Archivo
Seis formas de que el eGovernment espante a los ciudadanos
Sé que algunos pensáis que somos demasiado optimistas. (Por cierto, os recomiendo el post de Julen acerca del optimismo). Alguien dijo que no hay nada tan inelegante como la felicidad, así que trataré de corregir esa mala imagen nuestra.
Para ello, convoco a Anthony Quinn (¿será un seudónimo?), un irlandés que ha escrito, en frontend.com, un interesante artículo titulado “Seis formas de que el eGovernment espante a los ciudadanos”. Sus seis alienantes podrían sumarse a la lista de inhabilitadores que nos ha ido ofreciendo Iñaki.
A continuación, traduzco la lista y resumo sus argumentos que, como es obvio, son suyos y no necesariamente míos. De hecho, algunos argumentos me parecen exagerados y fácilmente solucionables. Creo que acierta de pleno en el punto 6. Me gustaría saber qué os parecen.
Sobre la discrecionalidad en la Administración pública
En la animada conversación blogosférica que se ha generado este fin de semana en torno al cese de Jordi Sevilla se ha destapado la siempre controvertida cuestión de la discrecionalidad en la Administración pública.
Así, por ejemplo, Rafael Chamorro se mostraba precavido con respecto a la Ley de Agencias: “porque su aplicación puede traer mucha más desprofesionalización a la Administración, como ya ha ocurrido con las entidades públicas empresariales, donde abunda la contratación de personal, realizada de manera mucho menos exigente que la de los funcionarios, favoreciendo la arbitrariedad y el amiguismo”.
Sin embargo, yo me lamento de que los procedimientos administrativos están diseñados a la medida de presuntos delincuentes, de forma que en la Administración por cada persona que “produce” algo hay al menos otra, si no más, que están comprobando que ese “producto” se ajusta a la legalidad. Y así no hay manera.
Reclamo un mayor margen de discrecionalidad para las personas que gestionamos los asuntos públicos. Para los responsables políticos que ostentan la legitimidad democrática para dirigir la Administración pública, y para los funcionarios que deseamos ejercer nuestras responsabilidades con absoluta profesionalidad.
Lo que no se debe hacer, según Chamorro
Lo repito: el blog de Rafael Chamorro es el diario oficial de la administración electrónica. No hay mejor manera de mantenerse informado sobre la última hora del impulso hacia la sociedad de la información en España.
Hoy lo saco a colación para recomendar el último post, y el próximo que aún no se ha escrito. Ahora que la administración estatal ha obtenido cierta experiencia en la puesta en marcha de numerosos planes, es buen momento para sacar conclusiones. Rafa hace una lista de cosas que NO se deben hacer -conclusiones a partir de malas prácticas– y promete un próximo post con la lista positiva: recomendaciones a partir de las buenas prácticas.
Transcribo los títulos de lo que no se debe repetir:
- No se debe pensar que el Plan es una marca o un lema
- No se deben dar las mismas cifras de inversión repetidas disfrazadas de diferentes conceptos
- No se debe utilizar a terceros para justificar el plan
- Los planes deben de ser realistas y ser causa-efecto
- El plan debe de tener indicadores claros de avance y de penetración de las medidas propuestas
- No hay nada peor que el autobombo para desacreditar cualquier trabajo previo
- No se debe mentir
Technorati tags > eGovernment administración electrónica information society planes Rafael Chamorro
Comunicación interna: grado cero
Hoy mismo he tenido ocasión de recodar cosas que ya había escrito en estos dos posts: Funcionarios y políticos: universos paralelos y Participación, para ti y para mí.
En este último, hablando de la comunicación interna decía: “La forma más básica de participación, el cero absoluto, consiste en recibir información descendente. Pues bien, este mínimo no se cumple en un vasto porcentaje de organizaciones públicas”. Creo que me quedé corto. Muchas de las personas que se supone que deben ejercer el liderazgo desconfían profundamente de cualquier iniciativa que conlleve un cara a cara con los empleados públicos.
La gestión presupuestaria
Desde mi punto de vista, estas áreas son, junto con la contratación administrativa (de la que ya hemos hablado en este blog), la gestión económica y la función pública. Su factor común es que reflejan en grado máximo el principio de desconfianza por el que se rige la actuación administrativa, tratando al gestor público como un menor de edad al que hay que tutelar e imponiendo una plétora de controles formales, que a la postre resultan inútiles porque no evitan ni la corrupción ni, sobre todo, la mala gestión.
