker.
…y muchísimo más, que no llego a reproducir. Buena ponencia y simpático el ponente.
Última mesa del día: ¿Superación o degradación de la ciudadanía de tercera generación? Nuevas formas de e-participación y comunicación digital de la ciudadanía en los asuntos públicos.
Andoni Alonso nos propone conspirar juntos. Recuerda que las TIC se han creado para la producción industrial, para producir beneficios económicos, no para mejorar la democracia y posibilitar la participación. Quedan espacios en blancos donde conseguirlo y hay que luchar por ellos. Lo derechos se conquistan.
La defensa del software libre frente al software propietario no debe ser técnica, sino política. Incluso si fuera peor (que no lo es) habría que defenderlo, por otras buenas razones. La lucha por el copyleft es también política y tiene que ver con la justicia.
Esto es revolucionario, porque la riqueza de hoy es cognitiva: no son más ricos los países con riquezas naturales, sino los que detentan la propiedad de las patentes.
Es posible defender que las descargas de música por internet son un acto cívico de desobediencia civil. Estamos en una lucha por los nuevos derechos.
Ricardo Royo-Villanova empieza humilde. Cuidadito con él. Empieza negando la mayor: no existe la ciberciudadanía, sólo la ciudadanía a secas.
La ciudadanía es una promesa de libertad formulada en el siglo XVIII y nunca llevada a efecto de forma plena, en parte por resistencia de la autoridad y en parte por pereza de la gente. Con votar (o abstenerse) cada cuatro años, la mayoría se conforma.
La ciberciudadanía es tan utópica como la ciudadanía. Son la misma cosa. Ahora bien, la ciberciudadanía es una manera de ejercer la ciudadanía.
¿Qué papel cumplen las TIC en esto? En su opinión, ninguno. Si la gente no se decide a dar el paso moral a ser ciudadanos, los cacharritos no cambian nada.
Sí es verdad que las tecnologías mejoran las vidas de los ciudadanos, en tanto que facilitan las relaciones con la administración, permiten crear comunidades y ejercer el activismo y, por último, pone a nuestra disposición las fuentes de información.
Él ha tenido la experiencia de dirigir los foros ciudadanos en Rivas. Fue un fracaso, por superabundancia de trolls. En cambio, la experiencia en su blog la considera como su única ocasión para ser influyente como ciudadano.
Pepe Cervera quiere explicar su visión de cuáles son los vientos de la historia. Estamos haciendo la transición de la sociedad de masas a ¿qué sociedad? La humanidad no ha nacido como una sociedad de masas.
Ahora fabricamos en masa, hacemos política en masa, nos separamos en masas y tenemos medios de masas. Hasta ahora, por motivos económicos, pero estamos en disposición de volver a un estadio anterior (o posterior) al de las masas, gracias a las nuevas tecnologías.
En la sociedad de masas, confiamos nuestra voz y nuestras decisiones a intermediarios. Por lo tanto, la nuestra es una ciudadanía mediada. La «press freedom» (libertad de expresión) es para el que tiene una «press», una imprenta.
Ahora podemos librarnos, hasta cierto, punto de la intermediación. Podemos empezar a desintermediar la sociedad. Podemos escapar además de la homogeneidad de la sociedad de masas, y buscar la personalización.
Estamos en un período de transición. Ahora mismo, es difícil ver cómo superar el monopolio de los partidos políticos. Empieza a surgir un nuevo poder en la web 2.0, donde cada cual se empieza a quitar la careta y no necesita pasar por el embudo brutal de la obediencia ideológica.
Los intermediarios están en declive. Para sobrevivir, empezarán por aumentar la interactividad con el ciudadano, por ser políticos 2.0. Quizá acaben por ser innecesarios. En cualquier caso, la sociedad va a perder granularidad y va a permitir un grano más fino.
Cuando la política trata asuntos concretos, despierta un mayor interés por la participación. Esta es una esperanza para aumentar la participación, que siempre será mayoritariamente microparticipación, participación en la larga cola.
Muy buena y estimulante jornada y mejor resumen. Al menos para esta persona con blog. Vuelvo, hoy en metro, a ver qué tal funcionan los medios de transporte colectivo.