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La innovación ya tiene ministerio

Bueno, ya lo tenía desde hace tiempo, pero ahora la palabreja se ha incorporado al nombre: Ministerio de Ciencia e Innovación. Y me parece bien. Claro que sí. Como también me ha gustado que hayan puesto a una mujer al frente del nuevo ministerio. Si de innovar se trata, que manden las mujeres. Y, además, vasca. Se ha dejado sentir, sin duda, la influencia de los poderes fácticos, como Innobasque y Administraciones en red.
Si me permitís un breve paréntesis, también me ha parecido genial que pongan a una mujer como ministra de defensa. El ejército, la segunda institución más machista del Estado, después de la Iglesia católica, va a estar bajo el mando de una mujer. ¡Otro buen ejemplo de innovación social!. Cierro paréntesis.
La ministra de ciencia e innovación se llama Cristina Garmendia. Lo reconozco, no tenía noticia de su existencia. Pero después de dar una vuelta por Internet estoy impresionado por su curriculum. He leído algunas entrevistas con la nueva ministra, realizadas antes de su nombramiento, y aparenta una de esas (tantas) mujeres que han acertado a abrirse camino por mérito propio en este mundo de hombres. A continuación resumo lo más interesante de mi pequeña investigación sobre la nueva ministra.
Innovación social: el factor ideológico
Si estamos de acuerdo en que la innovación social es la que genera valor para la sociedad, la pregunta de Morgana es muy pertinente: «¿Qué es el valor social?».
Esta claro cuál es el objetivo de la innovación empresarial y disponemos de indicadores bastante claros para medir sus resultados. Los productos y servicios innovadores tienen que funcionar en el mercado y generar rentabilidad para las empresas. Ya sabemos que la actividad empresarial repercute en la sociedad a través del empleo, los impuestos, etc. Y hasta podemos hablar de la responsabilidad social empresarial, pero lo básico es la rentabilidad económica. Por tanto, el objetivo de la innovación empresarial plantea pocas dudas.
Sin embargo, el objetivo de la innovación social puede ser más discutible. Hay intereses sociales contrapuestos. Lo que para unos es beneficioso, para otros es perjudicial. Todo depende de los valores y de los puntos de vista de cada cual. Sobre este aspecto de la innovación social, que podríamos denominar ideológico, voy a reflexionar en este post.
UrbanLabs 2008 sobre Tecnociudadanía y Socioinnovación
Hoy Ramón Sangüesa se ha hecho eco en su blog de las Jornadas sobre Tecnociudadanía y Socioinnovación UrbanLabs 2008, que se celebrarán los próximos días 5, 6 y 7 de junio, adivinad en dónde.
Si antes hablamos del CitiLab-Cornellá…
La primera observación es sobre el ejercicio de ingeniería semántica que han realizado los organizadores de estas jornadas. Buscad «Tecnociudadanía» o «Socioinnovación» en Google. Pocas posibilidades de plagio.
La segunda, sobre la web de las jornadas. ¡Es un wiki! Que te interesa el grupo de trabajo de «políTICa y e-government«, que te parece que falta una referencia esencial, pues incluyes el enlace con Administraciones en red y ya está ;-). O sea, eso, que ya está. Podéis comprobarlo. Y también podéis añadir otras referencias.
La primera vez que veo un wiki como página web de unas jornadas. Buena idea. ¿No os parece? Pues, ya sabéis, los que tenéis interés en estos temas, o sea, la mayoría de los que pasáis habitualmente por este blog, podéis empezar a seguir la pista a estas jornadas y a completar el wiki.
Living labs: espacios de encuentro para la innovación
Juan Freire ha publicado hoy un post sobre el Citilab de Cornellá, un proyecto pionero en España que pretende extender la sociedad de la información y el conocimiento a los distintos ámbitos de la sociedad. Como estos días me ronda la cabeza el tema de la innovación social, en cuanto he leído este post se me han puesto los ojos como platos. Me parecía evidente la relación entre esta experiencia y el concepto de innovación social sobre el que estamos reflexionando últimamente. Ellos mismos, en la web del Citilab-Cornellá, se definen como «un centro de investigación sobre las TIC y sobre la innovación social y empresarial que sobre ellas cabalga». Interesante. Juan Freire nos ha descubierto otro hilo del que ya estamos deseando tirar. Hay experiencias que ya están en marcha, de las que seguro tendremos mucho que aprender. No desaprovechemos la ocasión.
