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el Gobierno Vasco usa a los ciudadanos como arma en un conflicto laboral


Ayer, domingo 21 de diciembre, pudimos ver en los periódicos con edición «País Vasco» un anuncio a página impar completa (p.e., en El País, toda la página 11) bajo el título «Posición del Gobierno Vasco ante la polémica en torno a los ‘moscosos’«.

Me gustaría saber en cuántos medios lo habéis visto. Me dicen que,  al menos, en Deia, El Correo/Diario Vasco, El País, 6 Días. ¿En cuántos más?

La intención del anuncio es, explícitamente, poner a disposición de la opinión pública la interpretación que la Viceconsejería de Función Pública hace del artículo 48, apartado k, del Estatuto Básico del Empleado Público. ¿Se han gastado decenas de miles de euros sólo para explicar su postura sobre un apartado del artículo referido a «los permisos de los empleados públicos»?

La intención es otra. Se trata de poner en contra a la ciudadanía en contra del funcionariado vasco, como forma de presión en un momento de desencuentro entre función pública y la representación social. Los argumentos empleados son, además, de una bajeza alarmante.

Antes de entrar en más detalles, dejemos un punto claro: es una torpeza y una irresponsabilidad usar a los ciudadanos como arma contra los funcionarios.

El fondo del asunto es bien conocido por los trabajadores del Gobierno Vasco y tiene que ver con una diferencia en la manera de interpretar el artículo 48k, que tan solo dice: «k) Por asuntos particulares, seis días.»

Función Pública dice que los trabajadores de Gobierno Vasco tenemos ya más de 6 días reconocidos, por lo que el EBEP no modifica nuestro acuerdo, mientras que los sindicatos defienden que esos días de permiso son a tomar durante el tiempo laboral, ya que nosotros trabajamos íntegramente las 1.592 horas de jornada anual que tenemos en convenio.

Para que entendáis el caso, hay que saber que en el Gobierno Vasco se practica la jornada partida, con una duración de 8:15 de lunes a jueves y de 7 horas los viernes. Hay también casi tres meses (casi 4, menos las vacaciones) de jornada intensiva, a razón de 6:30 al día.

Como nuestra jornada es de 35 horas semanales, es fácil darse cuenta de que hacemos muchas más horas. Son esas horas trabajadas de más las que usamos para tomar como «días/horas de libre disposición».

En nuestra Administración el control horario es una obsesión. No sólo fichamos al inicio y fin de jornada, sino también la entrada y salida al comedor, al parque móvil… Hay normas muy detalladas y personas encargadas de que, al acabar el año, nadie se quede sin asistir al trabajo durante las 1.592 horas.

La postura sindical es fácil de entender. Los permisos y las licencias son, en todo caso, «interrupciones en la relación de servicio». Y nosotros, de eso no tenemos, puesto que trabajamos todas las horas.

Pero mi intención no es defender a una parte frente a la otra en este conflicto sino, simplemente, mostrar que la postura sindical es dignamente defendible. Y, para resolverlo, ya está la balanza de la Justicia que, de momento, se inclina tanto a un lado como a otro.

En cuanto al texto del anuncio insertado por el Gobierno Vasco, no voy a detenerme en cada uno de los argumentos presentados. Los sindicatos han presentado, por cada uno de los suyos, argumentos opuestos. Como he dicho, la intención de este post no es tomar partido en el debate del artículo 48k.

Lo grave, lo bajo, lo inaceptable está en el punto 9º.

Dice el punto 9º (la deficiente sintaxis es del original):

«Porque es sabido que en términos comparativos respecto al conjunto de los trabajadores y trabajadoras, la función pública se desempeña, afortunadamente, en condiciones laborales, salariales y de jornada, mejores que la media, esto es, de forma reconocida y dignificada. Ello redunda, sin duda, en la prestación de un buen servicio público a la ciudadanía y en el correspondiente reconocimiento social, cada vez mayor, de la labor funcionarial, todo lo cual podría verse lamentablemente empañado por actuaciones incomprensibles por desmesuradas y poco edificantes.

