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Acabó el recreo: es momento de recolectar el valor de las iniciativas de datos públicos abiertos
Marquen ya en sus agendas el 6 y 7 de octubre, que este año la Conferencia Internacional sobre Datos Abiertos se celebra en Madrid. La conversación ha comenzado, a través del blog del evento, de las redes y de otros blogs asociados. Acaba de publicarse mi propia contribución, bajo el título «Cómo obtener valor a partir de datos: un enfoque sectorial«, que espero les resulte interesante.
Cada vez más, los gobiernos y distintos sectores de la sociedad entienden y reconocen la importancia de las iniciativas de apertura de datos. Sin embargo, no estamos obteniendo, ni de lejos, el valor social y económico que potencialmente poseen los datos. En este artículo pretendo poner el problema sobre la mesa y enunciar algunas medidas que pueden contribuir a solucionarlo.
En breve, creo que ha llegado el momento de hablar menos de portales de datos abiertos, para hablar más de la contribución de los datos a políticas públicas sectoriales, que incorporen de manera integrada los aspectos de oferta y demanda. En una frase:
Se deben orientar, radicalmente, las iniciativas públicas de datos abiertos a la consecución de los objetivos de las políticas públicas.
El debate está en marcha. Espero que nos veamos en las redes, y también en el gran evento de octubre.
Hoja de ruta para avanzar en transparencia
La fecha del 9 de diciembre pende como una espada de Damocles sobre los responsables públicos: en ese día deberán cumplir la Ley 19/2013 de Transparencia, Acceso a la Información y Buen Gobierno. Pero también podemos ver ese día como la rampa de lanzamiento del Gobierno Abierto, el punto de partida de un camino que queremos recorrer juntos las Administraciones públicas y la ciudadanía.
En Alorza.net estamos asesorando a algunas instituciones acerca de la ruta a seguir. De aquí al 9 de diciembre, el objetivo es modesto: cumplir con las obligaciones que señala la Ley. Una vez en paz con la obligación legal, se abre un escenario mucho más atractivo, al tiempo que desprovisto de señales claras acerca de por dónde ir. El siguiente grafo pretende dibujar esas marcas, para guía de caminantes.
Extremadura Cumple: rendición de cuentas documentada
Extremadura Cumple es la plataforma para el seguimiento de los compromisos de la Agenda del Cambio (pdf), de la Junta de Extremadura. Si no me equivoco, supone la primera experiencia en España de rendición de cuentas a partir de promesas electorales que se convierten en programa de Gobierno, mediante una plataforma abierta.
Alorza.net, nuestra empresa, ha sido la que ha desarrollado el proyecto Extremadura Cumple. Nuestro enfoque ha sido de máxima simplicidad y orientación exclusiva al valor. Para ello, hemos reutilizado la experiencia y el software del proyecto «Del Dicho al Hecho«, de la fundación chilena Ciudadano Inteligente. En el caso chileno, es la sociedad civil quien ha construido la plataforma y la metodología de medición, con Ciudadano Inteligente en el papel de auditor social. El Gobierno Bachelet ha respondido con su propio seguimiento de compromisos, tal como he explicado en esta presentación:
Gipuzkoa Irekia: innovación pública como camino para el gobierno abierto
Gobernu irekia baldin bada helmuga, hori eskuratzeko bidea berrikuntza izango da. Si Gobierno abierto es la meta, el camino para alcanzarla será la innovación
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha dibujado su camino hacia el Gobierno abierto. Para ello, ha acompañado sus propias reflexiones de los puntos de vista de seis expertos, entre los que tengo el honor de contarme. Con este bagaje, ha dibujado una sencilla espina de Ishikawa (nada que ver con Fukushima) donde se plantean estas áreas de intervención:
- Equipamiento: plataformas tecnológicas.
- Institución abierta: personas que trabajan en lo público.
- Transparencia: eAdministración, opendata, rendición de cuentas.
- Comunicación: en (la) red.
- Actores estratégicos: liderazgo y alianzas.
- Participación: deliberación, cocreación, colaboración.
Big Society AND Big Government – debate en Govern Digital 2015
Impresionante el evento Govern Digital 2015, tanto en ponentes como en asistentes. Mucha energía de un colectivo que anhelaba esta ocasión de reunirse. Hemos abierto las jornadas el amigo Jordi Graells y yo mismo, con una ponencia en formato conversación, titulada «Reflexiones sobre la Administración pública que queremos para el siglo XXI«. En breve podréis contar con el vídeo. Entre tanto, os dejo aquí, más o menos, la contestación a la primera pregunta de las que lanzó Jordi, acerca del contexto de la innovación pública.
«El problema de lo público es que los ciudadanos piensan que es gratis y los políticos que es suyo». Esta especie de aforismo fácil que circula por la Red nos sirve para mostrar los grandes límites culturales para actuar en el sector público. Atendiendo estos límites, ¿cuáles crees que son los retos para innovar en la Administración y adaptarla al siglo XXI?
Jordi, deja que empiece por comentar ese terrible aforismo con un poco de contexto. La semana pasada estuvimos haciendo algo cada vez menos frecuente, que es ver la tele en familia. Estaban echando una de esas películas de Hollywood supuestamente moralizantes- Here Comes the Boom. El argumento era, en breve, este:
Apertura de datos públicos: ‘Open Government’ Data vs. Open ‘Government Data’
El que esfera, desespera
Hoy, fecha de inauguración del portal de transparencia del Gobierno de España, es un buen día para recordar de qué hablamos cuando hablamos de apertura de datos públicos. Una fuente mayor de confusión proviene de la expresión en inglés «Open Government Data». El adjetivo «open», ¿a quién determina? ¿A «government», o a «data»?