Innovación social: una batería de preguntas
En un post anterior me hacía esta pregunta:
«Si hay una innovación empresarial orientada a generar valor (beneficios) para los negocios, ¿por qué no va a haber también una innovación social que genere valor para la sociedad (beneficio social)?».
Esta fue mi primera aproximación al concepto de innovación social. Vale, todo lo rudimentaria que queráis, pero puede servir para dar algunas pistas. O, al menos, para suscitar el debate. Sigo haciendo preguntas.
Innovación social: no al promedio de leche de vacas
En una entrevista que leí hace años, Sáenz de Oíza, para explicar lo que menos le gustaba de la arquitectura de finales de siglo XX, empleaba esta expresión: “promedio de leche de vacas”. La leche de vaca era la leche de la vaca Rosita, con su sabor irrepetible. La leche de vacas, en cambio, es la mezcla industrial de leche de vacas anónimas, desnatada, homogeneizada y vuelta a engrasar en una proporción determinada. Los promedios nunca son extraordinarios.
En otra entrevista antigua, Johann Cruyff afirmaba que no le gustaba que sus jugadores estuvieran en una forma física óptima, porque entonces corrían demasiado y pensaban menos. Cuando un jugador corre mucho, se parece a otros jugadores que también corren mucho. En cambio, un jugador que piensa puede inventar algo diferente y subversivo.
Ricardo Semler, en un proceso de selección pregunta las razones por las que se ha escogido a un candidato. -“Porque era el más adecuado”. Entonces indaga: -“Y, ¿había alguno inadecuado?”. -“Sí, había uno así”. –“Pues vamos a contratarle, que no tenemos a ninguno como él”.
De qué trata la innovación social
Mañana martes 18 de marzo se va a reunir el Consejo de Innovación Social de Innobasque en el que participan dos compañeros de blogosfera: Julen Iturbe y Pablo Aretxabala.
Julen pide una ayudita: «¿qué iniciativas tendríamos que poner en marcha para innovar socialmente?«. Dice que, en lugar de aportar ideas para conceptualizar, a él le interesa más la acción. Y me parece bien. Me encantaría poder ayudarle, pero no tengo claro qué significa eso de innovar socialmente. Ni siquiera sé de qué trata la innovación social. Aunque intuyo que el concepto es interesante. Si hay una innovación empresarial orientada a generar valor (beneficios) para los negocios, ¿por qué no va a haber también una innovación social que genere valor para la sociedad (beneficio social)?. La idea es atractiva, ¿no?. Merece la pena enterarse un poco mejor de qué va esto.
La foto es de Luis Echánove.
¿En qué políticas debe concentrarse la administración local?
Sigo contestando a preguntas acerca de las políticas públicas de competitividad económica local. Y, de paso, enlazo con una iniciativa que tiene mucho que ver: Turismo 2.0.
“Desde Globalkultura Elkartea, y con la colaboración de Basquetour, la Agencia Vasca de Turismo, buscamos acercar el País Vasco en todas sus dimensiones a quien le guste viajar y promover el turismo hacia el País Vasco apoyándonos en quienes tengáis un blog. Queremos que la gente conozca nuestra tierra y nos conozca por muchas de las cosas buenas que tenemos. Para ello, hemos organizado el CERTAMEN «TURISMO 2.0, PRIMAVERA 2008», con importantes premios, a repartir entre quienes participéis.”
Como se verá más adelante, creo que la labor más importante de la administración local para fomentar la innovación es conseguir una vida ciudadana interesante. Pero esa idea vale igualmente para el fomento del turismo. Me permitiréis que haga doblete.






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