Y porque, en definitiva, no resultaría de recibo en una coyuntura de crisis económica  como la que estamos atravesando y cuando, como consecuencia de la misma, en el sector público estamos asistiendo, por ejemplo, a medidas que incluso implican renuncias retributivas (congelación de salarios, no cobro de pagas extraordinarias, etc.) en favor del mantenimiento del empleo. Qué decir de los trabajadores y trabajadoras que se están viendo sometidos a los numerosos expedientes de regulación de empleo que se han producido en Euskadi en el último mes».

Todo este fárrago para decir:

  • Que los funcionatas tenemos buenas condiciones laborales
  • Que estamos en crisis y hay que apretarse el cinto

E, implícitamente:

  • Los funcionarios son unos privilegiados insolidarios, que aún buscan mayores privilegios, a los que debemos meter en cintura en estos tiempos de crisis.

Hay que decir que existe, al menos, un colectivo más desprestigiado que el de los funcionarios: el de los políticos y cargos públicos. No es inteligente poner a unos en la picota, porque nuestro destino va unido. Además, es una guarrada innecesaria.

Como argumento, no aporta nada al debate. Si la cosa es iniciar un debate acerca de cómo los funcionarios podemos arrimar el hombro para ayudar a pasar la crisis, aquí estamos. Pero el hecho de que la jornada incluya o no los 6 días de permiso no tiene ninguna influencia sobre la crisis.

¿Queréis solidaridad? Aquí va una propuesta: reducciones voluntarias de jornada laboral para contratar parados con esos recursos. En tiempos de paro, la cosa no es trabajar más, sino trabajar todos.

Hay que agradecer, en cambio, el tono humorístico del punto 10º:

«El Gobierno no tiene intención alguna de ahondar en la polémica pública sobre este asunto».

No, nada de eso. Por eso ha ocupado páginas enteras de los periódicos del domingo. Aunque en algo tiene razón: teniendo en cuenta que no había ninguna polémica pública, su intención no es «ahondar», sino «inflamar».

Lo único positivo es que se trata de mucha letra y muy pequeña, por lo que me extrañaría que nadie, excepto los implicados, haya sido capaz de leerlo en su integridad.

Actualizaciones:

  1. Gorka
    29/12/2008 a las 09:36

    Orri oso bat ere argitaratu zuten Berria egunkarian

  2. 26/12/2008 a las 14:20

    Estas interpretaciones torticeras, así como los fichajes y el control horario me son (por desgracia) familiares. Entrar en estas guerras es absurdo y propio de inteligencias planas. ¿Por qué no se apuesta por verificar que la gente haga un buen trabajo en vez de estos controles absurdos? … Y lo del anuncio de prensa, sin comentarios. Eso sí que no lo había visto nunca antgeriormente.

  3. 26/12/2008 a las 08:37

    El problema de fondo es que es imposible que en una sociedad del ¿conocimiento? el elemento de ¿control del trabajo? sean las horas. Puede que sea complicado buscar otras formas de ¿medir? cuándo alguien trabajo o no, pero lo que es evidente es que el tiempo de trabajo/no trabajo es imposible de medir usando la presencia en un determinado lugar.
    Jodido asunto.

  4. 24/12/2008 a las 12:34

    @Ioannes: no me tires de la lengua, que de eso no sé mucho.
    @Iñaki Murua: yo calculo que se habrán (nos habremos) gastado unos 40.000€.

  5. 24/12/2008 a las 10:38

    Tampoco estaría mal saber qué ha costado en realidad el publirreportaje, como ha dicho mi tocayo.
    Se me ocurren, además, unos cuantos campos de mejora en la Administración, a los cuales podríamos / podrían dedicar más energías. Como la organización del trabajo, sin ir más lejos.

  6. 24/12/2008 a las 10:36

    Perdón, me refería al comentario de Roberto, en lo del Gobierno Vasco.