No se apresuren con sus respuestas. Antes, echen un vistazo a este grafo, donde todo parece quedar hermosamente explicado. Lo he tomado de una página del Gobierno de la Columbia Británica, en Canadá.
Para entender qué son los «Open Government Data», proponen tres esferas que se intersectan parcialmente:
- Open Government: una forma abierta y colaborativa de gobernar;
- Open Data: datos que se publican para ser usados;
- Government Data: datos de titularidad pública.
¡Eureka! Entonces, «Open Government Data» es la zona donde se solapan las tres esferas. En nuestro grafo, la zona granate.
¡¡Pero no!! ¿Realmente queremos referirnos sólo a los datos de Gobierno abierto? Cuidado, porque se trata de un grave error que está afectando a más de una estrategia de apertura. Me explico.
Participación y tecnología: agitadas, pero no revueltas
Cuando me piden que predique sobre participación ciudadana y tecnología, suelo advertir: «os voy a defraudar». Y es que no hay plataformas mágicas que cuadren el círculo de la participación, no existe software que solucione la crisis del engagement y no hay sistema de voto que sirva para mucho. Mucho ojito con dejar la participación en manos de informáticos. Yo, por eso, me resisto a nombrar marcas de software y cachazudamente vuelvo al qué, el para qué y el quiénes.
En un taller que he impartido recientemente, dentro del programa Herritarrekin, he comenzado por jugar con las cuatro palabras: nueva, tecnología, participación, ciudadana, que permiten casi cualquier emparejamiento, desde la «nueva ciudadanía», hasta la «tecnología de la participación», para así desparejar términos demasiado oídos. Os dejo por aquí la presentación.
He tenido la fortuna de que, casi a la vez, Nacho Criado me haya pedido que responda a preguntas similares, en el marco de una investigación sobre participación ciudadana 2.0. A continuación os ofrezco mis respuestas, por si sirven para el debate.
Por cierto, veréis que en algún caso he tenido que manifestar mi desconocimiento. Disculpad y ayudadme a saber más, por favor.
Apuntes sobre Gobierno Abierto en República Dominicana
Recién llegado de una misión en República Dominicana, donde he dirigido, como consultor del Banco Mundial, un estudio sobre la preparación del país para lanzar una política de datos abiertos, quiero compartir aquí algunos apuntes sobre lo que he podido observar. En buena parte, creo que estas impresiones se pueden extender a otros países de América Latina y el Caribe.
Aclaro que mi experiencia en LATAM es parcial, si bien he tenido ocasión de conocer con cierta profundidad la situación del Perú y, de manera más superficial, la del conjunto de países, a través de lecturas, de otros viajes y de mi presencia en la conferencia interministerial de Gobierno Abierto, en San José 2012. Quien busque un relato mejor fundado, puede acudir, por ejemplo, al último artículo de Álvaro Ramírez-Alujas: Gobierno Abierto en América Latina y el Caribe: Los tiempos están cambiando.
Al viajero europeo, lo primero que le impresiona en República Dominicana, y en buena parte de LATAM, es que Gobierno abierto es una política central que se toma en serio. En esto, se muestran muy diferentes de España y del conjunto de la Unión Europea, con las consabidas excepciones. Voy a citar algunas de las evidencias que más me han llamado la atención:
Mejora de servicios públicos: contribución a «42 Voces sobre Gobierno Abierto»
Como Iñaki, yo también he tenido el placer de colaborar en la publicación «42 veus sobre el gobern obert«, que ha publicado la Xarxa d’Innovació Pública (XiP).
Se trata de una publicación colaborativa para definir los 42 conceptos que aparecen en el vídeo de la XiP. La idea es profundizar en el conocimiento y facilitar su difusión.
Para ello, la XiP puso en marcha el proyecto Apadrina un concepto de gobierno abierto, que le ha llevado a ponerse en contacto con expertos de todo el mundo que han escrito un artículo sobre lo que les sugiere el concepto asignado.
Mi concepto es «Mejora de servicios públicos«:
Transparencia y lucha contra la corrupción: dos asignaturas diferentes
Empecemos con una definición:
El Gobierno abierto se define como un compuesto de tres elementos -transparencia, participación y colaboración- que instaura una manera de gobernar más dialogante, con mayor equilibrio entre el poder de los gobiernos y de los gobernados, al tiempo que otorga a la ciudadanía un papel corresponsable. Los fines pretendidos son la mejora en la toma de decisiones y la implicación de los ciudadanos en la gestión de lo público, a través de un aumento del conocimiento y de la puesta en marcha de innovación pública.
Y nada más. No es posible, ni interesante, añadir aún más ambición a este ambicioso desafío. Debemos mostrarnos sumamente escépticos ante las proclamas de que la transparencia acabará con la corrupción, ya que no lo hará. Y, asimismo, conviene no mezclar los códigos éticos, pensados para prevenir la corrupción, con las medidas de fomento de la transparencia. Son asignaturas diferentes y su impartición conjunta no mueve más que a confusión.
La razón de esta melancólica afirmación yace en el hecho de que la corrupción y la probidad, pese a que conceptualmente sean dos extremos de una dimensión continua, en la práctica no se pueden abordar con las mismas herramientas. Las medidas a tomar para favorecer la probidad pública no son las mismas, ni parecidas, que las encaminadas a luchar contra la corrupción.
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