Administraciones en red

Como señala Carlos Guadián, uno de los máximos atractivos del Tecnimap 2006 han sido los regalitos que se podían obtener en los stands, a veces de forma sencilla y, otras, poniéndose un poco pesado. «Entre ellos la estrella de todos la guía oficial de carreteras del Ministerio de Fomento», dice Carlos. Bueno, yo diría que la mejor acogida la tuvo el stand del Gobierno Vasco, a eso de las 13 horas del jueves, cuando cortamos seis excelentes quesos de Idiazabal, seis, y los acompañamos con varias cajas de Rioja alavesa. Como veis, el secreto está en pasar de los bits a las lonchas.

A Mentxu, que tiene una vena de wikipedina descalza, le escandaliza ver tantos mercaderes en el templo de la Administración electrónica. El caso es que los regalillos eran bastante austeros e, incluso, cutrecillos, comparados con los que acostumbran a conseguir los médicos en sus eventos. Tal es así, que la profesión médica ha consagrado un neologismo, el pichigüili, para nombrar a cualquier objeto «que de forma gratuita puede conseguirse en el stand o chiringuito de un laboratorio farmacéutico en un Congreso o Reunión Científica«.

Os aconsejo vivamente que leáis el clásico artículo de Clark Ashton Smith: «PICHIGÜILIS: STATE OF THE ART«, en The Txori-Herri Medical Journal Vol 5, Nº 1; 1997. En él se diferencian cuatro tipos de pichigüilis: el fácil, el difícil, el aleatorio y el operante. Tras la lectura, veréis cuánto camino nos queda por recorrer a los funcionarios de a pie hasta llegar a la sofisticación pichigüilesca del sector sanitario.

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