Abla, capital del ciberactivismo rural ciudadano
Mientras algunos estábamos elucubrando sobre modelos y principios, sobre valores y tecnologías, en Abla ya lo han llevado a la práctica. Este pueblo almeriense de unos 1.500 habitantes, cercano a ningún sitio, ha entrado de lleno en la sociedad del conocimiento. Y lo ha hecho por la voluntad y el interés de sus ciudadanos, a su manera, con su propio modelo.
El 20 de marzo de 2009 se ha celebrado en Abla la II Jornada de Living Labs de ámbito rural. ¡Atención a la palabra “rural”! En Abla saben bien que lo suyo no es urbano, sino rural, pero “rural” no es, en este caso, sinónimo de “cateto”, sino de “innovación glocal”.
En esta ocasión, las jornadas llevaban el lema “Abla, espacio social de innovación sanitaria, Almería”. Me ha tocado abrir las jornadas con una reflexión sobre “Espacios para la participación en la mejora de la Sanidad pública”. Más adelante, he podido comprobar cómo los abulenses están realizando, ahora mismo, esas ideas.
Me salto el orden para destacar la ponencia de Maite Martínez Lao, enfermera del SAS, acerca de proyectos sobre innovación en cuidados. Muy impresionante. Han conseguido que las personas cuidadoras –en su mayoría, madres, esposas, hijas… de pacientes -, mediante el uso de la web2.0, establezcan redes sociales de altísimo interés. Para ello, ha habido que empezar desde cero, desde la alfabetización tecnológica más básica, y en esto ha cumplido un papel destacado la dinamizadora local de Guadalinfo, María José Tejeira. ¡Genial!
Este proyecto debería estar replicándose por doquier. Es casi gratis y conlleva beneficios inminentes. Eso sí, precisa de mucha implicación y entusiasmo de los profesionales que lo pongan en marcha. La Sanidad 2.0 ha sido entendida aquí como sanidad basada en la experiencia de los pacientes.
En cuanto al resto de la jornada, ha sido un placer escuchar una vez más a Paco Fernández, que se presenta simplemente como “ciudadano de Abla”. Por aquí se le empieza a conocer cono el “rural hacker”. Lo de este hombre raya en lo insólito. Él solito se ha echado encima todo un pueblo, lo ha centrifugado y ahora está sabiendo retirarse para ceder el protagonismo y conseguir un modelo sostenible. Purito empowerment ciudadano. Desde luego, nada que ver con otras experiencias basadas en personalismos mesiánicos.
Paco debería estar de gira mundial explicando el modelo de desarrollo rural de Abla basado en el aprovechamiento inteligente de la web 2.0, pero prefiere conspirar en pro de la innovación local desde su rincón en el Café de las Ideas 2.0. Acercaos por ahí si queréis saber más.
Como es, además, un orador de raza, y un peligro si te toca compartir mesa con él, fue un acierto que saliera en pareja con Javier López Narbona, jefe del servicio de innovación en la Comsejería de Salud andaluza. Así se puso en contraste dos modelos de innovación: el que se pretende impulsar desde la Administración y el que pone en práctica, desde abajo, la ciudadanía. Vistos los resultados, cada vez veo más claro que hay que dejar la innovación social en manos de la sociedad, y que los poderes públicos deben aprender a ser facilitadores o, al menos, no obstaculizadores. Abla es un maravilloso laboratorio vivo gracias a sus habitantes, jóvenes y mayores.
Me emocionó oír, en la inauguración oficial, al alcalde de Abla pronunciar con soltura la expresión “ciudadanos hackers”. Un signo más de que todo el pueblo está unido en esta aventura.
Siguiendo con esta crónica desordenada, os diré que me quedé con buena impresión del i2BC –instituto de innovación para el bienestar ciudadano. Muy interesante y pegada a la realidad la ponencia de Fran Peralta, director de la UGC Río Nacimiento, que sobrelleva la difícil tarea de gestionar una unidad de atención primaria con alta dispersión y escasos recursos humanos. Tuve también la suerte de reencontrarme con Mariano Hernán, de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Algo haremos juntos, Mariano.
Mucho más tendría que contar, pero el tiempo apremia. Esta vez he viajado con Ana y los niños. Tuvimos la acogida más cálida que se puede recibir por parte de Paco, Maite, su familia y, en realidad, por todo el pueblo, empezando por Antonio Ortiz, el concejal polivalente. Maravillosos paisajes a los pies de Sierra Nevada, gastronomía exquisita y un hotel rural con mucho encanto: “La Posá del Tío Peroles”. Imprescindible el bar “La Esquina”, auténtica ágora de la innovación abulense. Y, desde ya, somos fans de “la María de Abrucena”. Y podría seguir.
Y de allí fuimos dos días al Cabo de Gata, nuestro paraíso particular, donde pude desvirtualizar, por fin a Rosa Cobos, y a otros amigos… pero esa es otra historia…
Me ha interesado muy mucho la experiencia de Abla. Os felicito y espero contactaros para saber mas. Estamos iniciando una experiencia parecida en un pueblo rural de Catalunya.
Joder que interesante, este pueblo dará que «ABLAR»
! Gracias, Alberto !
Ahora toca abordar nuevos retos personales… tal y como intuyes en su artículo…
Toca ‘diluirme’ entre la ciudadanía de Abla, porque el ‘empowerment’ ya está en la mano de cada ciudadano y ciudadana de Abla… incluso toca a los profesionales sanitarios.
¿Seremos capaces de crear empleo asociado a la creatividad, innovación y el conocimiento?
Ahí está mi próximo reto… y visto, lo visto, ! seguro que lo conseguiremos en Abla !
Espero que podamos comprobarlo pronto disfrutando de un ‘chispín’ en La Esquina, en La Cueva o en cualquier lugar de Abla.
Paco 🙂
Buenas a todos,
A este caballero al que le gustaría que en sus pueblos de Orozko y Amurrio se realizaran iniciativas de este tipo, seguro le gustará saber que I2BC (Instituto de Innovación para el Bienestar Ciudadano) está aportando todo su conocimiento en ESdIs (Espacios Sociales de Innovación) para comenzar a implantarlos en su tierra. De hecho lo están haciendo a nivel nacional. Al igual que en Abla, en cualquier municipio es posible, solo es necesario iniciativa e innovación!!!
«Innovar en lo Cotidiano, Hacer cotidiana la Innovación»
Aldeanos globales, a mucha honra… Me gustaría que en mis pueblos Orozko y Amurrio se llevaran a cabo experiencia de este tipo… » Este pueblo almeriense de unos 1.500 habitantes» dices… El pequeño nº de habitantes ya no puede ser excusa para llevar experiencias innovadoras y emprendedoras.
Ondo izan, Alorza.
La gente de Abla tiene una ‘h-abla-bilidad’ especial para acoger a los que llegamos de fuera a aprender como la fuerza de la ciudadanía es capaz de transformar la realidad.
¡Viva Abla!
Ya hemos activado el modo envidia, jeje. Lo mejor de leer esta cronica de los hechos: saber que todo es posible.
Gracias a todos, gracias a ti por contarlo