  7. 24/12/2008 a las 10:34

    Yo tampoco leo ya prensa escrita, así que sofocón que me he ahorrado.
    Que se sepa también que no todos los funcionarios vascos son iguales. Los funcionarios de la UPV sólo tienen dos días de libre disposición al año (más los que van recibiendo por trienios, o quinquenios o lo que sea). Y eso que:
    – La jornada es de 38 horas semanales, no 35, y:
    – Hay la mitad de personal de administración y servicios del que debería haber.
    Los congelamientos de sueldo me parecen una medida vacua, ineficaz y para la galería. Lo que hay que hacer es más empleo estable y en condiciones, y al político que lo consiga y promueva que hasta se suba el sueldo, que habrá hecho un buen trabajo.
    Todo esto de la crisis no es más que una gigantesca excusa para precarizar (¿existe esa palabra?) aún más el trabajo y la posición del ciudadano, y me parece sumamente coherente con la actitud de un Gobierno Vasco (lo siento, Fernando, estais en el GV para todo, no sólo para lo bueno, aunque vuestros otros socios de EA a veces parezcan el doctor Jekyll y mister Hyde) tan amigo de empresarios su chulería en este asunto.
    Os recomiendo el post de Loretahhur sobre la falsa austeridad, ahí hay buenas claves también.

  8. 23/12/2008 a las 22:22

    En dos palabras, Alorza: Im-Presionante. Aprovechando que el Pisuerga [la crisis] pasa por Valladolid [los funcionatas del GV], vamos a ver si pescamos en río revuelto poniendo a la gente contra los funcionatas, de reputación ya maltrecha de por sí. Como p’a mear y no echar gota.
    Por cierto, RobertoC: si, los altos cargos del gobierno vasco se han congelado (nos hemos auto-congelado) el sueldo para 2.009. Esto no afecta a los funcionarios y personal laboral: únicamente a los cargos públicos.

  9. 23/12/2008 a las 10:47

    Alorza. No conozco los pormenores del caso que atañe al post, pero me parece interesante que quizás profundizaras en lo siguiente que dices : «Se trata de poner en contra a la ciudadanía en contra del funcionariado vasco, como forma de presión en un momento de desencuentro entre función pública y la representación social»
    Saludos.

  10. Josean Rodriguez
    23/12/2008 a las 09:13

    No solamente en Gobierno Vasco pasa eso. Lo mismo, o con similares argumentos ocurre en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
    Un saludo

  11. 23/12/2008 a las 00:24

    No conozco el contenido del «publirreportaje» que, por lo visto, publicó ayer el Gobierno Vasco en diversos medios escritos. Las ventajas de leer medios online ;-).
    Me llama la atención que el empleador «denuncie» las condiciones laborales de los empleados. Si hay algo denunciable, las responsabilidades corresponderán a quienes toman las decisiones. No creo que haya sido una buena idea poner en marcha este ventilador.
    Osakidetza utilizó la misma táctica en su último conflicto laboral y sólo consiguió recrudecer la postura de los trabajadores. Al final, reparto de pasta a cambio de nada. Lo llamaron «desarrollo profesional».
    Lo mejor es que, como bien dices, el común de los mortales pasa de estos rollos en moto. Igual que pasa cada vez más de la política (con minúsculas), hoy en día convertida en puro espectáculo mediático. Malos tiempos para la lírica.

  12. 22/12/2008 a las 22:44

    No había visto el anuncio; es lo que me pierdo leyendo las ediciones online. Pero me he quedado de piedra al leer tu post. Da la sensación de que se pretende transmitir un mensaje de insolidaridad por parte de los funcionarios cuando el resto de trabajadores las está pasando canutas.
    Lo que tendría que hacer ahora el Gobierno Vasco es sacar una OPE y aumentar plantilla en las sociedades públicas, creando nuevas actividades o incrementando el nivel de actividad. Yo se de dos sociedades públicas que estarían encantadas de hacerlo y hasta de duplicar plantilla, teniendo a todo el mundo produciendo a tope.
    Me llama la atención también que firme el Gobierno Vasco ese anuncio, cuando en realidad es solo el PNV el que defiende esa postura, mientras que Ezker Batua y EA defienden que se mantengan los días de libre disposición.
    Por cierto, si lo que quieren es poner medidas contra la crisis, creo que los cargos políticos de GV no se han congelado el sueldo (no estoy seguro, lo se de oidas). Y lo que si se de primera mano es que los políticos de Juntas Generales de Alava se han subido el sueldo un 3% a pesar de que aprobaron una moción favorable a la congelación. Eso si, para subírselo usaron una trampa divertidísima.

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