Así que, superando la pereza que me produce la tarea, voy a tratar de hacer una somera (estamos en un blog) radiografía de la gestión presupuestaria en la Administración pública.
La jornada de un gobernante
He recurrido a “La nueva organización del desgobierno” de Alejandro Nieto, para inspirarme sobre los elementos inhabilitadores del buen funcionamiento de la Administración Pública. El resultado ha sido una auténtica sobredosis. Iré comentando los que me parecen más relevantes.
Comienzo con la jornada del gobernante. Según Alejandro Nieto, a los gobernantes la jornada se les va en reuniones, visitas, llamadas telefónicas y comidas de trabajo, de forma que apenas les queda tiempo para la reflexión. En su opinión, se trata de una vida dura y sacrificada para él y para su familia, pero inútil para la Administración y la ciudadanía. Lo que le lleva a concluir: “En las áreas del poder no se piensa: se improvisa”.
Esta reflexión de Alejandro Nieto me ha recordado un comentario de Alfons Cornella en el que afirma: “No nos atreveríamos a decir, bajo ningún concepto, “no tengo tiempo para trabajar”, o “no tengo tiempo para reuniones”, o “no tengo tiempo para comidas largas”. Pero no tengo tiempo para leer, o para aprender, o para ver, está socialmente bien visto”. Y concluye: “Trabajo, luego no aprendo”.
Para Nieto el elemento sacrificado por la falta de tiempo es la reflexión, para Cornella el aprendizaje.
Juzgue el lector lo que haya de cierto en estas reflexiones y, de ser así, la importancia y consecuencias de estas actitudes.
Technorati tags > government egovernment civil servants time
Cómo deshumanizar a un servidor público
A continuación, copio el escalofriante texto original. Os dejo como ejercicio personal la adaptación de esta narración a otras variedades de servidores públicos.
Funcionarios y militares: discapacitados sociales
Una de las cualidades que nos distinguen de casi todos los demás animales es la de interrogarnos constantemente sobre los pensamientos, deseos y conductas de quienes nos rodean. Lo que llamamos empatía resulta del ejercicio de nuestra imaginación cuando se pone en el lugar del otro. Pues bien, la conversión de un civil servant en devil servant consiste en cortocircuitar nuestra capacidad de imaginación empática. Hay cuatro puntos donde se puede producir el corte.
Un nuevo elemento químico: el administroncio

Esas 312 partículas se mantienen unidas por una gran fuerza electronta y están rodeadas por vastas cantidades de partículas similares a los leptones, llamadas peones. Al carecer de electrones, es un elemento inerte. Sin embargo, puede ser detectado, ya que impide toda acción a cualquier otro elemento con el que entre en contacto.
Según los investigadores, una minúscula cantidad de administroncio provoca una reacción que tarda cuatro días en completarse, cuando lo esperable sería una duración inferior a un segundo. Tiene una vida media de aproximadamente cuatro años, transcurridos los cuales no desaparece, sino que sufre una reorganización en la cual una parte de los neutrones asesores, de los viceneutrones y de los asesores de los viceneutrones intercambian sus puestos.De hecho, la masa de una muestra de administroncio puede incrementarse con el tiempo, ya que en cada reorganización la energía electronta atrae más neutrones, formando nuevos isótopos. Hasta la fecha, nadie ha sido capaz de encontrar ninguna función a la población de peones que rodean el núcleo.
¿No hay risas? Espero que estéis sonriendo, al menos, porque estoy colocando algún post humorístico de vez en cuando, coincidiendo con los fines de semana. Es una forma menos dolorosa de explorar, con obscenidad, nuestros puntos débiles. Eso sí, se trata de humor geek, sólo apto para pedantes como yo.
En este caso, se trata de una adaptación que he hecho a partir de «Quasiturbine application: A new atomic element discovered!», una de las entradas de la sección de humor de The Innovation Journal, una muy seria publicación dedicada (¡atención!) a la innovación en el sector público. He descubierto esta revista gracias a la inquietud del Komplex Blog.
Technorati tags > government jokes The Innovation Journal
Una Administración anónima, pero con rostro
Entre las causas que están impidiendo que las cosas se hagan con lógica, quiero destacar una en este artículo: la obsesión por el autor. Políticos y altos funcionarios experimentan la compulsión de dejar un sello personal, de construir una pirámide por la que ser recordados. Pero la ciudadanía compara a la Administración con los árbitros de fútbol, que funcionan bien cuando no te enteras de que existen.
Últimos comentarios